El colapso de la inteligencia artificial gratuita
«Medios atentos a la economía digital alertan de que OpenAI podría quebrar antes de 12 meses si no consigue recaudar una cantidad significativa de dinero»
The information dio la señal de alarma y la han recogido ITPro, Forbes, Economic Times, y otros grandes medios atentos a la economía en el mundo digital: OpenAI, la empresa pionera de inteligencia artificial sin ánimo de lucro creada en 2015, podría quebrar antes de 12 meses si no consigue recaudar una cantidad significativa de dinero.
Otros apuntan a que la gigante de la IA, respaldada por Microsoft, es «demasiado grande para hundirse».
OpenAI está al borde del colapso, con pérdidas proyectadas de un total de 5.000 millones de dólares, según un análisis realizado por The Information. Esto significa que podría estar en camino a la bancarrota en los próximos 12 meses, con detalles del informe que sitúan a OpenAI con gastos muy superiores a otras empresas en el espacio de la IA generativa. Sus costos de entrenamiento e inferencia podrían llegar hasta 7.000 millones de dólares este año, con un gasto adicional de 1.500 millones en personal (según X).
Desde hace un año y medio el coste desorbitado de mantener y perfeccionar OpenAI ha sido un tema recurrente entre los profesionales informáticos, y varios análisis de la industria subrayan los altos costos asociados con la construcción y el mantenimiento de sus servicios insignia como ChatGPT, el chatbot capaz de responder a las preguntas que le haga el usuario, mantener conversaciones, generar código informático y capaz sobre todo de redactar, traducir o sintetizar textos –habilidad muy apreciada por los estudiantes perezosos-. En muchas profesiones, y para cientos de millones de usuarios, es ya una herramienta de trabajo imprescindible. Pero la viabilidad, la sostenibilidad de tan carísima herramienta en continua evolución está en entredicho.
Mantener ChatGPT operativo costó 700.000 dólares cada día del año 2023. O sea, 255.500.000 al año, si no me equivoco. En comparación, los ingresos de la empresa son muy inferiores, creando márgenes potencialmente insostenibles. Aunque los problemas financieros de OpenAI giran en torno a costos operativos exorbitantes, las preguntas sobre su situación actual surgen en un período de preocupación más amplia en la industria de la IA, leemos en ITPro.
«El coste de acumular información y ‘educar’ los sistemas de AI es demasiado elevado»
Simon Bain, CEO de Omnilndex, dice a la revista bimensual que muchos líderes tecnológicos están comenzando a reconocer esta realidad, señalando que el enfoque de «aprendiz de todo» de la IA ha fracasado. En otras palabras: el coste de acumular información y «educar» los sistemas de AI es demasiado elevado. El proyecto, que tantos temores había generado en diversas profesiones cuyos empleados temen volverse «redundantes» (por usar el término anglosajón para referirse a los trabajadores que, por su edad, por el carácter anacrónico de su educación o formación, o porque una nueva máquina puede hacer mejor que ellos sus tareas, han dejado de ser útiles: ahora son redundant. Sobreros) puede disolverse en breve.
En Forbes discrepan de los presagios de ITPro. Señalan que el útil, problemático y temido chatbot no va a desaparecer: «Todo lo contrario. Chat GPT ha evolucionado rápidamente para convertirse en un servicio fundamental para el consumidor. Hasta ahora ninguna otra aplicación (app) ha crecido a semejante velocidad. Además, Microsoft (su principal patrocinador) tiene interés en OpenAI como herramienta para competir con Google en la carrera de la IA. Es probable que seguirá financiando los costes de los servidores de OpenAI para disfrutar de la ventaja competitiva que ha adquirido contra Google».
Ahora, por si fuera poco, la presión sobre este negocio tan ruinoso como prometedor aumenta con el anuncio de Elon Musk -el hombre más rico del mundo, dueño de X, de SpaceX, de Tesla, y que hace unos años fue cofundador de OpenAi, de la que salió por discrepancias con sus socios-, se dispone a desarrollar un chatbot competidor. Se plantea aquí un duelo de titanes, en el que se barajan cifras mareantes y saltarán más chispas que en La Guerra de las Galaxias. Los sobreros y demás redundants, apártense, y yo el primero.