La segunda carta a los ciudadanos
«Begoña Gómez es una excusa para lo que a él le importa. El poder. Llama al voto como remedio de todos los males. De los suyos y de los de su mujer»
Pedro Sánchez, con su segunda carta a los ciudadanos, demuestra que lejos de ser un hombre enamorado es un hombre enojado y enajenado. Después de meses en los que el caso Begoña Gómez crecía y engordaba, finalmente ha sido citada como investigada —imputada— el día 5. Los que de verdad confiamos en la justicia somos conscientes de que debe de haber materia suficiente para ello y de que, además, el juez le está otorgando la capacidad de mejor defensa testificando acompañada de su abogado. Hace meses que Begoña nombró su abogado a Antonio Camacho, exministro socialista, y eso que «todo lo que ella ha hecho está bien». Suena raro lo de hacer las cosas bien y por eso tener que contratar a un abogado. Al autócrata enajenado le llama la atención la violación de la «norma no escrita» de que en campaña no se tomen resoluciones susceptibles de condicionar el voto.
Esa norma no escrita es una tradición mantenida por los órganos superiores de la justicia en relación con altos cargos —ministros, secretarios de Estado…— partidos políticos y cabezas de lista. Begoña Gómez no es nada de eso y el juez que la investiga no es un alto tribunal. Es sorprendente comprobar, una vez más, cómo el autócrata se aferra a la tradición de una «norma no escrita» cuando él, después del 23-J, pisoteó y se saltó la «norma no escrita» de que el candidato más votado por los españoles formara gobierno. Sánchez, el derrotado segundón, exige el respeto a las normas, escritas o no, y leyes que él y presuntamente su esposa no cumplen.
Es más que evidente que el presidente del Gobierno mintió el día en que se supo que el juez había iniciado diligencias previas contra su esposa, cuando afirmó que «en un día como hoy y después de las noticias que he conocido, a pesar de todo, sigo creyendo en la justicia de mi país». Pedro Sánchez, en su condición de autócrata, a través del relato y las motivaciones para la imputación, acusa al juez de instrucción, Juan Carlos Peinado, de prevaricación. No hay una confabulación contra el PSOE. No hay una persecución montada por la extrema derecha y la derecha contra Sánchez a través de su esposa. Hay hechos presuntamente punibles. Hay indicios de criminalidad. Hay un procedimiento respaldado por la Audiencia Provincial de Madrid.
En el auto de procesamiento, como causa de imputación, no figura para nada que esta sea por ser pareja de Pedro Sánchez. El hecho de ser pareja de Pedro Sánchez no es punible. Pero tampoco exime del respeto y cumplimiento de la ley. Pedro Sánchez, carta va carta viene, busca presionar al juez, utilizando a la ciudadanía, para lograr la impunidad de Begoña Gómez por el mero hecho de ser su esposa.
La carta es otro despropósito electoral, buscando el voto sanador, que rezuma en todas sus líneas un machismo casposo. El macho alfa en defensa de su pobre esposa. «Ella es una mujer trabajadora y honesta que reivindica su derecho a trabajar sin renunciar a ello por las responsabilidades de su marido». ¿Y quién le ha dicho que renuncie? Todas las mujeres de todos los presidentes democráticos han podido desarrollar su actividad profesional como han deseado. Sin que las investigue un juez. Sin que las impute un juez. Ser mujer de presidente y trabajar no es delito. Pedro Sánchez y sus pedros ladradores —utiliza en beneficio particular hasta a la portavoz del Gobierno— dicen que la derecha y la derecha extrema quieren a las mujeres sometidas y atadas a la pata de la cama. Fango. Bulo. Fake. Solo hay que ver la vida y obra de la pareja de Núñez Feijóo y la de tantas otras parejas de políticos.
«El que tiene sometido a Begoña Gómez es Sánchez. El marido de la imputada no le deja hablar, la tiene en sumiso silencio»
El que tiene sometido a Begoña Gómez es Sánchez. El marido de la imputada no le deja hablar, la tiene en sumiso silencio. ¿Una profesional que no sabe hablar? ¿No está capacitada para defender su honor y práctica profesional ella misma? ¿Por qué desde el minuto uno no ha salido a explicar la legalidad y la buena praxis de su trabajo? Es una obviedad que sabe hablar y escribir de forma muy rentable. Hay que ver cómo pide favores, matriculaciones a 7.000 euros alumno para su cátedra o patrocinios a las empresas. Y qué rentable es escribiendo cartas, en favor de su socio Carlos Barrabés, que han reportado muchos millones de euros en adjudicaciones. Pedro Sánchez humilla a su mujer con el silencio impuesto y obligándole a estar ante la ciudadanía dos cartas por detrás. Que hable ella. Que escriba ella.
Pedro Sánchez trata a su esposa de manera infantil, como los padres nos trataban cuando éramos niños y nos hacían una tarjeta para decir al profesor que no podíamos hacer deporte porque estábamos malos, o para explicar por qué nos habíamos ausentado un día de clase. Pedro lo hace en forma de carta a la ciudadanía.
Begoña Gómez, en la segunda carta de Pedro a los ciudadanos, es una excusa para lo que a él le importa. El poder. Los votos. Hace un llamamiento al voto como remedio de todos los males. De los suyos y de los de su mujer. Hace un llamamiento a Feijóo y Abascal: «Tratan de forzar mi salida de la Presidencia del Gobierno con una moción de censura mediante una alianza contra natura. Todo les vale». Fake. Bulo. Fango. En su mente enajenada ha construido un pacto para la censura entre Feijóo y Puigdemont. ¿Una barbaridad? Lo cierto es que Feijóo no ha pactado con Puigdemont nada. Sánchez todo. Incluso una Ley de Amnistía a la medida. Esa es la barbaridad.
«Sánchez en su carta pide votos de adhesión que interpreta como exculpación»
Contra natura es que un partido de extrema derecha rural regionalista pacte con el PSOE. Contra natura es que su mujer, por ser él presidente del Gobierno, se haya aprovechado de ello para profesionalmente dedicarse a hacer nada de lo que hacía antes y que jamás haría por su formación si su marido no tuviera el cargo que tiene. Contra natura es que Sánchez no pueda volver a su domicilio conyugal —en régimen de gananciales con su esposa— porque ella tiene allí domiciliada la sociedad del software regalado, por las grandes compañías, de la que ella es propietaria al 100%. Todo por el poder. Todo por seguir viviendo en La Moncloa.
San Pablo escribió con insistencia cartas a los Corintios sin que conste que estos jamás contestaran a ninguna de sus misivas. Pedro Sánchez, imitando torpemente al santo, ha cogido vicio de escribir cartas a la ciudadanía, escudándose en su amor, para pedir el voto. El mecanismo activado por él se le puede volver en contra. Sánchez en su carta pide votos de adhesión que interpreta como exculpación. Los ciudadanos le podemos contestar al presidente en forma de voto. Y la mejor opción frente a la adhesión es votar su rechazo. Es votar optando por la papeleta del partido que va primero en todas las encuestas. Cuanto mejor sea el resultado del partido que ganó las elecciones generales del 23-J aumentará, todavía más, la inviabilidad de esta absurda legislatura contra natura. En todas las encuestas se le da ganador al Partido Popular. Lo del CIS no es una encuesta. Es malversación de fondos públicos. Es fango o mierda utilizando el argot del Gobierno.
Respóndale a la carta a Sánchez. Vote. Es una obligación ciudadana.