Lo que oculta Moncloa sobre el gran apagón
«Lo importante es dilucidar el por qué la red lleva tiempo experimentando eventos que demuestran que se está operando de forma poco conservadora»

Alejandra Svriz
Revisando la hemeroteca, el 30 de diciembre de 1981 hubo un apagón que duró tres horas y afectó a la mitad del territorio peninsular. La zona centro, Extremadura, partes de Levante y Andalucía sufrieron cortes generales mientras que Castilla y León, Galicia y Cataluña sufrieron apagones parciales. Al día siguiente, el 31 de diciembre, ya se sabían y se hicieron públicas las causas del apagón. En 2025, en la era de la información, con toda la red eléctrica nacional teleoperada y con millones de datos disponibles en tiempo real, han pasado ya tres días desde el apagón y no hay ninguna información oficial. Pretenden hacernos creer que no saben lo que ha pasado. No nos distinguimos de cualquier república dictatorial centroafricana.
Los técnicos saben lo que pasó desde bien pronto. Y sabemos (porque alguno de esos técnicos nos lo ha dicho) que tienen miedo a decir nada. A nadie sorprende ya el férreo clima censor que sofoca al cuerpo técnico de Red Eléctrica. Esa empresa supuestamente “privada”, a ojos del presidente Sánchez, pero de la que él mismo se ha convertido en portavoz. Resulta inaudito que, ante un evento en la red eléctrica, la presidenta del organismo que la controla se haya borrado del mapa, siendo el propio presidente del gobierno el que haya salido a dar las inoportunas, insuficientes y, en algunos casos, falsas explicaciones (su ataque a la energía nuclear pasará a los anales del ridículo político). Huelga decir que Sánchez comprende del sistema eléctrico lo mismo que de sexar caracoles al igual, por cierto, que la presidenta de dicho ente, Beatriz Corredor, la desaparecida.
Miren ustedes, lo que técnicamente haya sucedido el pasado lunes para desatar el apagón resulta del todo irrelevante, meramente anecdótico. Lo importante es dilucidar el por qué, según una miríada de expertos, la red lleva tiempo experimentando eventos que demuestran que se está operando de forma poco conservadora. ¿Se ha utilizado la red eléctrica como un instrumento político para la Agenda 2030? ¿Se ha puesto en riesgo la seguridad de suministro eléctrico para sacar pecho de que somos más renovables que nadie? ¿Ha muerto gente en España porque alguien en Moncloa dio la orden de utilizar la red eléctrica como arma ideológica? Esas son las respuestas que queremos. Que no nos vengan con tecnicismos que ni ellos entienden ni a la gente le importan.
Los ciudadanos, todos nosotros, pagamos un enorme precio por la electricidad para tener seguridad de suministro. Pagamos cargos, peajes e impuestos para que esto no pase. Somos rehenes de una política energética que nos prometió que algo así no podría suceder jamás. Pero ha sucedido. Y ahora lo ocultan porque en Moncloa tienen que construir un relato que les permita salir vagamente indemnes de la catástrofe del pasado lunes. Se van a llevar por delante a quien haga falta, no tengan la más mínima duda.
La demostración palpable de ello ha sido el señalamiento que el presidente del Gobierno ha hecho contra el director de operaciones de Red Eléctrica. Un profesional de reconocido prestigio y muy respetado en el sector. Este buen hombre tuvo que salir a dar la cara porque su presidenta estaba escondida entre las faldas del partido. Hizo algo imperdonable, cometió el tierno error de decir la verdad y descartar un ciberataque porque “no ha habido ningún tipo de intrusión en los sistemas de control de Red Eléctrica que pudieran haber ocasionado el incidente”. Si él lo dice, es porque es verdad. Y decir la verdad no es algo a lo que estén muy acostumbrados en este gobierno. Por eso Sánchez lo ha puesto en el disparadero. Se le sacrificará si es necesario y dejarán a Beatriz Corredor cobrando más de medio millón de euros de sueldo. Algo que no sería capaz de ganar, ni en sueños, en trabajo alguno que dependiera de su mérito. Estos son los que rebuznaban contra las puertas giratorias. De momento ya la han denunciado por homicidio imprudente, entre otras cosas.
“El pueril intento de Sánchez de decir que Red Eléctrica era la industria privada no hace sino delatar por dónde van los tiros de la creación teatral que están manufacturando en Moncloa”
La responsabilidad de este apagón es de Red Eléctrica. No solo es el dueño de la red, sino que también es el responsable “en exclusiva” de la operación de la misma. Lo dice la ley. Es una empresa cuyo 20% corresponde a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que es el accionista mayoritario y en cuyo consejo de administración, al menos la mitad de los miembros, tienen alguna relación con el PSOE. El pueril intento de Sánchez de decir que Red Eléctrica era la “industria privada” no hace sino delatar por dónde van los tiros de la creación teatral que están manufacturando en Moncloa. Que la culpa será del cambio climático, del capitalismo o de Ayuso lo saben hasta en Wisconsin.Mención especial merece la otra facción comunista del gobierno, representada por Lady cohete. Yolanda Díaz lleva toda la semana aprovechando la desgracia ajena para arrojar podredumbre ideológica por doquier. Su última ocurrencia, nacionalizar el sector eléctrico como en Cuba o Venezuela, donde lo anecdótico no es que haya apagones, sino que haya luz. Hasta en medio de un apagón nacional fueron incapaces de contener su odio visceral hacia el dueño del Mercadona, simplemente porque sus supermercados tenían generadores eléctricos y no se quedaron a oscuras. “Siempre ganan los mismos” decían en Twitter. Ojalá Juan Roig fuera el presidente de Red Eléctrica y no vosotros que, todo lo que tocáis, se pudre.