La droga que aún no da votos
«Cuando el combate contra el narco mueva votos, agite urnas y ponga a los candidatos a prometer mejoras serias, igual es demasiado tarde»
Estaba lejos de mi tierra cuando vi en ese frenopático tan entretenido de las redes sociales una noticia que apenas ha trascendido fuera de Granada, un incendio. El primer gran incendio de todo el verano en la provincia granadina se inició este pasado fin de semana en la localidad de Pinos Puente junto a un vertedero y acabó afectando a 280 hectáreas. No había mucha más chicha en la información, bien saben que los medios, especialmente los que buscan carnaza, desean encontrar historias de víctimas. Dramas para hacer llorar a la abuela que ve la tele, pobriña.
Era un incendio, una cosa que nunca gusta, claro, pero sin más. Hasta que un detalle, que acabará pasando sin gloria mediática alguna, me llamó la atención. Lo contó el diario Ideal, la quema de marihuana está detrás de ese incendio. La causa fue quemar marihuana, seguramente restos de la droga con gasolina y sobre la llanta de un vehículo. Se prendió una chispa y estuvo ardiendo el monte durante horas. En Granada, como se ve, El Padrino sería imposible de hacer por la torpeza supina de los delincuentes. Esos horteras que venden lujo y ostentación con el dinero de la droga, torpes como para provocar un incendio quemando rastrojos de maría.
La droga no interesa. Reformulo, la droga interesa mucho, se consume mucho, se vende muy bien, es un negocio ilegal, ya lo sabemos, pero muy lucrativo. La droga interesa, pero no da ni quita votos. La droga no es materia de interés político porque los dirigentes se mueven por el interés electoral. Por el mismo motivo por el que España no está pensada para la gente joven, somos pocos y no votamos demasiado, la lucha contra la droga no moviliza un discurso valiente, cohesionado y apoyado por los partidos. ¿Se han quemado 280 hectáreas por culpa de la droga? Sí, okey, sigamos adelante. Cómo seguimos adelante cuando asesinaron en febrero a dos guardias civiles. Miguel Ángel González y David Pérez Carracedo, siempre en el recuerdo.
Habrá más indignación en la cochiquera virtual porque una tal RoRo, estrella de Tik Tok, le hace platos estupendos a su novio Pablo, que por el vil asesinato a dos agentes de la autoridad en Barbate. Ya sé que lo viral no suele ser lo importante, no tiene por qué serlo, ¿pero en qué gilipolleces andamos perdiendo el tiempo? Han matado a dos guardias civiles que son el Estado en Barbate. Ha pasado medio año desde que el narcotráfico le ganó una batalla a un Estado español, mastodóntico y frígido, que se retrata de manera cercana en un guardia civil. El presidente Sánchez, cuidadoso con la imagen, no apareció por Barbate a dar unas condolencias a los familiares de los asesinados.
«La droga no les interesa a los políticos nada más que si la pueden usar en su estomagante lucha por el relato»
La droga no les interesa a los políticos nada más que si la pueden usar en su estomagante lucha por el relato. Vende más hablar de Fariña —magnífico libro— para, como hizo Ion Antolín, director de comunicación del PSOE y acompañante de Begoña Gómez en los juzgados, recordar cómo el PP censuró aquella obra. Lo hizo Antolín el día que su jefe, y el presidente de todos los españoles, se subió al atril a intentar convencernos de su intención para combatir los bulos y la desinformación. Que empiece Sánchez por hablar con Antolín que recibió un correctivo edificante en redes por parte de Nacho Carretero, que algo del libro sabe puesto que lo escribió él. No fue el PP el que censuró a Fariña, lo hizo una jueza.
Luce más meter en el barro político a Fariña qué ponerse a combatir el narcotráfico que sigue habiendo en Galicia, por supuesto infinitamente más soterrado, pero haberlo haylo. Hay agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que se juegan la vida a diario en el Campo de Gibraltar, hay una sensación de impunidad del narco, de hecho hay quienes aplauden al narco, esa cultura que ampara y defiende al delincuente que trae dinero y trabajo. Y sin embargo, buena parte de la clase política seguirá obsesionada con exhumar la foto entre Marcial Dorado y Feijóo.
La droga aún no interesa políticamente porque es cierto que el monstruo está creciendo, todavía no te roba la merienda en el recreo. Aunque paso a paso, los medios de los agentes se van quedando cada vez más atrasados mientras los rivales siguen mejorando. En las comarcas donde el paro golpea más, muchos jóvenes ven una salida urgente en hacerse lancheros, vigilantes de los fardos o en nosequé cometido que, aunque peligroso, está mejor pagado que cualquier trabajo basura. Cuando el combate contra el narco mueva votos, agite urnas y ponga a los candidatos a prometer mejoras serias, igual es demasiado tarde. Quizá el monstruo se haya convertido en hidra y sus cabezas estén por todas partes. Empezando con un simple incendio, pasando por un doble asesinato e imaginando qué será lo siguiente. Peor, señorías, seguro que peor.