The Objective
Francisco Sierra

El apagón del Gobierno

«Un Gobierno puede ser más o menos eficiente, pero lo que no puede ni debe hacer es esconderse y tardar diez horas en dar una primera explicación»

Opinión
El apagón del Gobierno

Ciudadanos y turistas tratando de cruzar la calle.

Durante más de diez horas, el Gobierno de España ha estado apagado sin dar ninguna información coherente sobre el apagón que ha paralizado por completo el país. El presidente de Gobierno hizo una comparecencia a media tarde en la que ni explicaba las razones, ni las investigaciones, ni decía cuando volvería el suministro eléctrico. Un país totalmente parado y lo que es peor, totalmente incomunicado por la caída de las redes de comunicación digital. No había internet, no había móviles, no había redes sociales y no había Gobierno. 

Diez horas tardó Sánchez para decir que se había restablecido a esa hora el 50% del suministro y de que la explicación era una “anomalía” inexplicable todavía por la que se había perdido “súbitamente el 60% de la energía». Dijo Sánchez que los técnicos siguen investigando la misteriosa desaparición de estos 15 gigavatios y nos aseguró que la encontrarán. Seguro. Palabra de Sánchez.

«Es difícil entender que diez horas después no se diga todavía ninguna hipótesis sobre las causas»

Es difícil entender que diez horas después no se diga todavía ninguna hipótesis sobre las causas. Si, por un lado, es razonable que no se aventure sin pruebas, por otro es sorprendente que no cite ninguna de las hipótesis o vías de investigación sobre ese robo de 15 gigavatios en cuestión de segundos.  Al no decir, no descarta. No descarta un ciberataque, no descarta una ruptura en la interconexión con Francia, no descarta un fallo técnico interno. No descarta, porque no dice.

Y lo que dice casi indigna más. Casi siete horas tardó en salir a dar la cara y lo hizo para pedir a los españoles que no cogieran el coche. Se lo dijo a los miles y miles de ciudadanos que llevaban ya horas atrapados en atascos insufribles.  

España ha sufrido el peor apagón de nuestra historia. Ha sido un hecho sorprendente y que ha demostrado la debilidad del sistema nacional eléctrico. Ese sistema del que llevamos años poner como ejemplo por su versatilidad y sostenibilidad gracias a las energías renovables. Algo de lo que sentirnos orgullosos y que debemos seguir trabajando en mejorar. Pero eso no es óbice para ser conscientes, y más con la crisis energética vivida por la guerra de Ucrania, de que se necesita un suelo garantizado de producción que no dependa de la climatología. Y ese suelo para toda Europa, Estados Unidos, Japón o China se llama energía nuclear.

No podemos darnos el lujo de cerrar nuestras centrales nucleares cuando el resto del mundo abre más. La gran paradoja de este apagón es que en la recuperación ha tenido un papel fundamental todos los gigavatios que nos ha mandado Francia. De sus centrales nucleares. Este Gobierno sigue cegado con el cierre nuclear, mientras la misma persona que ha abanderado esta sinrazón, la exvicepresidenta Teresa Ribera, es ahora la que la da su plácet a los planes de energía nuclear del resto de países de la Unión Europea.

Tenemos una inmensa suerte que pocas veces apreciamos y que tiene un valor incalculable. Es la paciencia, el sentido común y la calma del pueblo español. En este día de apagón el pueblo español ha vuelto a ser la luz que ha permitido que vaya a pasar sin ninguna incidencia personal. Miles de personas atrapadas en trenes, en ascensores, en sus coches atascados han soportado un hecho que no era fácil de prever. 

No debe el Gobierno abusar de la paciencia de los españoles. Un Gobierno puede ser más o menos eficiente, pero lo que no puede ni debe hacer es esconderse y tardar diez horas en dar una primera explicación a los españoles. El Gobierno ha tenido un apagón de comunicación. Diez horas ha tardado en salir para decir que todavía no sabe las causas del apagón, que todavía no sabe cuándo el cien por cien del país habrá recuperado el suministro eléctrico y para pedir a la población que se refugie en sus casas porque hay que priorizar la seguridad y «la noche es larga».

Se agradece el ofrecimiento y ayuda solidaria de Zelenski, del presidente ucraniano, cuyo país viene sufriendo durante los últimos tres años la destrucción de su sistema eléctrico por los misiles rusos. Son expertos en apagones y en recuperar e interconectar rápidamente el sistema cuando los bombardeos rusos lo destruyen. 

No sabemos lo que ha pasado en España. Lo que sí sabemos es que este Gobierno no puede dejar en manos de un directivo de REE las únicas y mínimas explicaciones. Alguien del Gobierno tendría que haber salido. Y no sólo el presidente. Con muchas comunidades autónomas solicitando la declaración de emergencia de protección civil, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha asumido las competencias relacionadas con la protección civil a los fines de asegurar su coordinación y eficacia. El apagón resulta que ha dado luz al quemado Marlaska, que había sido dejado en evidencia por el propio Sánchez por el tema de la compra de las balas israelís. 

Ahora todo se da la vuelta. Marlaska asume competencias de emergencia, pero tampoco sale a hablar. Y millones de españoles se preguntan si al final esa “súbita” y extraña desaparición de 15 gigavatios en segundos se siguen preguntando si de verdad falló nuestro sistema o pudo haber un ciberataque. Y todo ocurre en medio de la decisión de un rearme en defensa y seguridad. Haya sido ciberataque o no, lo que parece claro es que lo que se invierta en ciberseguridad será siempre necesario y beneficioso.

Ninguna inversión mejor que la de hacer crecer la confianza de los ciudadanos en su Gobierno. En un Gobierno que explique en tiempo y hora lo que ocurre. Que no se apague durante horas para luego, cuando sale ya tarde, seguir sin explicar nada. Necesitamos un Gobierno que no sufra apagones.

Publicidad