Kits de supervivencia
«Sería bueno repartir un kit de memoria histórica a toda esa extrema derecha que se dedica al blanqueo de Putin reiterando que no es ningún peligro para Europa»

Donald Trump dándose la mano con Putin. | Archivo
Es muy importante seguir con distancia el interesante debate sobre el proyecto de defensa de la Unión Europea. Una cuestión que está poniendo de manifiesto las dos posiciones políticas al respecto. La unívoca de los partidos políticos con tradición de Estado y el resto de las fuerzas centrífugas, que desde los extremos de las ideologías, buscan destruir la UE sirviendo de cómplices a terceros países. La coyuntura política internacional obliga a la UE a afrontar la decisión estratégica, transformadora, más importante de los últimos 25 años. Tan importante como la adopción del euro. Crear el sistema de defensa de Europa es una decisión estructural de grandes consecuencias. Un debate no buscado pero que surge de la lamentable conjunción planetaria de líderes como Vladimir Putin y Donald Trump.
El debate y la decisión es trascendental para el futuro de la UE. Por eso, cuando la toma de decisiones tiene tanta repercusión y consecuencias no se entiende que la Comisión Europea proponga, como gran cosa, que los ciudadanos de la Unión nos hagamos con un kit de emergencia para facilitar la supervivencia durante las primeras 72 horas ante un posible ataque de Rusia a la UE. La Comisión, ante la avalancha de memes y cachondeos varios en las RRSS, no ha tenido más remedio que intentar justificar la necesidad del kit añadiendo su gran utilidad ante desastres naturales o situaciones de emergencia.
El kit que se recomienda tiene elementos fundamentales y normales en las viviendas de muchos países del mundo que tienen una importante actividad sísmica. Igual que en calles y plazas de esos países te encuentras grandes círculos con una «S» —de sismo—, como punto seguro de reunión en caso de terremoto, en las viviendas es habitual ver en los hall las mochilas de emergencia, de cada miembro de la familia, para temblores y terremotos. Están equipadas con provisiones de alimentos no perecederos, agua potable, las medicinas necesarias para los residentes, linterna, mantas, radio de baterías y documentos importantes. También es importante tener un plan de emergencia familiar y estar informado sobre los procedimientos a seguir en diferentes situaciones de crisis. En Perú, como en otros países, se hacen simulacros nacionales de terremoto o tsunami. La medida de la UE ha resultado exagerada. No hay una percepción de amenaza de guerra devastadora con Rusia y los terremotos, erupciones y tsunamis son más bien anecdóticos. Aunque no se puede decir lo mismo de incendios forestales o inundaciones. Qué bueno sería tener un plan de emergencia real y acomodado a las necesidades para evitar reacciones como la de Pedro Sánchez, el «galgo de Paiporta», que procedió a su desalojo de emergencia días después de haberse producido las inundaciones.
«En España necesitamos con urgencia el kit de emergencia democrática con el que afrontar el fraude legislativo que es hoy el Congreso de los Diputados»
La Comisaria europea de Gestión de Crisis, Hadja Lahbib, ha protagonizado un ridículo vídeo en el que sacaba de su bolso los objetos del kit de supervivencia, sonriente y mofándose de algunos de ellos, como si el bolso de cualquier ciudadano de la UE fuera el de Hermione Granger, protagonista de Harry Potter en Las Reliquias de la Muerte, quien de su bolso de mano llegó a sacar una tienda de campaña con múltiples estancias y lámparas colgadas. La inútil Comisaria, por restar alarmismo a la situación, ha convertido una recomendación sensata en un cachondeo. Es verdad que más que el kit de emergencia individual de las 72 horas de supervivencia, los ciudadanos necesitamos la implantación urgente de kits que permitan al mundo seguir siendo el marco estructurado y organizado que conocemos. Con cambios y reformas que son imprescindibles. Pero el mundo occidental.
La situación política mundial es realmente preocupante. Igual que es inexplicable el régimen comunista hipercapitalista chino, lo mismo sucede con la comunión política entre Putin y las extremas derechas europeas. Sería bueno repartir un kit de memoria histórica a toda esa extrema derecha que se dedica al blanqueo de Putin reiterando que no es ningún peligro para Europa y menos para España. Están reescribiendo una historia beatífica de Rusia. Se les ha olvidado el importante papel en los apoyos y coberturas que recibieron las organizaciones terroristas mundiales contrarias a las democracias. Entre ellas la muy española ETA. Rusia lleva muchos años actuando directamente en la ruptura y desestabilización de los estados europeos. España incluida. Ya no recuerdan la participación activa en el proceso independentista de Cataluña. Los de la «España una» y no bipartidista —son minoría y no lo aceptan— han debido de dar la independencia a Cádiz. Especialmente al Puerto y a Rota. Los misiles rusos de largo alcance apuntando a la base de Rota no deben de ser una amenaza para España. Además Putin, que no es el responsable de la invasión de Ucrania porque la culpa es de la OTAN, es ese demócrata que acompaña de plutonio los desayunos de sus opositores o los hace volar por las ventanas. Algún día se sabrá el porqué de esta perversa confluencia.
Por otro lado sería imprescindible repartir unos kits de institucionalidad y soberanía. Vendrían muy bien para recordar a todos los que se han entregado al trumpismo, porque deroga la perniciosa agenda woke, que la soberanía de los estados es sagrada, que los tratados internacionales obligan a todas las partes y que el respeto institucional es una necesidad mundial. Donald Trump es el causante del desorden mundial. Sus declaraciones no son «bravuconadas» sin trascendencia. Su forma de actuar provoca desajustes en el cambio de las divisas, alteración del orden político, incertidumbre e inestabilidad de los mercados mundiales y devaluación de la cotización de las bolsas. Trump, en compañía de su despreciable —en lo político y en lo personal—vicepresidente, puede conseguir que suprimir la agenda woke tenga un coste muy superior a las estupideces políticas y sociales que proponía la agenda.
Europa tiene que asumir al mismo tiempo que EEUU ya no es un acompañante fiable y que Rusia, que no es una democracia y tiene aspiraciones expansionistas, es un peligro potencial real. Hay que reorganizarse y desarrollar un modelo de Europa viable y sostenible en el tiempo. Una Europa que frene la deriva de ruptura interna fomentada por los demagógicos discursos de los extremistas populistas nacionalistas. En el siglo XX esos discursos nos llevaron a dos guerras mundiales.
En España necesitamos con urgencia el kit de emergencia democrática con el que afrontar, todo el tiempo que dure, el fraude legislativo que es hoy el Congreso de los Diputados. El Congreso no puede operar por no existir la mayoría de investidura que impuso al derrotado Pedro Sánchez al frente del gobierno. El coste que estamos pagando por el gobierno de la nada de Pedro Sánchez y su corrupto entorno en lo económico, institucional y de calidad democrática es insoportable.