THE OBJECTIVE
Daniel Múgica

El planeta de los simios

«La noticia de la semana es que se van a reconocer los derechos de los simios»

Opinión
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El planeta de los simios

Ilustración de Salvador Illa. | Alejandra Svriz

La noticia de esta semana no ha sido la investidura del nada honrable y muy mezquino Illa, el que ha pactado con los independentistas robar recursos al restos de los grandes territorios. Las direcciones de ese partido nada socialdemócrata, especialmente la castellanomanchega y asturiana, se quejarán y no realizarán el mínimo acto de fuerza institucional en las regiones mentadas. De Navarra hay que afirmar que Chivite se acuesta con los asesinos de sus compañeros de partido y goza, sí, goza con la sangre derramada, lo que es un insulto para mi familia y todas las víctimas, incluidas por supuesto las populares.

La noticia de esta semana tampoco ha sido que el presidente del gobierno haya colaborado con la delincuencia organizada ordenando que no se detenga al delincuente por excelencia, Puigdemont. La dirección del PSOE ya nos tiene acostumbrados a ese colaboracionismo con los delincuentes; les agrada demasiado el coche oficial y el ordeno y mando y la ausencia del consenso con el otro, el demócrata, que nunca es el independentista ni el asesino, complemento necesario en Bildu.

La noticia de la semana no es que las autonomías populares, la mayoría, no vayan a recibir lo que les corresponde y vean mermadas la legitima asistencia a la ciudadanía. Porque por mucho que sea cierto que los populares estrechan el estado del bien estar, mucho más lo es que lo ha reducido el falso PSOE,  a menos que milites en él o seas un cargo independentista, con lo que tendrás palco en el circo y langosta en la mesa; de lo contrario habrás de conformarte con pan y gradas. Todas las medidas sociales del gobiernos se multiplican en los territorios de lenguas cooficiales, así que hay españoles de primera y de segunda dependiendo del código postal. En los territorios de lengua cooficial, si no defiendes públicamente la primera lengua según el partido de turno, no recibirás ayudas añadidas, con lo que serás un ciudadano de tercera. La falsa socialdemocracia del PSOE ha sido capaz de crear nuevas clase sociales, lo que se mire como se mire es muy de derechas, y ha sido capaz de hacerlo además en torno a la identidad, la del individuo no la del colectivo, discurso que comparte el PSOE con todo tipo de nacionalismos, el que asesinaba, el que reeduca, el que segrega.

La noticia de esta semana no es que los populares no mientan, porque los populares ya no mienten, no lo necesitan, sabemos que privatizan, igual que sabemos que respetan las reglas del juego, igual que sabemos que son una formación democrática. Pero es que la falsa socialdemocracia también privatiza, le regala directamente a sus amigos y conocidos, millones y millones de euros en ayudas que se utilizan presuntamente en asuntos privados, prostitutas y cocaína. O, siendo buenísimo, siguen subvencionando a empresas de cualquier tipo, lo que me parece de maravilla, pero sin pedir nada a cambio. Me encanta que los empresarios ganen dinero a espuertas y coleccionen cochazos, exesposas y amantes. Aunque les exigiría un ejercicio de responsabilidad, y lo haría mediante ley, que le devolviesen al estado parte del dinero creando puestos de trabajo remunerados con dignidad.

No basta solo con recibir en la Moncloa a la extraordinaria analista Mazzacuto y escuchar a Krugman, también hay que implementar parte de sus políticas económicas. Este gobierno y este partido, al que hay que desterrar de la historia y sustituir por otro, no solo atiende como comenta la derecha al grupo Puebla. Lo que hace es depender del momento y actuar con tactismo y no con estrategia, lo necesario.

Le interesa el grupo Puebla, aunque también le interesa aplicar la política neoliberal de Junts y del sector que manda bajo la mesa en el PNV. Por dos razones. La primera, la de Puebla, para prometer a Sumar que apoyará sus leyes estrella y demorar la promesa sin cumplirla hasta acabar la legislatura, con lo que conseguirá tenerlos bebiendo de sus pechos. La segunda, la de los neoliberales, se basa en un pacto sin luz ni taquígrafos con el Ibex 35, el PNV extremo y Junts; el gobierno no les quita sus privilegios mientras este tercero empuja el crecimiento de la economía, esa magia numérica que no llega a la mayoría y que nos vende Cuerpo. Son los conciertos económicos vasco y navarro, los únicos constitucionales que es obligatorio mantener, la nueva singularidad catalana y que los dueños del Ibex 35 paguen menos impuestos que las rentas de trabajo. A cambio vosotros, el terceto milagroso, me mantenéis en el poder y miráis a otro lado cuando nos pasamos por el arco del triunfo la Constitución, que es siempre. Aquí es donde el gobierno y la dirección del PSOE cojean; no comprenden que la ciudadanía, lo único sagrado en democracia, históricamente, tiene un punto de quiebre que, cuando acontece, toma las calles de forma legítima y voraz.

Encima, nos consta que el Ibex 35 y el PNV pueden llegar a ser razonables, pero como el gobierno realiza equilibrismos en un lado de la cuerda floja con bajada de bragas y calzoncillos, mientras en el otro lado de la cuerda le imitan Bildu y similares, pues el PNV y parte del Ibex, decidan ustedes que parte del Ibex, participan en el juego vestidos, decidan ustedes con que ropa. 

Lectores, fíjense en Alemania. Incluso los gobiernos de Merkel lograron arrancar compromisos a la bolsa de allí en prosperidad para los ciudadanos y los territorios, y consiguieron equilibrar las economías de los territorios.

«La paz social ha llegado a Cataluña, todos callan por miedo a perder trabajos mal pagados o a no conseguirlos»

La mitad de los parados tiene más de 50 años porque los empresarios se niegan a pagar su vida laboral, esa es una de las noticias de esta legislatura, como tantas tapadas por la incompetencia y ladronería del infame Illa y sus secuaces, exministros y ministros. La paz social ha llegado a Cataluña, todos callan por miedo a perder trabajos mal pagados o a no conseguirlos, lo que es un clásico de los autoritarismos larvados. Así sigue cosechando Orbán victorias electorales, y así ha ganado Meloni en Italia, una de las mejores inteligencias de la política europea, y eso que me jode reconocerlo. En nuestro patio de colegio, el movimiento de Abascal ha sido de parvulario. Debería haber aguantado un par de años y luego largarse de las autonomías, ahora se puede decir que le ha hecho un favor a la democracia; es lo que tiene Abascal, rodearse de tanta gente «rara».

La dirección del PSOE es de facto un grupo político regresivo y no progresista, retrogrado y no demócrata, opaco y no transparente, cainita y no generoso. Reparte parcelas de poder, empleos en lo público, solo a sus militantes, midiendo la capacidad de estos por la lealtad, no por la preparación. Regalar vino y fiesta a través de las diputación provinciales tiene un límite, así que ha prometido 40.000 empleos públicos; tendremos que estar vigilantes, harán trampas. Lo sabía Indalecio Prieto cada vez que Largo Caballero realizaba un movimiento.

La gran noticia de esta semana es que se van a reconocer los derechos de los grandes simios, los pobrecitos andan con problemas psicológicos, igual que la mayoría de nuestra juventud. Esa, en serio, es la gran noticia. Satisface por igual a los animalistas, a los ecologistas y a la izquierda que no es izquierda, y además es una iniciativa del ministerio de derechos sociales. Aplaudamos los derechos de los grandes simios y olvidémonos de los derechos humanos

Parece que la ministra palestina de infancia y juventud no se acuerda de que España está a la cabeza de la pobreza infantil de los países de la UE. Parece que la ministra de trabajo no se acuerda de que, en España, añadiendo a los temporales, hay tres millones muy largos de parados. Parece que el presidente nada socialista no se acuerda que tenemos un problema estructural con la energía. Parece que la dirección de un partido y un gobierno nada socialdemócrata no se acuerdan de que están de lleno metidos en un casus belli de corrupción, caso Koldo y caso Begoña.

La corrupción se genera en la dirección del PSOE y en la mayoría del gobierno, en la cabeza por supuesto, así que hay que poner el ventilador en marcha y tapar la mierda con la gran noticia: los derechos de los grandes simios. Mientras, las clases medias y trabajadoras no se pueden permitir viviendas compradas o de alquiler, ni hijos, lo que es un hecho más allá del análisis. Además, a la vuelta de las vacaciones, reducidas de una semana a quinces días, los españoles tendrán que hacer frente a los créditos pedidos para sufragarlas, en especial la clase media empobrecida, el 45% de la población. ¿Y qué decir del resto, de la clase trabajadora? Ni la clase media ni la clase trabajadora tienen representación sindical. ¿Dónde está la UGT de Nicolas Redondo Blanco, de Cándido Méndez? Los dos, padre e hijo en tiempos, en el presente hubieran hecho temblar las calles. El sindicalismo de ahora se ha vendido a las élites. Ahí, por supuesto, también hay que trabajar, porque la clase media de hoy es la clase trabajadora de ayer.

Esta es la manera más antigua e inventada de conformar las elites en política, mediante el miedo o la promesa que nunca se cumple de la pertenencia a esa elite, y en el camino se ofrece a los incrédulos empezar a caminar en el planeta de los simios. Los demás, los que aguantamos, somos fachas o conservadores, pero nunca socialdemócratas clásicos, como el que suscribe, que ni siquiera tiene derecho a ser libre.

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