THE OBJECTIVE
Félix de Azúa

A ver si haces algo

«El socialismo español actual es incompatible con la libertad y la argumentación. De ser la nuestra una posición más externa seríamos como Turquía o Venezuela»

Opinión
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A ver si haces algo

Ilustración de Alejandra Svriz.

Se suele decir que el actual Gobierno está destruyendo el Estado o la Constitución o la Transición, todo lo cual es cierto, pero lo que en términos profundos está destruyendo es la democracia. La pulsión dictatorial tan propia de los caudillos latinos está íntimamente ligada al proyecto socialista de España que es, cada día más, un proyecto leninista.

La última ha sido esa pantomima de RTVE para tomarla como todas las restantes instituciones del Estado. No las nacionalizan porque no les hace falta, basta con poner a sus comisarios al mando. En este caso fue sintomático que el anuncio lo hiciera un López asegurando con una seriedad apostólica que ahora la institución sí que iba a ser plural y democrática. Es lo que decían los nazis cada vez que aplastaban algún residuo de oposición.

El socialismo español actual es incompatible con la libertad, con la argumentación, con la representatividad, no puede borrarlas del mapa porque tiene detrás a una Europa holgazana, pero vigilante. De ser la nuestra una posición aún más externa ya seríamos como Turquía o Venezuela. Ese es, en último término, el deseo de los socialistas.

Por eso hizo muy bien Isabel Díaz Ayuso en no acudir a una llamada del marido de Begoña. Y ojalá los restantes jefes de autonomía o de partido o de ayuntamiento o de lo que sea dejaran de acudir a las reuniones convocadas por el autócrata. Todos sabemos que se ríe de los que acuden, como se ríe de los que le obedecen, porque cree que sólo lo hacen por cobardía, ya que es evidente que no les va a conceder absolutamente nada. No puede ni imaginar que acudan para respetar las reglas de la democracia.

Una democracia no es nada si no se cuidan las normas. Como un juicio no es nada si se trapichea en los despachos. Las grandes instituciones europeas se basan en el consenso y el pluralismo. Un par de virtudes que se terminan en los Urales. Cuando no se respetan no puede decirse que haya democracia en un país.

«¿No quiere, el muy majadero, quedarse con todo el Estado? Pues que lo haga sin la colaboración de los demócratas»

En España estamos comenzando una autocracia o egocracia, muy cercana ya a las satrapías latinas. Sólo hay un jefe («el puto amo» lo llamaba el ministro más cabestro del ganado) y todos los demás forman un coro de gramófonos, como los llamaba Ortega y Gasset. Carecen por completo de voluntad propia, son peleles y se mantienen en sus puestos para ir llenando los bolsillos.

Por eso el portazo de Isabel Ayuso es un gesto político real y debería ser imitado por todos los que son convocados para hacer el ridículo. ¿No quiere, el muy majadero, quedarse con todo el Estado? Pues que lo haga sin la colaboración de los demócratas. Si se le deja solo se comerá lo que queda en dos bocados. A lo mejor entonces, cuando haya superado a Orban, los holgazanes de la Unión Europea comiencen a palparse la ropa.

La deglución de RTVE, por otra parte, le puede costar una llaga de estómago porque no hay ente más inútil, aburrido, estúpido, grosero e infantil en todo el entramado público. Así que, una vez devorado, deja las manos libres a los del PP para que, si algún día llegan al poder, lo privaticen. Es lo que han hecho las democracias europeas.

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