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Tadeu

Los hombres de paz

«Otegi y sus conmilitones no son hombres de paz, como pretendía el ya por entonces amoral Zapatero en el año 2006, mientras ETA seguía aterrorizando»

Opinión
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Los hombres de paz

El clon de la semana. | TO

Lo más aberrante de la posibilidad, cuasi probabilidad de que HB Bildu gane las elecciones vascas en unas semanas, por primera vez en la historia, es que en gran parte se deberá a la alianza fáctica de la formación con el Gobierno de Sánchez

Ayuso consideraba, no sin parte de razón, que ETA estaba más viva que nunca porque se había metido en las instituciones. Ahora podría darse un paso suplementario y EH Bildu gobernar en el País Vasco. Y lo podría conseguir sin haber hecho su verdadero aggiornamento. Y no es sólo cuestión de ajustar cuentas con la memoria histórica más reciente (que es la que, en realidad, debería importar) sino de atreverse a ir reparando moralmente a toda la sociedad, en general, y también materialmente a las víctimas en concreto, por todo el daño que hicieron sus mayores, algunos de los cuales siguen militando en la formación. No basta con que el líder bilduetarra Otegi se coloque (puro marketing) en una discreta segunda línea, sino de que él mismo reconozca sus crímenes (prescritos) y aún por esclarecer, y que declare alto y claro que los fines no debieron de justificar nunca los medios. Y de ponerlo negro sobre blanco. Las palabras cuentan. En un texto que se elevaría a ley en el Parlamento de Vitoria. Una ley de reciente memoria histórica y verdadera concordia. Los asesinos pidiendo perdón a las víctimas y poniéndose a su disposición. Y a la luz de esta, colaborar con la Justicia para aclarar todos los casos abiertos, prescritos y no prescritos. E indemnizar a las víctimas, tal como se merecen. Indemnizarlas, muy importante, por parte del Gobierno vasco.

Porque el nogal era vasco, y las nueces también. Ese debería ser el «programa de gobierno» de un partido como EH Bildu. Y el del PNV, respaldarlo.

El hecho de que sea perfectamente legal (e imposible de ilegalizar, por mucho que Vox se empeñe) no es óbice para que EH Bildu no deba ser considerado hoy como el partido más antidemocrático de España, en la medida en que sigue sin condenar de manera clara e inequívoca el asesinato y el terror (indiscriminado, no lo olvidemos), por parte de sus padres fundadores, como instrumento para alcanzar determinados fines políticos, cuales eran la independencia unilateral de la región y la instauración en ella de un régimen de extrema izquierda; por cierto, incompatible con el Estado de derecho.

Probablemente sea menos democrático incluso que el Partido Fascista italiano o el Partido Nacional Socialista alemán, cuando concurría a las elecciones de la democracia de Weimar: su programa era absolutamente abyecto, sin duda, y tan grotesco en algunos aspectos que muchas veces fue objeto de chanza y burla por parte de sus adversarios políticos, pero todavía no legitimaba el asesinato sistemático como instrumento de acción política, simplemente porque todavía no lo había empezado a practicar. Esta circunstancia seguramente le permitió obtener ese tercio de los votos que lo encaramó al poder: gran parte de ese electorado jamás imaginó lo que se avecinaba cuando depositó su papeleta en la urna…

ETA mataba pero al hacerlo hacía política, aunque siempre tuvo un brazo político, con diferentes denominaciones, y su último sucesor es EH Bildu, que se permite hasta incluir a condenados del que fuera el brazo militar en alguna de sus listas electorales, no se sabe si a modo de provocación o más bien de rehabilitación.

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Poco importa, ese baldón es la manera que tiene de decirle a la sociedad que ha ganado la batalla del relato. Y así es, en gran parte. En esas estamos: el relato actual de los herederos de ETA consiste en presentarse con cierta credibilidad como una «fuerza de Gobierno» … y un partido de gestión. ¡De gestión! Burócratas.

Pero Otegi y sus conmilitones no son hombres de paz, como pretendía el ya por entonces amoral Zapatero en el año 2006, mientras ETA seguía aterrorizando. Allí empezó el blanqueo que ahora se culmina.

Lo más aberrante de la posibilidad, cuasi probabilidad de que HB Bildu gane las elecciones vascas en unas semanas, por primera vez en la historia, es que en gran parte se deberá a su rehabilitación por la alianza fáctica con el Gobierno de Sánchez: su pujanza electoral ha corrido pareja a su peso decisivo en la gobernabilidad del Estado, desde la inicial abstención de la primera investidura de Sánchez hasta el respaldo sistemático, diríase sistémico de hoy: sus 6 votos son en estos momentos los más previsibles de todos cuantos conforman el apoyo externo de la investidura. Más que los de ERC, su socio europeo. Más que los del funámbulo PNV y, por supuesto, más que los del imprevisible Junts.

Hasta el punto trabajan con Sánchez que podrían, sin empacho y justificándolo tranquilamente luego en casa, ocupar alguna cartera ministerial (de las llamadas «de gestión», y así darle la razón al delegado del gobierno Francisco Martín cuando declaró que: «Han hecho más por España y los españoles que los patrioteros de pulsera (…) Esos supuestos enemigos de España han contribuido a salvar miles de vidas de ciudadanos apoyando el [inconstitucional, por cierto] estado de alarma ).

No en vano, EH Bildu ya ha anunciado que, ocurra lo que ocurra, la noche del 21 de abril, no obligarán al PSE a apoyarlos para gobernar en Vitoria, ni amenazan con chantajear a Sánchez con sus indispensables 6 votos, a la manera puigdemónica. Y es que EH Bildu ya gobierna en Madrid.

Hoy EH Bildu se refiere a la independencia de un modo retórico, pues jamás los partidarios de esta habían sido tan escasos (el 13% según el último Deustobarómetro); el 37% apuesta por incrementar la autonomía (igual que en cualquier otra comunidad Autónoma, y el 36% que desea mantener el estatus actual, ídem del lienzo). Ahora se trata de mejorar, en efecto, la autonomía y seguir viviendo a costa del Estado repartiendo lo mínimo con las demás regiones.

La independencia para las generaciones venideras, que da mucha pereza, y además que lo intenten los catalanes primero, a ver cómo les va. Y lo mismo con la amnistía: cuando Europa la dé por buena, ya si eso a por la amnistía de «la reconciliación vasca».

Así las cosas, lo lógico y esperable es que PNV y Bildu decidan gobernar con el apoyo del PSE y del que hubiera quedado segundo, formalizando de este modo la triple alianza de progreso en Madrid que tanto bien ha hecho a todos.

Coda) El libro indomable: a algunos les gustaría que Berta González de Vega, Guadalupe Sánchez, María Blanco, María Calvo, Marta Martín Llaguno, Miriam Tey, Paula Fraga, Rebeca Argudo, Teresa Giménez Barbat, Yaiza Santos se callaran. Pero no las conocen.

Fisking. Iba a fiskear al famoso (falso) filósofo coreano que escribe en alemán. ¡Si al menos fuera un filósofo alemán que escribe en coreano! Pero me ha entrado flojera. Aquí su último cansinismo, crecepelo.

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