Madrid, motor de crecimiento
«Las políticas económicas de la Comunidad de Madrid se centran en la liberalización, la reducción de impuestos y la atracción de inversiones»
Isabel Díaz Ayuso. | Ilustración de Alejandra Svriz
La Comunidad de Madrid se ha consolidado en las últimas décadas como uno de los principales motores del crecimiento de España, y centro neurálgico de una parte importante de la actividad productiva y de la localización de inversión extranjera. Asimismo, está atrayendo una gran cantidad de talento del resto del país y también del extranjero, sobre todo procedente de Iberoamérica.
Esta realidad se ha sustentado sobre una importante renta de situación al encontrarse en el centro geográfico de La Península, tener Madrid La Capitalidad de España, unas magníficas infraestructuras de transporte y comunicación, buenas Universidades públicas y privadas y, en gran medida unas políticas económicas propias que favorecen la libertad personal y empresarial.
«La Comunidad de Madrid es la región que más transfiere al Sistema y este colapsaría si entrase en vigor el ‘Cupo Catalán’»
Se trata de una Comunidad Autónoma uniprovincial y pequeña, con una superficie de 8.028 km² con algo más de 7 millones de habitantes; y, sin embargo, aportó el 19,4% del PIB español el pasado año, siendo la primera región española, seguida de Cataluña, que lideraba esta realidad hasta hace tan solo tres años, lógicamente en los últimos años la CAM ha crecido por encima de la media nacional, y este año también es previsible que lo haga en unas tres décimas. En 2023 creció un 3,2%, medio punto por encima del 2,7% revisado recientemente por el INE.
Su PIB per cápita es el más alto del país, un 36,5% superior a la media nacional, y ya ocupa el quinto lugar de todas las regiones de la UE. Su mayor dinamismo se comporta de manera consistente, incluso en periodos de crisis, por lo que sigue ampliando las diferencias; lo que se explica por su mayor competitividad y potencial de crecimiento.
La tasa de paro se ha situado en el 9,7% de la población activa, lo que representa una de las más bajas, según la EPA. El pasado año el número de afiliados a la Seguridad Social, creció un 3,9%, frente al 2,7% del conjunto de España, dinamismo diferencial, que también se está produciendo a lo largo del presente año.
Es una Comunidad solidaria también en lo referente al Sistema de Financiación Autonómica, en el año 2023 Cataluña recibió 23.255 millones de euros de la Administración Central, seguida de Andalucía con 23.022 millones de euros y Madrid con 17.232 millones de euros, un 26,1% menos que Cataluña y, sin embargo, aportó casi el triple al Sistema 7.395 millones de euros, frente a los 2.088 millones de euros de Cataluña. La Comunidad de Madrid es la región que más transfiere al Sistema y este colapsaría si entrase en vigor el «Cupo Catalán».
El sector servicios representa el 80% del PIB, destacando subsectores de alto valor añadido, como el financiero, por la relevancia de los Bancos tanto nacionales como extranjeros, la Bolsa de Valores y otras muchas empresas de sector, como compañías de seguros. Asimismo, los servicios a las empresas que se han internacionalizado significativamente, y todo tipo de empresas de transporte y telecomunicaciones.
Sin embargo, también se ha convertido en uno de los destinos turísticos más importantes de nuestro país, el año pasado recibió a más de 12 millones de visitantes extranjeros. Además, hay que destacar al comercio como gran pilar, por su amplia red de centros comerciales, mercados y tiendas a pie de calle.
Aunque con menor peso, la Industria de Madrid sigue siendo importante, sobre todo en los subsectores de la alimentación, empresas farmacéuticas y automoción. Además, por su situación geográfica, es un punto fundamental en la logística, y el Aeropuerto de Barajas es el principal Hub entre Europa e Iberoamérica.
Las políticas económicas de la Comunidad de Madrid se centran en la liberalización, la reducción de impuestos y la atracción de inversiones. La región ha adoptado una estrategia de competitividad basada en la mejora del clima de negocios, la simplificación administrativa y la reducción de la presión fiscal sobre empresas y particulares.
La bajada de los tipos impositivos sobre las personas y las empresas se ha convertido en una de las señas de identidad de la política económica de Madrid; la Comunidad ha aplicado rebajas significativas en el IRPF autonómico, así como bonificaciones en el impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, lo que ha favorecido la atracción de residentes y empresas; esta política económica ha impulsado claramente el crecimiento y la propia recaudación fiscal.
Asimismo, en Madrid se han implementado medidas para fomentar la inversión, como incentivos fiscales y la creación de plataformas de apoyo al emprendimiento. Estas políticas buscan facilitar la creación de nuevas empresas, y apoyar a las startups, especialmente en sectores innovadores y tecnológicos.
La inversión en infraestructuras, especialmente en transporte y conectividad digital, representa otra gran prioridad; en efecto, cuenta con una red de transporte público eficiente y en expansión, y está comprometida con el desarrollo de infraestructuras que apoyen la movilidad sostenible.
También, el Gobierno de la Comunidad ha priorizado la educación y la formación profesional como ejes para mejorar la empleabilidad y adaptarse a los cambios del mercado laboral. Las iniciativas en educación digital y formación en nuevas tecnologías son fundamentales para mantener la competitividad de la región.
De cara al futuro, las previsiones para la economía madrileña son positivas, aunque se espera una cierta moderación en el ritmo de crecimiento. Para este año, se prevé un crecimiento del PIB también por encima de la media nacional, y la región está bien posicionada para aprovechar las oportunidades derivadas de los fondos europeos Next Generación EU, especialmente en áreas como la digitalización, la transición ecológica y la innovación.
En definitiva, la Comunidad de Madrid se ha consolidado como el principal motor económico de España, destacando por su dinamismo, capacidad de innovación y atracción de inversiones y solidaridad con el resto de España. Su estructura productiva, centrada en servicios de alto valor añadido, y sus políticas económicas orientadas a la competitividad, han permitido a la región mantener un crecimiento superior a la media nacional, y posicionarse como una de las economías más dinámicas de Europa.
Es, por tanto, sorprendente e indignante que el Gobierno Central, intente «torpedear» esta realidad de éxito y bienestar social, que claramente pone en evidencia la inadecuada política económica del mismo, basada en el aumento del gasto público, de los impuestos y en la sobrerregulación, que está lastrando el crecimiento potencial del conjunto de la economía española.
