Tecnología y progreso
«La gran ventaja de estas nuevas tecnologías es que abren grandes oportunidades al conjunto de los ciudadanos del mundo y a la economía»
Los grandes cambios tecnológicos que se están implementando, desde hace relativamente pocos años, han modificado sustancialmente no solo los procesos productivos, sino también, las costumbres actuales y forma de vida del conjunto de los ciudadanos de la gran mayoría del mundo; poniendo de manifiesto que cuando el hombre apela a la tecnología esta responde, en contra de lo que piensan los agoreros maltusianos, que no creen en la capacidad que tiene el ser humano para resolver tecnológicamente sus problemas, como la falta de alimentos para una población creciente, o la lucha contra la escasez de recursos o contra el «cambio climático». La solución a estos problemas no es decrecer, sino incrementar el PIB e intensificar los procesos de I+D.
La aplicación de los avances en la genética está permitiendo incrementar la productividad del sector agrario. Los transgénicos, junto a los avances en los fertilizantes, están aumentando la producción de alimentos, a pesar de que la superficie de cultivo se está reduciendo por el proceso de urbanización. Se demuestra que Malthus se equivocó absolutamente hace 150 años, puesto que en este momento hay posibilidades de producción para muchas más personas que los 8.100 millones que poblamos actualmente la tierra; el problema es que la aplicación de la agenda 2030 en Europa está limitando este proceso.
«Las TICs han perfeccionado los mercados de servicios, mejorando el potencial de crecimiento de la economía mundial»
Además, el gran avance de la genética consiste en permitir alargar la vida de las personas, mediante el desarrollo de nuevos fármacos que posibilitan cronificar e incluso curar en algunos casos, muchas enfermedades que antes eran mortales a corto plazo; lo que abre grandes posibilidades y oportunidades, pero también retos, por lo que lógicamente, si vivimos más tendremos que retrasar nuestra edad de jubilación. España, con 84 años de esperanza de vida, es el segundo país del mundo en longevidad después de Japón, y según las previsiones pronto seremos los líderes.
El desarrollo de la energía nuclear, y en los últimos años, la producción de petróleo y gas natural, mediante el fraking, han posibilitado abastecer una demanda creciente por parte de los países emergentes, sin provocar grandes tensiones en los precios. De hecho, esta tecnología de producción ha convertido a EEUU en primer productor mundial de barriles de crudo, lo que ha quebrado el oligopolio de la OPEP y ha modificado los equilibrios geoestratégicos. Esta realidad empírica desmiente la teoría de Club de Roma sobre el crecimiento cero y el agotamiento de las reservas mundiales de petróleo.
Otro de los grandes avances de las últimas décadas son las tecnologías de información y comunicación, TICs, que están revolucionando las actividades productivas y también la vida cotidiana de la mayor parte de la población mundial.
Estas permiten comunicar el mundo en tiempo real a unos costes muy bajos y han revolucionado los mercados de servicios y los de mano de obra. Tradicionalmente, el oferente y el demandante de los servicios, tenían que coincidir en tiempo y lugar; por lo que se trataba de mercados muy fragmentados, con grandes tensiones inflacionistas, alentados por la escasez de la oferta en algunos lugares; sin embargo, actualmente se pueden prestar servicios en tiempo real con miles de kilómetros de distancia. Es decir, las TICs han perfeccionado los mercados de servicios, mejorando el potencial de crecimiento de la economía mundial. Asimismo, permiten incrementar la productividad de muchos trabajadores, puesto que ha alargado voluntariamente la jornada laboral, a casi todo el día, pero además favorecen la conciliación del trabajo con la familia y con el tiempo libre. Además, las TICs posibilitan la emigración a través de la «Red». El teletrabajo permite vender mano de obra y comprar, sin desplazamiento físico; lo que ha reducido los problemas que planteaba la falta de trabajadores en muchas actividades. Este ha sido esencial durante la Pandemia de la covid-19, si bien la presencia física también es muy importante en muchos casos.
Asimismo, el empleo muy reciente de la inteligencia artificial permite incrementar enormemente la productividad en muchos procesos, lo que puede destruir empleo directo, como la mayoría de los avances tecnológicos; pero crea empleo indirecto y genera riqueza que impulsa nuevas ofertas de bienes y servicios, y su demanda, Ley de Say, lo que implica nuevas posibilidades de empleo.
Además, afortunadamente la inteligencia artificial difícilmente podrá sustituir la capacidad creadora del cerebro humano, pero es muy útil para los trabajos repetitivos.
La gran ventaja de estas nuevas tecnologías es que abren grandes oportunidades al conjunto de los ciudadanos del mundo y a la economía; de tal manera que, si nos adaptamos adecuadamente y se incrementa la división internacional del trabajo, y el comercio internacional, según la teoría de David Ricardo todos podemos beneficiarnos de las ventajas relativas del mismo, si nos especializamos en producir aquello para lo que disponemos de ventajas comparativas.
Si bien el reciente estrangulamiento de las cadenas de producción, a raíz de la crisis del covid, recomienda una diversificación mundial de la producción, que reduzcan el riesgo de «cuellos de botella», pero en ningún caso son deseables las políticas proteccionistas. La globalización de las últimas dos décadas ha permitido el desarrollo de una gran cantidad de países y reducir la pobreza en el mundo del 35% de la población mundial en 1990 al 7,5% en la actualidad.
Además, los recientes avances tecnológicos se han incorporado a la vida cotidiana, mejorándola y favoreciendo los procesos de intercomunicación, información y formación, entre otros. De hecho, se ha modificado incluso el concepto del tiempo; puesto que este tradicionalmente ponía de manifiesto la organización de la Sociedad, cuando había que coincidir en tiempo y lugar.
En definitiva, estamos ante un mundo más favorable para el progreso, el desarrollo y el bienestar, de casi toda la población del mundo. Sin embargo, las propuestas políticas populistas pueden no anular, pero sí reducir sus ventajas y limitar la libertad de los ciudadanos si se emplean inadecuadamente. Hay que tener presente que el modelo actual puede beneficiar a toda la sociedad, por lo que afortunadamente queda absolutamente refutada la «teoría de la lucha de clases».
La economía global de mercado impulsada por los avances tecnológicos es la que más crecimiento y bienestar ha provocado en toda la historia del mundo.