Españoles, Vox ha vuelto
A pesar de sus divisiones, su capacidad de resistencia en las elecciones vascas y en las catalanas representan un seguro de vida para un partido que ya se puede afirmar que seguirá también vivo en la próxima Eurocámara
Como esas comidas pringosas que nos prometemos a nosotros mismos una y otra vez no volver a probar pero que, por lo que sea, no podemos dejar en el plato si aparecen sobre la barra de un bar, el partido ultra liderado por Santiago Abascal vuelve a estar -en la parte más grasienta- del menú de las próximas elecciones europeas.
A pesar de sus divisiones, expulsiones, errores políticos, suicidios televisados, nexos con sectas ultracatólicas antidemocráticas y dudas sobre la honradez del manejo de sus finanzas, su capacidad de resistencia en las elecciones vascas y en las catalanas representan un seguro de vida para un partido que ya se puede afirmar que seguirá también vivo en la próxima Eurocámara, lo que tendrá al menos dos efectos inmediatos:
El primero y positivo para el PSOE, que tras el numerito desarrollado ayer en Madrid por lo más granado de una internacional ultranacionalista que estallaría por los aires y sumiría a occidente en el caos de llegar todos ellos al gobierno, ya tiene de nuevo construido la piñata a la que arrear con el palo de su campaña electoral, con gran gozo de Vox que estoy seguro que estarán encantados en ser objeto de las frases más hirientes de toda la opinión pública monclovita y de ocupar así el mayor espacio posible en los mismos.
El segundo y en este caso negativo es para el Partido Popular, que tras no haber sido capaz de enterrar a los de Abascal en estos últimos meses, se van a encontrar con una campaña en la que Vox polarizará contra el PSOE y el PSOE contra Vox con el fin de evitar ambos la que hace unos meses se preveía como una victoria sencilla del PP en las elecciones europeas y que hoy deberán apretar los dientes y acertar en su planteamiento estratégico si no quieren encontrarse con un resultado muy parecido al de las pasadas elecciones generales.
Ni Vox ni sus organizaciones hermanas son más que cajas vacías, meros receptáculos instrumentales que si no funcionan, se les cambia de camisa, se les pone un logo, un líder nuevo y se les dota de financiación para competir
Y es que miren, quienes venimos observando con obligado interés la evolución de los nacionalpopulismos en nuestro entorno político, que es el occidental, sabemos perfectamente que ni Vox ni sus organizaciones hermanas son más que cajas vacías, meros receptáculos instrumentales que si no funcionan, como fue el caso de la Lega Nord en Italia o del FN en Francia, se les cambia de camisa, se les pone un logo y un líder nuevo y se les dota de financiación suficiente como para competir y representar sus intereses en los parlamentos nacionales o al menos para generar suficiente ruido que impida que las potencias occidentales actúen de forma unida en el actual concierto intencionalidad.
Por lo que si ustedes esperaban una campaña europea llena de propuestas políticas y con un sano y enriquecedor debate por parte de los candidatos acerca del las políticas públicas apropiadas para la mejora de la Unión Euroopea, ya pueden ir olvidándose, esta campaña va a ser otra vez un ejercicio cacofónico de charanga choricera en el que PSOE y Vox se pasarán tres semanas soltándose mamporros para tratar de ocupar el mayor espacio mediático posible y minimizar la presumible victoria del enemigo de ambos, que no es otro que el Partido Popular.
Y el que más chifle, capador…