El fracaso de un PSOE destituyente
«El PSOE coloca a los votantes ante una disyuntiva diabólica: no eligen entre izquierda y derecha, sino entre proyecto constitucional o proceso destituyente»
Cuando te cruzas con un gallego en la escalera nunca sabes si sube de votar al PP o si baja a votarlo. Aunque en esta ocasión se alimentaran las dudas hasta el último momento, el gallego de la escalera no cambió su voto. Por mucho que disfrutemos haciendo de la política espectáculo –y de todo espectáculo política- no hubo sorpresa final. Los comentaristas trataron de imprimir al escrutinio el ímpetu de la narración deportiva, pero ni con esas: no hubo susto en Riazor, ni remontada en el tiempo de descuento. El PP volvió a ganar en Galicia (y van cinco seguidas) por mayoría absoluta.
Desde que los politólogos secuestraron el debate público con sus tautologías adornadas y su jerga vacía, cuesta mucho encontrar a gente que diga lo evidente. Lo voy a intentar: el PP perderá su mayoría absoluta en Galicia cuando los gallegos dejen de votarlo (aplausos). Y eso sólo puede ocurrir si los votantes del PP mueren, se quedan en casa o votan a otro partido (más aplausos). Contra la muerte no me atrevo a teorizar, pero es evidente que el PSdG ha hecho todo lo posible para que los votantes del PP temieran quedarse en casa, y no digamos cederle su voto. El drama de la izquierda en Galicia no es que el PP siga ilusionando a sus votantes, sino que muchos votantes desilusionados seguirán votando al PP por falta de alternativas.
En el momento en que el PSdG se presentó como muleta del nacionalismo gallego dejó de ser una alternativa de gobierno al Partido Popular. Muchos votantes, no sólo en Galicia, desearían que frente al PP existiera una alternativa nacional, y no sólo una alternativa nacionalista.
«¿No ven que muchos votantes buscan una alternancia de políticas, pero no una alternancia de sistema?»
¿No entiende el PSdG que es posible articular una oferta progresista sin arrodillarse ante el delirio identitario? ¿No ven que muchos votantes buscan una alternancia de políticas, pero no una alternancia de sistema? ¿Que los vecinos de Pontevedra quieren seguir llamando conciudadanos a sus vecinos de Cáceres, San Sebastián o Barcelona? ¿Es el PSdG incapaz de asumir que la mayoría de los gallegos quieren serlo sin por ello dejar de ser españoles?
Estas semanas se ha repetido mil veces la siguiente máxima: «El BNG es una fuerza más atenta a las cuestiones sociales que a la independencia». Un mantra tan absurdo que sólo se le puede ocurrir a un politólogo. No es nada nuevo: se lo hemos oído decir también sobre Bildu y Esquerra (aunque, curiosamente, nunca se lo hemos oído a Bildu o Esquerra). Lo repiten quienes se sienten obligados a justificar los pactos -ahora simbiosis- del PSOE con el nacionalismo. Afortunadamente, el gallego de su escalera es más perspicaz y menos servil que quienes divulgan estas sandeces.
Todo español que haya mirado de reojo Cataluña durante las últimas dos décadas sabe que el nacionalismo es decadencia y discordia. Una rémora para el desarrollo y un veneno para la convivencia. En su asociación con el nacionalismo, el PSOE coloca a los votantes ante una disyuntiva diabólica: no eligen entre izquierda y derecha, sino entre proyecto constitucional o proceso destituyente. Y para muchos ciudadanos el respeto al marco constitucional no es un eje ideológico, sino un pilar del sistema democrático. Para volver a ser alternativa al PP, el PSOE debe distanciarse de la tentación destituyente. Su supervivencia depende de ello. Claro que la supervivencia de Pedro Sánchez depende de lo contrario.
1) PARTIDOS EXTINGUIDOS ANTERIORES: UpyD y C,s.
2) PARTIDO EXTINGUIDO EN LA ACTUALIDAD: Podemos
3) PARTIDOS EN VIA DE EXTINCIÓN ACTUALMENTE: Sumar y Vox.
Veamos como quieren en sus pueblos respectivos a la Yolandita y el Abascalito:
–>Elecciones Generales 23-J en Amurrio (Álava) donde Abascalito puso un gran restaurante avalándolo con su vivienda:
Vox = 132 votos el 2,35%
Sumar = 573 votos el 10,25%.
–>Elecciones Comunidad Autónoma de Galicia en Fene el Ferrol del Codillo (La Coruña)
Vox = 154 votos el 2,20%.
Sumar = 304 votos el 4,35%
No digo los votos que ha tenido el Partido Popular ya que no me gusta hacer leña del árbol caído.
Tic, tac, tic, tac, tic, tac…..
No como lágrimas en la lluvia (demasiado poético para la siniestra) sino como meada por alcantarilla (bien ajustado a su carácter) se están yendo los que deberían cuidar más sus almorranas con pomada del laboratorio Sánchez&Pedro.
Lo dicho, hasta los fachas más tristes tienen derecho a alguna alegría de vez en cuando. Tiene que ser chungo llevarse cuatro años así, y encima con dos buenos cuernos.
Lo dicho, hasta los putinistas más cretinos tienen derecho a hacerse pajillas mentales para distraerse de sus cuitas de vez en cuando, pero sin abusar para no incurrir en la alopecia galopante y en la caspa por toneladas, que ellos llaman ‘montañas nevadas en las hombreras’, pero que no se quitan de encima ni con tratamientos intensivos diarios de H&S. Tiene que ser muy chungo llevarse más de cuatro años perdiendo elección tras elección y perdiéndolas todas por goleada de Texanos, y lo que te rondaré moreno, como unos auténticos gilipollas que dicen siempre que las han ganado, y encima con dos buenos cuernos de venado que les ponen sus señoritos lazis cuando se cabrean, y encima solo les sirven para las embestiduras pero no para aprobarles las llamadas leyes que estan hechas únicamente en su propio beneficio. Ya es el colmo.
Jajajaja, me parto y me troncho con Alelado. ¡Tócala otra vez, bolonio!.
Vaya, hasta anteayer vivíamos en una dictadura, Sánchez iba a perpetuarse en el poder y España se iba al garete convertida en una unión de repúblicas bananeras. Y hoy, que por fin Núñez consigue respirar un poco sin tener que vigilar su espalda, resulta que el gobierno, el PSOE y todo el sector izquierdo de la política española se perderán como lágrimas en la lluvia, y en un par de semanas a más tardar. Qué bipolar es la fachosfera. Bueno, tamibién tienen derecho a alguna alegría dentro de esta década, ominosa a su parecer.
Vaya por Alá, por Al-Andalus y el satrapilla Mohamed. Hasta anteayer como quién dice vivíamos en una presunta democracia occidental, el Pepé iba a dar un golpe de estado cada 2×3 que justificaban las llamadas ‘alertas antifachistas’, y la fachosfera franquista iba a perpetuarse en el poder incluso después de cincuenta años de que el anterior caudillo doblase la servilleta and this country se iba al garete porque seguía siendo una dictadura franquista, hasta que llegó nuestro amado lider Pijus Magníficus y mandó parar. En una lucha tremebunda a calzón quitado entre el bien y el mal con los despojos del anterior, consiguió vencerle y desenterrarlo, y el muerto al hoyo y el Vivales al bollo. Y de resultas Pijusmagnificus ha conseguido un triunfo en las Galias retumbante como pedo en botija, consiguiendo soplar un poco por la retaguardia sin tener que vigilar su espalda. Resulta que el gobierno, el partido único sanchista y todo el sector izquierdoso y de extrema izquierda putinista de la política española perderán su esencia como zurullo en el monte Igueldo. ¡Qué estúpida es la sanchosfera!. Bueno, pues que echen unas lagrimitas de cocodrilo en la intimidad sabiendo que el cornúpeta solo bien se lame.
En realidad, los votantes del Psoe le han ido retirando su apoyo en los tres últimos comicios, amén de perder casi todo el poder territorial. Pero nunca hay que subestimar la determinación de un villano para ejercitar el lado oscuro de la fuerza y perpetuarse en el poder. Pero no se engañe, los partidos destituyentes que lo desprecian, más las terminales mediáticas que lo protegen, más los votontos fieles que le apoyan y le mantienen, le acabarán dando la espalda cuando se queden dos velas, sin recibir sus favores. Pero mientras tanto, Perro, dentro de su fantasía orweliana, tiene derecho a darse alguna alegría en estas elecciones, como que Pontón se haya zampado a sus votantes de un bocado. Y la misma alegría puede repetirse con Bildu en el País Vasco. Claro que, la alegría mayor que puede tener es la de ser un fiel súbdito del rey de Marruecos.
Se le nota escocido.