The Objective
Victoria Carvajal

¿La revuelta de los poderosos?

«Los aranceles y su impacto negativo en la inflación han hecho saltar las alarmas. No sólo en Wall Street, sino también en el main Street, entre los ciudadanos corrientes»

Opinión
¿La revuelta de los poderosos?

Ilustración: Alejandra Svriz.

Todos celebraron su regreso a la presidencia. Y asistieron orgullosos a su toma de posesión. Estados Unidos inauguraba una nueva era dorada. Venía la Revolución Trump y ellos confiaban en recoger pronto sus frutos. Pero parece que no calcularon bien el daño que les podía hacer el uso de los aranceles como arma negociadora. O no midieron bien las consecuencias de tener al frente del Gobierno a un líder impulsivo, impredecible y errático, que parece carecer de los conocimientos básicos sobre el funcionamiento de la economía. Seguramente ninguno de ellos vio venir la posibilidad de que la nueva Administración fuera a poner patas el hasta ahora predecible orden de las relaciones comerciales internacionales, estrechamente interdependientes, y cuyas reglas EEUU ayudó a establecer. Un vuelco que ha provocado el caos en los mercados financieros y una fuerte bajada del valor de sus empresas en Bolsa. De ser en las últimas décadas uno de los habituales motores del crecimiento mundial, EEUU se ha convertido hoy en un lastre. Apenas se cumplen 100 días del segundo mandato de Donald Trump y algunos de los oligarcas que le auparon al poder empiezan a tomar distancia.

El rifirrafe más reciente entre uno de esos ricos poderosos y el presidente ha sido el protagonizado entre Jeff Bezos y Trump. El propietario de Amazon y también editor del Washington Post, anunció su intención de incluir junto al precio de los productos vendidos en su plataforma el coste extra que suponen los aranceles impuestos por la nueva Administración. Una medida que, por otro lado, está en línea con lo que, por ejemplo, practican todos los comercios en EEUU. A la hora de pagar, el consumidor puede ver en su factura el precio del producto y, separadamente, los impuestos locales y federales que se añaden. Trump puso el grito en el cielo y calificó la medida un acto político y de hostilidad hacia su Gobierno. El valor de Amazon en Wall Street ha caído un 13% en lo que va de año, muy por encima de la media del mercado. Bezos tiene motivos para estar preocupado.

Pero tras una llamada presidencial, el multimillonario decidió dar marcha atrás. Todo apunta, no obstante, a que el anuncio le ha servido para presionar al presidente a que suavice su agresiva política arancelaria. Trump, de hecho, ya ha suavizado su tono con China, país con el que mantiene el mayor desequilibrio de entre todos sus otros socios, y al que ha amenazado con imponerle un arancel del 145%. El anuncio este viernes de que Pekín podría reunirse con Washington para negociar los términos de sus relaciones comerciales sirvió para impulsar la Bolsa de Wall Street. El mercado ha recuperado casi todo lo perdido a raíz del disparatado plan arancelario anunciado en el llamado Día de la Liberación. Afortunadamente puesto a los pocos días en stand-by.

Pero hay a quien su apoyo y lealtad al presidente estadounidense le ha salido aún mucho más caro. Se trata de Elon Musk. El valor de la acción ha caído más de un 50% desde diciembre y las ventas de sus coches eléctricos se ha desplomado en Europa, uno de sus principales mercados. En marzo retrocedieron un 28,2%, con una bajada del 59,4% en Francia y de un 67,2% en Dinamarca, país que se ha visto acosado por la Administración Trump para forzarle a aceptar la adquisición de Groenlandia por parte de Estados Unidos. La isla forma parte del Reino de Dinamarca con una amplísima autonomía. El intento de compra de Groenlandia se ha interpretado como un acto hostil e inaceptable. Y Tesla, identificada con esa Administración depredadora e irrespetuosa con la soberanía nacional de los países más pequeños, se ha visto especialmente perjudicada por el boicot a los productos estadounidenses que se extiende hoy por gran parte del mundo. 

Preocupado por los malos resultados, Elon Musk, elegido por Trump para ejecutar un recorte radical y también impopular del gasto federal a través de DOGE (Department of Government Efficiency) ha decidido tomar distancia con su amigo el presidente, con quien, por otro lado, no comparte en absoluto su opinión sobre los aranceles. Poco antes del Día de la Liberación, Musk colgó en las redes un video de Milton Friedman, el economista liberal padre del monetarismo, en el que el Nobel de 1976 defendía las bondades del libre comercio. No sólo para promover el progreso económico, sino también para promover la paz y la harmonía en el mundo. Merece la pena escuchar su intervención. Musk deja parcialmente sus labores en el Ejecutivo para intentar reflotar su compañía.

También los pesos pesados de Wall Street, como Jamie Dimon, presidente de JP Morgan, han decidido hablar claro en contra de las decisiones económicas de Donald Trump. Dimon ha advertido sobre cómo la agresiva política comercial de Trump está generando un entorno geopolítico y económico muy peligroso. “El más peligroso desde la Segunda Guerra Mundial”. Convencido de que el riesgo de entrar en recesión ha aumentado y de que la inflación aumentará, vaticina que Estados Unidos se debilitará con el tiempo. Los ataques a la independencia de la Reserva Federal, bajo presión para bajar los tipos de interés, tampoco ayudan. La depreciación del dólar frente al euro y las principales monedas refleja esa pérdida de confianza.

¿Se acabó la luna de miel de los poderosos con el presidente? Trump tiene el peor índice de aprobación tras 100 días de mandato de cualquier otro presidente estadounidense desde que hay registro, hace siete décadas, según revelan varias encuestas recientes. El vuelco es revelador. Los aranceles y su impacto negativo en la inflación, el miedo a que la economía entre en recesión, la pérdida de credibilidad del dólar, los agresivos recortes en el gasto federal, y los excesos de la política contra la inmigración han hecho saltar las alarmas. No sólo en Wall Street, sino también en el main Street, entre los ciudadanos corrientes. Es la respuesta contundente a las medidas contundentes tomadas por la Administración Trump, en su mayoría arbitrarias y muchas veces contradictorias. ¿Es este el principio de una revuelta?

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