THE OBJECTIVE
Esperanza Aguirre

¿No habrá cuatro hombres justos o mujeres justas en el PSOE?

«Si hubiera cuatro socialistas amantes de la libertad, de la verdad y de la dignidad, España estaba salvada de la deriva a la que Sánchez la ha conducido»

Opinión
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¿No habrá cuatro hombres justos o mujeres justas en el PSOE?

Ilustración de Alejandra Svriz

La semana pasada se hizo público el informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil en el que, a través de 233 páginas, se pone de manifiesto que la corrupción del llamado caso Koldo tiene tal cantidad de ramificaciones que se puede hablar ya de una corrupción generalizada en el Gobierno de Pedro Sánchez, en el PSOE, que también es propiedad de Pedro Sánchez, y en la misma familia de Pedro Sánchez.

Este informe ha ayudado a encajar muchas de las piezas del inmenso puzzle de la corrupción sanchista que íbamos conociendo, gracias a que aún tenemos alguna prensa libre en España. Y cualquier observador, desapasionado e imparcial del espectáculo que describe la UCO, llega a la conclusión de que la legitimidad de Sánchez para seguir en el poder es muy dudosa.

Son tantos los flecos de corrupción que cuelgan de ese informe que se hace imposible imaginar, siquiera, cómo desde el entorno de Sánchez alguien puede intentar defenderse ante los datos que acabamos de conocer. Imposible hasta para una persona tan capaz de mentir como es el último responsable de todo el lío que él y los suyos han armado.

Por eso, ante ese espectáculo, han empezado a surgir voces, como la del director de este medio, que no sólo aconsejan, sino que empujan decididamente a Feijóo a presentar ya mismo una moción de censura contra el autócrata de La Moncloa, con el compromiso, eso sí, de convocar elecciones generales inmediatamente.

Que este Gobierno se merece una moción de censura es más que evidente. Su trayectoria es una mezcla de mentiras, de traiciones a sus votantes y a los españoles en general, de cesiones escandalosas a todos los enemigos declarados de la Constitución del 78 y de España y de maniobras más o menos encubiertas para acabar con el Estado de derecho y para llevar a España a un régimen similar al de Maduro en Venezuela. Si todo esto no se merece una censura, que venga Dios y lo vea.

«Los socios del Gobierno contemplan con terror la posibilidad de que haya en España otro presidente distinto al actual»

Otra cosa es que, aun mereciéndose esa censura, la coalición Frankenstein que Sánchez ha articulado desde hace más de seis años no presente la menor grieta y, por tanto, la posible moción esté condenada a fracasar. ¿A fracasar? ¿Sería un fracaso que, durante varios días, todos los españoles tuviéramos la oportunidad de escuchar al líder de la oposición explicando, detalle por detalle, qué es lo que Sánchez ha hecho, está haciendo y va a hacer, si sigue en el poder? No estoy tan segura de que eso fuera un fracaso, pero ahora no voy a entrar en eso.

Lo que no me ofrece la menor duda es la alarma que ha tenido que sonar en las filas de los socios de Sánchez, que por ahora están seguros de que lo tienen absolutamente atrapado y que nunca habían imaginado que iban a tener un presidente del Gobierno de España tan entregado sin reservas a su servicio. Los independentistas, los filoterroristas y los comunistas de Sumar-Podemos están en la gloria con Sánchez y contemplan con terror la posibilidad de que haya en España otro presidente del Gobierno distinto del actual.

Así que puedo imaginarme ese terror y, en consecuencia, el cierre de filas apretadas y compactas que todos ellos harán si llega el caso. Un cierre de filas donde no vislumbro la menor fisura.

Al mismo tiempo también puedo imaginar el pavor que a todos éstos, que son los que mandan en el Gobierno de España desde que Sánchez está en el Falcon, les acosa cuando piensan que algunos diputados socialistas, en un rasgo de dignidad, libertad y honradez, puedan decir ¡basta ya! Basta ya de hacer lo contrario de lo que prometimos en la campaña electoral, basta ya de amnistiar golpistas o basta ya de soltar a los asesinos de nuestros compañeros vascos. Y que algunos de estos socialistas dieran el paso, que sería histórico, de unirse a esa moción de censura.

«Sánchez tiene cogidos a los 119 escuetos diputados socialistas que le acompañan ahora en el Congreso por salva sea la parte»

Es prácticamente seguro que Sánchez tiene cogidos a los 119 escuetos diputados socialistas que le acompañan ahora en el Congreso por salva sea la parte, y que oponerse al Puto Amo puede llevarles a graves problemas personales, profesionales y económicos, pero no hay que perder la esperanza de que sople una ráfaga de dignidad entre esas filas. Por cierto, al mencionar a los 120 diputados que actualmente tiene el PSOE, me acuerdo del desprecio con que Sánchez trata ahora a Felipe González, que tenía 202 diputados, no digo más.

No hay duda, si hubiera cuatro socialistas amantes de la libertad, de la verdad y de la dignidad, España estaba salvada de la deriva a la que Sánchez, a las órdenes de Frankenstein, la ha conducido.

Y eso me trae a la memoria el episodio del Génesis donde se nos cuenta cómo Dios prometió a Lot que, si encontraba a diez hombres justos en Sodoma, perdonaría a todos los habitantes pecadores de la ciudad y no la destruiría como estaba dispuesto a hacer. ¿No habrá cuatro hombres justos o mujeres justas en el PSOE? Claro que también la Biblia nos cuenta que Lot no los encontró y Sodoma fue destruida.

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