Empleo, sí, pero con mayúsculas
«Tenemos un empleo que mejora estadísticas, pero no la situación de las personas»
Este 1º de mayo celebramos, un año más, el Día Internacional del Trabajador, una jornada para recordar el valor del trabajo, de su dignidad, a las personas que trabajan y aquellas que quieren pero lamentablemente no pueden acceder a un empleo.
Vemos como cada mes desde el Gobierno se ensalza las bondades de nuestro mercado de trabajo, dando datos que no se ajustan a la realidad y que ocultan la letra pequeña, esa que no se ve, del empleo; un empleo que mejora estadísticas, pero no la situación de las personas, un empleo que no contempla jornadas completas de trabajo, un empleo donde los salarios se reducen y no recuperan poder adquisitivo, un empleo donde los salarios de recortan porque se recortan las horas de trabajo.
En definitiva, tenemos un empleo con un exceso de letra pequeña, y tendríamos que tener un ‘EMPLEO’ que podamos escribir en mayúsculas.
Para ello, lo primero que el Gobierno tendría que tener es un análisis realista de la situación del empleo en España, un análisis simple, que empezase por definir -algo tan sencillo-: ¿Qué es una persona parada o desempleada?
La interpretación de las estadísticas
¿Cómo es posible que las estadísticas del SEPE consideren como ‘no parados’ tanto a los demandantes de empleo ‘ocupados‘ como a los ‘no ocupados’?; ¿Cómo es posible que no se contabilicen en el denominado ‘paro registrado‘ al total de ‘demandantes de empleo no ocupados (DENOS)’?.
Pero en lugar de claridad seguimos poniendo un cristal translucido, ya que tampoco se computan como personas paradas, a aquellas que sin estar trabajando (inactivas o paradas) mantienen una ‘relación laboral’ con su empresa.
Es este apartado el que, en la actualidad distorsiona la realidad del desempleo en nuestro país, por tanto, su computo, y lo que es más importante, si no se les considera parados no se presupuestarán medidas ni se pondrán recursos para sacarles de esta situación. Así tenemos que, al finalizar marzo, el número de demandantes de empleo con relación laboral ha alcanzado los 662.881.
En cuanto al número de fijos discontinuos inactivos (parados), sería la diferencia entre el total de aquellos que tienen una relación laboral (y están inscritos como demandantes de empleo) y, aquellos que están acogidos a un ERTE. En marzo tendríamos 651.243 fijos discontinuos inactivos y esta partida crece en términos interanuales al compararla con 2022 en un 230%.
Más trabajo, pero menos horas
Todo esto es parte de esa letra pequeña que acompaña a nuestro mercado laboral, eso que las fuentes oficiales conocen, pero no cuentan, y que están enmascarando una realidad que no es tan idílica como nos dicen.
Pero la letra pequeña que acompaña a nuestro mercado laboral no se queda solo en cómo contamos los parados, es mucha y abundante y se une a las condiciones del empleo que se está realizando.
Un empleo en el que, si bien aumenta el número de ocupados, no lo hacen las horas que estos trabajan, así mientras alcanzamos record de personas ocupadas, la jornada efectiva semanal que estos trabajan se queda en 31,3 horas (Contabilidad trimestral nacional) cuando en 2008 esta jornada era de 33,3 horas. Esto implica que no se está creando empleo, estamos redistribuyendo el existente y, hay más personas trabajando que puestos de trabajo. Por tanto, esto nos dice que al finalizar 2023 tendríamos 612.300 personas pluriempleadas. Esto es también parte de esa letra pequeña.
Parciales y fijos discontinuos
Si bien se ha producido un incremento porcentual de la contratación indefinida, éste viene asociado a un notable incremento también de la contratación a tiempo parcial y de fijos discontinuos. Sólo el 18% sobre el total de contratos celebrados son indefinidos a tiempo completo; sólo el 56,8% (poco más de la mitad) de la totalidad de los contratos realizados lo son a jornada completa.
Los contratos indefinidos a tiempo parcial suponen un 11% del total, mientras que los realizados como fijos discontinuos son el 14,1% del total de contratos realizados. No olvidemos que un contrato de fijo discontinuo es un contrato que realiza una jornada inferior a la completa (cómputo anual o mensual y es por tanto también un contrato a tiempo parcial. Así tenemos que, el 25% del total de contratos realizados -uno de cada cuatro- en marzo de 2024 son indefinidos a tiempo parcial.
La letra pequeña, esa que casi no nos dejan ver, no nos dice cuánto duran los contratos, si trabajamos más tiempo, cuántos de estos son a tiempo completo y, en en definitiva, si hay más horas de trabajo o por el contrario estamos redistribuyendo las existentes.
Menor duración de los contratos
Finalmente, también forma parte de esa letra pequeña que casi no vemos la menor duración de los contratos, en marzo de 2022 esta fue de 60,63 días de media al año, en 2024 esta se ha reducido hasta los 46,33 días. Se trabajan 14 días menos.
Hay demasiada letra pequeña, y no quieren darnos los medios para aumentar el tamaño de ella. Pero es necesario que el empleo no tenga letra pequeña, que podamos escribir ‘EMPLEO’ en mayúsculas. Ello implicaría que trabaje más gente, que existan más jornadas completas de trabajo, que se disminuya la mortalidad de la contratación indefinida y la rotación en el empleo. Un ‘EMPLEO’ con mayúsculas que dignifique a las personas y les permita vivir de su trabajo.