Es la demografía, ministra
«Es imprescindible que la UE sea consciente de su bajísimo nivel de fecundidad y, por tanto, de su veloz envejecimiento, y tenga una política migratoria común»
La señora Ribera ha mostrado al frente de su ministerio un total desprecio por los problemas demográficos españoles, problemas que son muy parecidos a los que atraviesa la UE. Unos cuantos datos lo muestran:
La edad mediana de la UE es de 44 años (China y EEUU 38, la India 28 y África 18 años). El número de hijos por mujer es 1,4, cuando este indicador debe ser 2,1 si no se quiere perder población. Las proyecciones para 2050 señalan que en la UE el 30% de la población tendrá 65 años o más. En España nacen cada vez menos niños. Los datos definitivos de nacimientos durante 2023 que publicó el INE el miércoles pasado eran 320.656, la cifra más baja desde 1941 y un descenso del 2,6% respecto a 2022. Los menores de 18 años son el 17% de la población y los de 65 años y más el 20,2%. Según las proyecciones del INE, en 2050 ese índice de envejecimiento estará ya en el 33%. La proporción de personas de 65 años y más respecto a la población en edad de trabajar llegará -siempre según el INE- al 75% en el año 2052.
Al inicio de los años sesenta se produjo en España un notable crecimiento de los nacimientos (el babyboom) y son ellos los que están comenzando a jubilarse, lo cual provocará de inmediato una carga sobre las pensiones. Ha de tenerse en cuenta, además, que la pensión media no hará sino crecer. En octubre de 2024 la media de las pensiones fue de 1.259 euros, el 5,3% más que en octubre de 2023.
A este propósito, la especialista Arancha González Laya, que fue ministra de Asuntos Exteriores, ha escrito en El País lo siguiente:
«La UE depende cada vez más de la inmigración para sostener la población activa y reducir la presión sobre los sistemas de bienestar y pensiones. Pero también para ser más competitivos. En esto, Estados Unidos también nos adelanta. Aproximadamente el 14% de la población que vive allí es inmigrante, mientras que en Europa apenas alcanza el 6%. Por eso no tiene sentido que el debate migratorio se haya vuelto tan histriónico, cuando lo que la UE necesita es precisamente inmigrantes».
«Es necesaria una política educativa orientada a la formación creciente e inclusiva respecto a la población inmigrante»
Pero la inmigración trae consigo una población menos cualificada que la nacional y, lo peor, los hijos de esos inmigrantes, una vez acabada la enseñanza obligatoria, muy pocos de ellos siguen formándose y a la universidad apenas llegan.
Avanzar en la formación de la población española es más difícil en una sociedad que envejece y por ello es cada vez más necesaria una política educativa orientada a la formación creciente e inclusiva respecto a la población inmigrante. Para todo eso es imprescindible una intensa colaboración público-privada.
Lo que resulta absolutamente pernicioso es meter a Europa en un debate podrido sobre la inmigración cuando lo que se necesita es una política común europea capaz de regularizar los movimientos migratorios dando paso a una integración real de los inmigrantes.
Convendría, en primer lugar, que en la UE existiera una política migratoria común, lo cual implicaría bajar las entradas irregulares y acabar con las mafias migratorias. En segundo lugar, que los inmigrantes que huyen por motivos políticos lo sean de verdad y que por esta vía no entren quienes no sean perseguidos políticos.
Es imprescindible que la UE sea consciente de su bajísimo nivel de fecundidad y como consecuencia de ello su veloz envejecimiento, lo cual implica un riesgo altísimo sobre la productividad del sistema económico. Un riesgo que es preciso combatir con nuevas políticas demográficas y económicas. Y no será fácil.