THE OBJECTIVE
Carlos Mayoral

¿Y si hubiesen matado a Trump?

«Es la esencia del efecto mariposa: la vida de un hombre, la estabilidad de una nación o una posible guerra civil o mundial depende de una ráfaga de viento»

Opinión
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¿Y si hubiesen matado a Trump?

Ilustración de Alejandra Svriz.

Probablemente todos ustedes conozcan El efecto mariposa, ese concepto asociado a la teoría del caos que dicta, como el proverbio chino, que el aleteo de una mariposa puede provocar un tsunami al otro lado del mundo. Lo que viene a explicar esta teoría es que el destino del mundo se sustenta sobre casualidades, sobre pequeños detalles que nadie previó, sobre azares milimétricos que pueden conseguir, como promulga otro ejemplo clásico, que dos pájaros peleen por una semilla, cayendo esta al suelo, haciendo germinar un árbol que algún día cambie el clima de la región.

Una cadena de sucesos que depende de una acción simple, vulgar, común, pero a la vez de algo tan complicado como el hecho de que un pequeño pájaro no sea capaz de atrapar con su pico una pequeña semilla en un momento concreto y en lugar determinado.

Ray Bradbury, en su cuentito El sonido de un trueno, cuenta cómo, tras un viaje rápido en el tiempo, los protagonistas del relato trastocan ciertos detalles de la prehistoria sin calibrar lo que ocurre en el presente. Al volver a él, lo que ha cambiado, más allá de detalles curiosos (la ortografía del idioma inglés, la forma de los edificios), es que ahora gobierna un tirano sin escrúpulos llamado Deutscher. Hubo quien vio en esta narración de Bradbury una metáfora de lo que es la política, una sucesión de pequeños detalles que cambian la vida pública de una nación.

El intento de asesinato de Trump es, sin duda, un gran ejemplo de esta teoría. Dicen los expertos que fue una ráfaga inesperada de viento a pocos nudos lo que desvió milimétricamente la bala. De haber impactado donde el tal Thomas Matthew Crooks probablemente pretendía, hoy hablaríamos de que el hombre que ahora mismo lidera una gran corriente de pensamiento político en EEUU estaría muerto, desatando terribles consecuencias. Es la esencia del efecto mariposa: la vida de un hombre, por extensión la suerte de un partido político, quizá la estabilidad social de una nación, e incluso la posibilidad de una guerra civil o mundial depende de un pequeño haz de viento que nadie predijo.

«La realidad es un aleteo de mariposa, una semilla que se escapó, una ráfaga de viento impredecible»

Así que, querido lector, saque usted una conclusión, por muy banal que sea, de estos párrafos. A menudo perdemos gran parte del tiempo que alguien nos dio en trazar planes sesudos para mañana, en afianzar porvenires estables, en predecir actitudes, en controlar emociones… En manejar, dicho con palabras llanas, el futuro. Pero en la realidad intervienen factores mucho más simples que su voluntad. La realidad es un aleteo de mariposa, una semilla que se escapó, una ráfaga de viento impredecible.

Así que disfrute de ese aroma a café recién hecho, de ese vino tinto con vistas al Mediterráneo, de ese baile abrazado a quien usted quiera, esa novela que le espera en la mesilla de noche, ese acorde de George Harrison, ese tono de Winehouse, ese lenguaje de Quevedo, ese personaje de Scarlett, esa luz de Sorolla, ese capote de Morante. Aproveche la felicidad que tenga a mano, porque de la otra, me temo, sólo el azar se hace cargo.

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