¿Un referéndum para una opa?
«No se entretenga en consultas manipuladas con un resultado que conocemos: manos libres para seguir en la Moncloa. Señor presidente: ¡convoque elecciones!»

Ilustración de Alejandra Svriz.
Esta breve reflexión parte de un convencimiento definitivo: sin autonomía sindical para defender los intereses de los trabajadores y sin libertad empresarial, limitada exclusivamente por las leyes laborales y las cargas fiscales, las sociedades se empobrecen, las democracias se debilitan y los países fracasan.
Fue inaudito que el máximo dirigente de Telefónica fuera cesado en el Palacio de la Moncloa, dando el primer paso para volver al tiempo pretérito en el que el Gobierno nombraba a los máximos dirigentes de las empresas… y sugería el nombre de los obispos al Vaticano.
En aquel momento la sociedad española y los empresarios debieron darse cuenta de que comenzaba un tiempo peligroso y distinto, en el que el Gobierno se convertía en un agente más de la dinámica empresarial, imitando a países apresados por unos populismos que solo han provocado pobreza y desigualdad.
Luego, con otros episodios entremedias, hemos visto cómo el Gobierno ha descargado su responsabilidad sobre las empresas de energía por el gravísimo fracaso que supuso el apagón eléctrico. Hoy es el día que Beatriz Corredor no ha dimitido ni ha sido cesada y el Gobierno no ha aclarado nada, uniendo a la ineficacia en la gestión, oscurantismo e ideologización extrema, aumentando así doblemente las consecuencias de la crisis provocada por el apagón.
Ahora el presidente Sánchez ha decidido, en uno de los sectores más regulados del mercado, vincularse a una ¿consulta? -pintoresca, confusa, que no está contemplada en la regulación europea existente- para decidir si acepta la opa del Banco de Bilbao al Sabadell. La caricatura llevada al límite, el populismo rampante en vivo y en directo.
“Es una abdicación de su responsabilidad, es un trampantojo para encubrir su cambalache con el nacionalismo catalán”
No defiendo en esta reflexión las bondades de la oferta del Bilbao ni me pongo en contra del rechazo del Sabadell, defiendo algo anterior y más importante para los que no tenemos cuenta ni en uno ni en otro, la necesidad de un Gobierno que actúe con rigor, sin claudicaciones; con transparencia y sin pactos en una habitación oscura, que, en fin, rechace cualquier atisbo de arbitrariedad o favoritismo.
Es una abdicación de su responsabilidad, es un trampantojo para encubrir su cambalache con el nacionalismo catalán. Pareciera que todo lo que sucede en España debe pasar por Barcelona, aunque más apropiado sería decir por Waterloo.
¡Cómo podemos sentir más vergüenza los gobernados que quienes la provocan! No se entretenga en consultas manipuladas con un resultado que todos conocemos: manos libres para hacer lo necesario para seguir en la Moncloa. Señor presidente, haga el favor de convocar la consulta de verdad: ¡¡¡¡convoque elecciones!!!