THE OBJECTIVE
Joseba Louzao

Paisajes morales

«Las ruinas del pasado son mucho más que meras reliquias o desgraciados escombros dejados por la historia»

Opinión
1 comentario
Paisajes morales

El parque natural Cabo de Gata-Níjar. | Archivo

Los turistas no avisados se deben llevar una sorpresa desconcertante al encontrarse en medio del parque natural Cabo de Gata-Níjar con las obras abandonadas del hotel El Algarrobico. Allí, en medio de un paraje agreste y al pie de playa, se encuentra una mole a medio construir que aún tiene hasta sus grúas que contrastan con el evidente abandono de la estructura, dominada por una naturaleza que se abre paso sin pedir permiso. Las irregularidades administrativas -entre ellas no cumplir la Ley de Costas o haber sido construido sobre un suelo no urbanizable- hicieron que se paralizara la obra hace casi dos décadas. Tras decenas de sentencias parece que este intento hotelero ya va a poder destruido. Quizá sea el fin de una lucha judicial entre diferentes administraciones, la promotora y grupos ecologistas. Esperemos.

Más allá de que este caso sea un testimonio evidente de las corruptelas varias en el mundo de la construcción, estas ruinas del presente despiertan tanta curiosidad como desagrado, como si tratase de un vestigio del futuro. Este paraje nos recuerda todo lo que hubiera podido ser. Algo que también nos sucede con las ruinas del pasado. Estas son mucho más que meras reliquias o desgraciados escombros dejados por la historia. La arqueología lo demuestra fehacientemente, aunque nuestras políticas de memoria -hipervitaminadas en algunos casos, abúlicas en otros- a veces se empeñen en contradecirlo.

Los restos del pasado nos descubren que hay vidas que debemos rescatar de la maleza y del olvido. Un buen ejemplo de todo ello es Pompeya y Herculano. Los efectos de aquella catástrofe nos legaron unos cuerpos calcinados que nos hacen aún más conscientes de que hubo seres humanos como nosotros que dejaron frágiles huellas de su paso por aquellas calles. Sus restos serenados por el paso de los siglos tienen una fuerza expresiva imposible de admirar sin sufrir una alteración anímica. La reconstrucción del estilo pompeyano en los salones de la época de Carlos III, el mayor impulsor de las excavaciones, son una prueba de la fascinación por las ruinas que invadió el continente europeo en el siglo XVIII en un proceso de estetización romántica, ya anticipada por Claudio de Lorena, en el arte y la arquitectura.

Han pasado varios siglos desde entonces, pero la actitud de los actuales buscadores de ruinas mantiene una estrecha relación con J. J. Winckelmann y los otros eruditos que se apasionaron por la antigüedad grecorromana. Hoy en día son los edificios modernos los que despiertan más atracción. En Japón hay una moda triunfante llamada haikyo -lo que se traduciría como ruinas-, un desbordante interés por los edificios abandonados, como hospitales antiguos, fábricas cerradas o parques de atracciones abandonados. El Algarrobico habrá tenido durante estos años más de un visitante inexperado. En el fondo, son testimonios de una vida pasada, por lo que no es extraño que muchos de estos lugares escondan sus propias leyendas. Incluso hay quienes hacen eso que se ha dado en llamar black tourism, es decir, visitan espacios marcados por la tragedia de una forma u otra. Entre el morbo y la impudicia, estos turistas convierten lugares de sufrimiento en una experiencia banal más.

«Las ruinas del pasado no son un simple entretenimiento, nos ayudan a dibujar nuestro particular paisaje moral»

Las ruinas del pasado no son un simple entretenimiento para rellenar nuestro ocio sin más. Estos restos nos ayudan a dibujar nuestro particular paisaje moral y se convierten así en hitos de una cartografía de la memoria que, como verdad imperecedera, nos hablan de lo que fuimos y de lo que somos. A veces también de lo que pudimos ser y no fuimos. Porque, como nos recordaba Hannah Arendt, “la realidad y confiabilidad del mundo humano descansan principalmente en el hecho de que estamos rodeados de cosas más permanentes que la actividad que las produce”.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D