THE OBJECTIVE
Pilar Marcos

¿Lo pillas? y los pillos

«Lo «inteligente», según Puente, es olvidarnos de que hubo un tiempo en el que España fue ejemplo para el mundo con su creciente red de alta velocidad»

Opinión
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¿Lo pillas? y los pillos

El ministro de Transportes, Óscar Puente. | Ilustración: Alejandra Svriz

Hay que ir muy desabrochado por la vida -y por la política- para atreverse a lanzar una campaña publicitaria de lo «ultrasensible» que es el ministerio de Óscar Puente en el cuidado y mejora del transporte público en España cuando no hay día sin su caos en el ferrocarril, sea en Cercanías o en el AVE o en ambos. ¿Lo pillas?

Hay que ir más que desabrochado para, además, burlar al sufrido usuario obligatorio del transporte público, muy especialmente del ferrocarril, mofándose de lo «inteligente» que es padecer las infernales aglomeraciones, infinitos retrasos y angustiosas aglomeraciones de gente esperando en vano su tren, sea en Chamartín, en Atocha, en Sants, en… ¿Lo pillas?

Las imágenes de este ya cotidiano desastre se repiten más de una vez por semana en los informativos sin que el «ultrasensible» ministro Puente haya hecho nada más que destituir, este viernes, al presidente de Adif, Ángel Contreras. ¿Se puede pedir más «ultrasensibilidad» que el cese del responsable máximo de administrar las infraestructuras ferroviarias en España? Sí. Por ejemplo, que la destitución hubiera sido parte de la respuesta del ministro a la creciente calamidad que sufren los usuarios del ferrocarril, y no toda su respuesta al creciente nivel visible de la sentina de corrupción que ahora, por resumir, llamamos Koldo. ¿Lo pillas?

Salvo que, eso sí, la «ultrasensibilidad» del ministro y la «inteligencia» a la que se invite al usuario sea que olvide cualquier intento de utilizar el transporte público que depende del Gobierno del inteligente Pedro Sánchez y el ultrasensible Óscar Puente. Ni Cercanías ni AVE ni trenes de media o larga distancia. Mejor que opte por el que organizan y sufragan comunidades autónomas y ayuntamientos; en el caso de Madrid, el Metro y el autobús. Dejemos al «ultrasensible» ministro en los cochazos y barcos de lujo que amigablemente le prestan sus desinteresadas amistades y al «inteligente» presidente viajando en sus Falcon, sus helicópteros y sus inacabables caravanas de coches oficiales, y cojamos el Metro, el autobús… o la bici. ¿Lo pillas?

Ese debe de ser el caso, porque la campaña de «¿Lo pillas?» del ministro Puente vino acompañada de otra a favor de la bici eléctrica pública protagonizada por el presidente Sánchez. ¿Quién hubiera podido imaginar que estos pillos iban a hacer publicidad retrospectiva de, por ejemplo, Ana Botella? Pues ahí lo tienes: desde 2014 en Madrid hay BiciMad. Quizá los pillos no querían elogiar a Botella, sino a Rita Barberá, que puso en marcha en Valencia el servicio municipal de bici eléctrica en 2010. ¿Lo pillas?

«Anular el servicio de Cercanías tensionará aún más en horas punta la cantidad de gente que necesita coger el Metro. Y para eso sí tenemos claros culpables. Los fachas de Ayuso y Almeida»

Efectivamente, los pillos no estaban pensando ni en Barberá ni en Botella. Si acaso, en el alcalde pionero en el servicio de bicicletas municipales: el discretísimo Jordi Hereu, en 2007 alcalde de Barcelona, y hoy ministro de Industria y Turismo de Sánchez. En Barcelona, las bicis municipales de Hereu no son eléctricas como en la mayoría de los municipios que hoy las ofrecen. Como orográficamente la ciudad baja hacia el mar, los jóvenes usuarios pueden cogerlas en su trayecto de bajada y luego una camioneta se encarga de volver a subirlas. ¿Lo pillas?

Sí, casi lo pillamos. Lo «inteligente», pues, es olvidarnos de que hubo un tiempo en el que España fue ejemplo para el mundo con su creciente red de alta velocidad. Ahora el AVE casi seguro que se ha vuelto facha: mucho mejor ir en bici. Y lo «ultrasensible» será olvidar también que la red de Cercanías (al menos, en Madrid) llegó a ser un ejemplo de puntualidad, frecuencia horaria definida y limpieza verdaderamente sorprendentes. Además, una enorme ventaja de anular el servicio de Cercanías es que, inevitablemente, eso tensionará aún más en horas punta la cantidad de gente que necesita coger el Metro. Y para eso sí tenemos claros culpables. En Madrid, por ejemplo, Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida. Es decir, los fachas de Ayuso y Almeida. Pues con eso ya estaría. ¡Pillado!

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