Sin echar la vista atrás
«La situación exige una nueva ley de partidos que elimine las primarias (sólo crean caudillos) y ponga condiciones curriculares para ser candidato»
Ante el panorama político español, uno, que ya es mayor, tiene la tentación de comparar la situación actual con la de hace 42 años, aquel 1982 en el cual el PSOE dirigido por Felipe González llegó al Gobierno, pero el paso del tiempo hace llegar a la conciencia un pasado tan mejorado como edulcorado. Por lo tanto, mejor será evitar esas comparaciones.
En cualquier caso, la democracia puede corromperse hasta tal punto que nadie la pueda reconocer y en ese deterioro, que hoy es ya evidente, tienen graves responsabilidades los partidos y su mal funcionamiento, empezando por la selección de los representantes políticos (concejales, diputados autonómicos y nacionales). Con la moda de las primarias se ha corrido el riesgo de poner en manos de autócratas a los partidos (tal es el caso del PSOE).
Sea como sea, mirar de frente a la política de hoy da escalofríos y es que en España se ha roto el clima de consenso y se han construido muros que lo impiden. Hay hoy, en efecto, toneladas de sectarismo. Lo diré con palabras de la analista Maite Rico, entrevistada recientemente por THE OBJECTIVE:
«Hay una polarización y un sectarismo enorme que se traduce en lo siguiente: con tal de que no gobierne la derecha, prefiero que siga éste, con toda la corrupción y todas las veces que ha mentido a sus propios votantes. Me extraña mucho que Sánchez siga teniendo el apoyo que dicen las encuestas. El 28% me parece muy elevado y desasosegante. […] Un escándalo tapa al anterior y acabas perdiendo la cuenta. ¿Quién se acuerda hoy de la Ley de Amnistía? Gente de mi entorno, que escucha la Ser y lee El País, vive en una España diferente a la de quien escucha Onda Cero y lee Abc. Existen ciertos medios, sobre todo algunos digitales, que apoyan ciegamente al Gobierno hasta el punto de haberse convertido en órganos de propaganda».
Estos nuevos tiempos no han aportado nada bueno.
«El sistema de selección que practican los partidos políticos desprecia hasta el infinito los valores de mérito y capacidad»
La situación exige cambios legislativos que hagan casi imposible que los separatistas repitan la jugada que Sánchez les ha regalado. ¿Cómo? Con una ley electoral donde la mayor parte de los diputados se elija en listas a nivel nacional.
Por otro lado, el sistema de selección que practican los partidos políticos desprecia hasta el infinito los valores de mérito y capacidad. No puede ser que una amplia mayoría de nuestros representantes en el Congreso de los Diputados no haya trabajado nunca fuera de la política. Y yo me pregunto: ¿cómo pueden representar a la sociedad española unas personas que nunca han trabajado fuera de los partidos? La situación exige una nueva ley de partidos que a) elimine las primarias (sólo han servido para crear caudillos), b) ponga condiciones curriculares fuera de la política para ir en las listas electorales.
Por otro lado, la izquierda ha sido invadida por movimientos identitarios como el nuevo feminismo. Leamos de nuevo a Maite Rico:
«Decir ahora que el hombre es violento por ser hombre y que la mujer es víctima por ser mujer es un discurso que choca con la realidad. Irene Montero ha tenido un poder político que no se corresponde en absoluto con la representatividad que tiene. Ese ha sido uno de los grandes daños que ha hecho Pedro Sánchez. A eso hay que añadir las leyes que ha sacado, que han salido todas mal».