MyTO

El PSOE solo es Sánchez

«Es muy significativo que el sanchismo se contente con colonizar el Estado y las instituciones públicas, y sea indiferente a la suerte del PSOE en las autonomías»

Opinión

Ilustración de Alejandra Svriz.

  • Madrid, 1967. He sido columnista en Libertad Digital, Vozpópuli y El Español. Ahora escribo en La Razón y THE OBJECTIVE y hablo en Herrera en Cope. Soy profesor titular de Historia del Pensamiento en la UCM. Tengo unos cuantos libros de historia y política.

Este 18-F en Galicia nos deja una certeza: el sanchismo se ha fraguado en la extinción calculada de los socialistas locales. Sánchez concibió su poder basado en una comunidad de votos con los nacionalistas de izquierdas, como ERC, BNG y Bildu, para formar un bloque contra la derecha española. Su idea era construir una mayoría hegemónica. Los independentistas le aseguraban el voto en Madrid, y Sánchez daba autoridad a sus discursos, alas a sus aspiraciones y prometía ser su sostén en las autonomías. El coste ha sido la desaparición de los partidos socialistas locales, convertidos en apéndices del nacionalista de turno. 

La ambición de Sánchez ha conseguido lo que ningún otro líder socialista desde 1879, año de su fundación, el hundimiento del partido en las regiones solo para someterlo al deseo incontestable del secretario general. Sánchez ha convertido a las federaciones socialistas en títeres de Moncloa, sin personalidad ni capacidad de decisión propia. Ha ido colocando a sus altavoces sin pudor, despreciando la identidad y la trayectoria de la militancia local. Al tiempo, desde Moncloa ha estado bendiciendo con su discurso la superioridad de las reivindicaciones nacionalistas sobre cualquier tipo de visión nacional. El resultado está a la vista.

La desintegración del PSOE en las autonomías comenzó el 28-M de 2023, cuando perdió gran parte del poder. Ocurrió después de que Sánchez hiciera y deshiciera a su antojo en las candidaturas electorales. Tras el batacazo socialista y el ascenso del PP, Sánchez quiso blindarse internamente convocando elecciones generales el 23-J. Le salvó la comunidad de votos con ERC en Cataluña, donde los votantes independentistas de izquierdas apoyaron al PSC para evitar el gobierno del PP con Vox. Perdió Sánchez pero le salvó Puigdemont. Este aparente éxito ha provocado que no rectifique su estrategia, sino que la acentúe. 

En su empecinamiento, la campaña en Galicia fue a favor del voto al BNG como la opción más poderosa para ganar al PP. Al sanchismo le pareció una buena solución porque, no en vano, el Bloque es la izquierda nacionalista, su aliada siempre. Escondieron al candidato del PSdeG, un tal Besteiro, y apareció Sánchez más de la cuenta en vídeos publicitarios y en promesas de gasto. El resultado electoral ha sido el peor de la historia para el PSdeG. Tampoco ha servido su estrategia de engordar a Vox diciendo que Feijóo es igual que Sánchez porque también consideró la amnistía a Junts, aunque fuera solo durante 24 horas. 

El sanchismo ha abandonado a los socialistas locales. Es muy significativo que el sanchismo se contente con colonizar el Estado y las instituciones públicas, y sea indiferente a la suerte del partido socialista en las autonomías. Tan palmario como que esos mismos militantes de cada región española no diga nada, ni se mueva o rechiste. No sorprende, porque en su día renunciaron a la victoria y aceptaron ser auxiliares de los nacionalistas a cualquier precio con tal de que el PP no ganara las elecciones.

«Esta estrategia de rendirse al nacionalismo y cederles el protagonismo no tiene pinta de ser un plan que a largo plazo asegure la supervivencia del PSOE»

Esta práctica desaparición del PSOE en las autonomías, salvo Cataluña, con un Salvador Illa echado al monte nacionalista por orden de Sánchez, y un Page en Castilla-La Mancha que confirma la regla, indica el camino al PP. Los populares deben ocupar el espacio constitucionalista frente a un PSOE rendido al rupturismo. Este es el eje hoy de la política en España más allá de otras consideraciones, o de que nos quieran vender la batalla entre progresistas y conservadores.

No sé si a los militantes socialistas, o incluso a sus votantes, les valdrá un partido que solamente tiene un candidato nacional, Sánchez, y una tropa de títeres. Lo cierto es que esta estrategia de rendirse al nacionalismo y cederles el protagonismo no tiene pinta de ser un plan que a largo plazo asegure la supervivencia del PSOE. 

22 comentarios
  1. Grossman

    Dar poder al senado de decisión inapelable, sobretodo en temas de territorialidad y asuntos exteriores, que deje de ser una cámara inane y defienda intereses de país como un todo.

    Delimitar definitivamente las competencias centrales y autonómicas prohibiendo por ley orgánica negociaciones de competencias para pactos políticos.

    Exigir la cooficialidad del idioma y crear un sistema ágil de asumir competencias autonómicas en caso de incumplimiento, que sería mínimo de un año e incluso retirada completa en caso de reincidencia.

    Eliminar tvs y radios autonómicas, incluso la estatal.

    Crear un sistema de nombramiento de organismos independientes de amplias mayorías, 60%, para evitar la prevaricación de Tezanos.

    Control del senado y el parlamento de los nombramientos de asesores, especialmente a partir de un número, todos pasarían por una comisión que analizaría su necesidad e idoneidad.

    Esto para empezar….pero habría que ir pensando en más medidas.

  2. Grossman

    Morir en las agrupaciones locales anticipa la muerte completa en las generales, simplemente ya están aquí, todo se desmoronará, lo único que queda es aguantar hasta el final y dejar España hacha una escombrera.

    HAY QUE PREPARAR EL DÍA DESPUÉS.

    Hitler, como Sanchez, cuando ya estaba perdido se atrincheró en un búnker bajo tierra y se rodeó de sus afines más sanguinarios a esperar la destrucción de Alemania antes de caer él.

    Los alemanes nada podían hacer ante una maquinaria de muerte que ellos mismos habían creado y engrasado.

    Pero si algunos hombres buenos, empezaron a pensar en cómo sería la Alemania que quedará, una Alemania democrática, libre y protegida contra futuros Hitler.

    Y eso es lo que la oposición debe empezar a diseñar, el futuro de una España más libre, democrática y blindada contra los Sanchezs que puedan venir.

    La primera reforma es la ley electoral, mayoritaria para partidos nacionales eliminando el poder actual de golpistas, fascistas y terrorista.

    Independencia del poder judicial.

    Blindar la independencia del TC exigiendo mayorías del 60% tanto en su nombramiento como en sus decisiones.

    Nombramiento del fiscal general tanto en el parlamento como en el senado y 60%.

  3. AurelioSapio

    Buenos días de lunes.

    Primero debo manifestar mi satisfacción porque el independentismo radical narcocomunista, y su marioneta, el PSOE, hayan fracasado en su intento de gobernar Galicia. España habría resistido a duras penas un estirón en sus costuras de esa magnitud, y lo habría hecho a un alto precio. No es caldo de mi gusto el PP, pero su victoria tiene un valor estratégico enorme para la supervivencia de España como nación. No obstante, no descorchemos el champán todavía.

    Segundo, decir que en cualquier partido normal, esta semana se estarían juntando en el PSOE distintos contubernios, todos con la misma idea que, para hacerme entender, sería similar a la caída de Nerón en la antigua Roma. Que no ocurra nos indica la degradación a la que ha llegado el PSOE y de la que dudo que se recupere en el medio plazo y, de hacerlo, significará echar del partido a no menos de media militancia.

    Creo que, en los próximos días, vamos a ver a Sánchez con algún anuncio «importante», que oculte su nuevo fracaso electoral y que tape las vergüenzas de saber que España le quiere… muy poquito.

    Un saludo.

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