The Objective
Fernando R. Lafuente

Jesús de Aragón, del gótico a Verne

«Leer hoy ‘La sombra blanca de Casarás’ del autor segoviano es un descubrimiento que deslumbra por su imaginación, audacia, misterio y aventura»

Opinión
Comentarios
Jesús de Aragón, del gótico a Verne

El novelista Jesús de Aragón, a quien se ha definido como el Julio Verne español.

Fue hacia 2013 cuando la librería Ícaro de La Granja de San Ildefonso (Segovia), publicó una de las novelas que ennoblecen el gótico en español, con prólogo de Héctor Monterrubio, La sombra blanca de Casarás, cuyo autor es Jesús de Aragón (Valsaín, Segovia, 1893-Madrid, 1973), cuando quien esto escribe descubrió la obra y quedó fascinado tras su lectura. Ya en 2010, Pedro Emilio Espinar había realizado una edición de la novela (Ediciones Populares El laberinto de La Granja). Antes, Antonio Lejárraga en la Editorial Juventud (1995) prologaba la obra y Pedro de la Peña, en gabarreras.com en 2004, ofrecía una semblanza de Jesús de Aragón. No era fácil encontrar referencias a un escritor que fue también conocido como el Julio Verne español. Resultaba, a poco de ir atando cabos, un buen viaje: del gótico a Verne.

A partir de 2013, Daniel Martín Mayorga, en Revista de Occidente (n.º 393, febrero, 2014) dedicaba un comentario a la nueva edición de Ícaro y uno lo hacía en Abc Cultural el 11 de enero de 2014, así como aparecían en la búsqueda diversas menciones del autor en volúmenes dedicados a la novela popular española. Además, Antonio Huertas con La sombra blanca de Casarás: génesis, fuentes y tradición… publicaba en Revista de Literatura (vol. 82, número 164, 2020), un documentado estudio sobre la novela, y revelaba uno de los asuntos más curiosos de Jesús de Aragón, como es su participación en la celebrada novela de Emilio Carrere, La torre de los siete jorobados (1920), que sería llevada al cine, en lo que es hoy una excelente película de corte expresionista, dirigida por Edgar Neville en 1944.

Sin embargo, la figura de Jesús de Aragón no termina de permear entre los lectores con el arraigo que tanto la novela citada como otras, más en la línea de una curiosísima ciencia-ficción patria, despertaría. O, eso al menos cabe discretamente suponer. Así que bien vale regresar una década después de la última edición, a la obra de un novelista que antes de la Guerra Civil era seguido por miles de lectores. Entonces también firmaba sus aventuras literarias como Capitán Sirius y J.de Nogara (buen chiste privado, pues el apellido de este último seudónimo es Aragón al revés). Aragón o Sirius o Nogara fue un formidable descubrimiento.

Sin duda, leído hoy, superada la pátina del tiempo, el despliegue de elementos literarios que muestran sus obras, ya se mueva en el gótico, su obra cumbre, La sombra blanca de Casarás, como su viraje hacia el Verne más popular, por ejemplo, Cuarenta mil kilómetros a bordo del aeroplano Fantasma (1924), La ciudad sepultada (1929) o El continente aéreo (1930) deslumbra por el formidable caudal de imaginación, audacia, misterio, tensión y, por encima de todo ello, aventura. Soñar. Ya fuera en el territorio singular de Valsaín, donde sitúa La sombra blanca de Casarás y hace mención a la llamada Casa Eraso, construida en 1556 por Felipe II a propuesta de su consejero Francisco Eraso. Hoy, unas ruinas que aún en el atardecer de la sierra segoviana inspiran un cierto temblor y susurro de cuanto allí pudo acontecer.

«La obra reúne el más completo catálogo de lo que cabría entender como el canon de la novela gótica»

Al leer esta novela, los nombres de Bécquer, Alarcón, Pardo Bazán y, más cercanos, Cunqueiro y Perucho, advierten, entre un centón de autores españoles, lo ausente que ha estado dicho género de la mayor parte de los manuales al uso. Esta obra reúne el más completo catálogo de lo que cabría entender como el canon de la novela gótica, ni falta, ni sobra ninguno de los sombríos y aterradores referentes de dicho género. Los que conocen bien la historia que se narra, sugieren que tal vez surgió de antiguos relatos orales, oscuras leyendas recuperadas por las gentes que, al decir del Marqués de Santillana, se sentaban al anochecer frente al fuego a contar las historias que hacían soñar o temblar a los oyentes.

Presenta la obra todos los ingredientes del gótico más canónico, surgido en Inglaterra a finales del siglo XVIII, historias intercaladas, castillos medievales, templarios visionarios, nigromancia, ruinas, apariciones fantasmagóricas, personajes enigmáticos, elementos sobrenaturales, infinito misterio, un cierto erotismo, pasiones, tormentas, estatuas inquietantes, pasadizos secretos, violencia sin fin, brujería al uso, en fin, un ambiente macabro que se desenvuelve en el relato surgido desde lo más oculto del tiempo. Jesús de Aragón incorporaba una tradición bien jugosa a la literatura española desde la perspectiva de la novela popular.

Un hallazgo y un profundo homenaje a un género que permitía al lector viajar hacia la imaginación más delirante en un paisaje entre bosques y macizos montañosos. Leer hoy esta novela, cabe insistir en ello, es todo un descubrimiento, por lo que tiene de esos capítulos perdidos en el largo tiempo, que, sin embargo, amplían la realidad hasta convertirla en sueño o pesadilla, en fascinación por todo el despliegue de imaginería literaria, al servicio del lector. Una obra maestra que, en su difusión, hoy como ayer, restablece el lugar primero y principal, dentro del género, que el autor segoviano, sin duda, merece.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D