Arte de birlibirloque
«Como dejó escrito Alan Turing, sostener que los ordenadores piensan es como afirmar que los submarinos nadan: el viejo antropocentrismo de siempre»
Ilustración sobre la IA. | Alejandra Svriz
La burbuja de la Inteligencia Artificial está a punto de estallar. Lo advirtió hace un par de semanas Paul Singer, temido magnate de fondos buitre, aunque ya era obvio para todo el que tuviera ojos. ¿Irán a freír gárgaras los técnicos, expertos y vendedores de crecepelo que, con vistas a inflar los activos de las Big Tech, nos han hecho creer durante meses en la inminencia de una IA general, tan próxima como la llegada de los extraterrestres o la Segunda Venida?
Inteligencia Artificial… ¡A otro perro con ese hueso! ¿Cómo va a ser «inteligencia» algo escindido de la carne y la finitud, ajeno a la mediación de la lengua y al proceso de culturización? El mito de la IA no está muy alejado de la inteligencia incorpórea soñada por Heráclito con el nombre de logos. Que un robot pase la aspiradora nos ahorra mucho tiempo, pero ¿qué tiene que ver la inteligencia con el mero cálculo? Como dejó escrito Alan Turing en un artículo clásico de 1950, sostener que los ordenadores piensan es como afirmar que los submarinos nadan: el viejo antropocentrismo de siempre.
«Que la IA clasifique regularidades es útil para un chatbot. Pero el mundo real no se repite por medio de operaciones recursivas»
Seguro que nuestros antepasados se anonadaron al ver la primera máquina de vapor o la primera proyección cinematográfica. Pero dudo que cayeran en el exceso de pensar que los trenes o el cine eran zarzas ardiendo que venían a redimir al género humano. ¿A qué pensarlo de una red de algoritmos, por compleja que sea?
De los ardides de prestidigitador con que se nos ha anunciado esta tecnología, el más burdo es el relativo a su capacidad predictiva, rayana, para algunos, en la infalibilidad. ¿No han leído a Hume? ¿No han oído hablar del pavo de Bertrand Russell? Ver correlaciones constantes no permite generalizar. Que la IA clasifique regularidades es útil para un chatbot. Pero el mundo real no se repite por medio de operaciones recursivas. ¿Será que, como dejó escrito Arthur C. Clarke toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia? ¿O más bien cabría hablar de arte de birlibirloque?
