El modelo eléctrico multiplica beneficios y reparte apagones
«La falta de transparencia en la formación de precios y la captura de rentas por tecnologías inframarginales requieren un rediseño de los mecanismos de mercado»

Ilustración de Alejandra Svriz.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, y Beatriz Corredor ya han cruzado sus espadas, dialécticamente hablando. Con las declaraciones de la presidenta de REE (Redeia) empieza a marcarse un primer perímetro del campo de juego.
Beatriz Corredor planteó claramente primero que el día 28 de abril «los generadores no habían cumplido con los procedimientos de control de tensión». Segundo, que REE no fija el mix de generación y tercero que solo puede atender a los desajustes técnicos del sistema con las centrales disponibles, decisión que es exclusiva y soberana de las empresas.
Pocos días antes, Sánchez Galán había manifestado ante la junta de sus accionistas que «Red Eléctrica es la responsable de mantener las luces encendidas». Tras esas declaraciones, técnicos del CNI, del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), del Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas (CNPIC) y de la Oficina de Coordinación de Ciberseguridad han visitado las sedes de las principales eléctricas en busca de información vinculada al incidente. Entre tanto, Endesa, Naturgy y Enagas callan. En boca cerrada no entran moscas…
Mientras, yo les propongo seguir nuestro camino iniciado con el primer artículo del pasado 10 de mayo, Las decisiones difíciles que necesitamos para evitar más apagones. Sobre todo, los apagones del cerebro; el apagón de la ciudadanía.
El apagón del 28 de abril ha expuesto la fragilidad de un sistema cuya eficiencia ha sido más contable que sistémica. Comprender sus raíces requiere mirar más allá de los osciloperturbógrafos. Necesitamos entender cómo se forma el precio de la electricidad y por qué ese mecanismo otorga ventajas estructurales a ciertos actores.
«Lo que se apaga no es sólo la luz, sino también la transparencia»
Como advierte la CNMC en su informe sobre el funcionamiento del mercado eléctrico (2022), la volatilidad del gas ha tensionado gravemente el modelo marginalista, encareciendo la electricidad incluso cuando predomina la generación renovable.
Más allá de los fallos técnicos, lo que se apaga no es sólo la luz, sino también la transparencia. Este artículo busca explicar de forma comprensible uno de los mecanismos clave del sistema: el modelo de casación marginalista y su consecuencia más perversa, el spread eléctrico. Sigamos la pista del dinero.
Cómo se forma el precio de la electricidad
El sistema marginalista vigente en España y en la UE (Reglamento 2019/943) establece que todas las tecnologías generadoras presentan ofertas para cada hora del día siguiente. Se ordenan de menor a mayor precio hasta cubrir la demanda prevista. El precio de casación lo fija la última unidad aceptada. Todas las tecnologías ofertadas y aceptadas reciben ese mismo precio, el más caro.
El precio marginalista refleja el coste de oportunidad de la última tecnología necesaria para atender la demanda. Este diseño busca eficiencia asignativa en cada instante y señales de inversión a largo plazo. Sin embargo, la realidad actual –marcada por alta concentración, escasa transparencia y presencia creciente de tecnologías con coste marginal cero– exige revisar críticamente los supuestos del modelo. ¿Sigue siendo socialmente óptimo?
«El sistema, aprobado por la UE, no distingue entre tecnologías, ni premia la estabilidad o la capacidad de respuesta»
Este sistema, aprobado por la Unión Europea, ámbito donde PP y PSOE son coincidentes, no distingue entre tecnologías, ni premia la estabilidad o la capacidad de respuesta. Simplemente remunera a todos al precio más alto aceptado. Como ha señalado la Comisión Europea en la Comunicación RepowerEU, la falta de transparencia en la formación de precios y la captura de rentas por tecnologías inframarginales requieren un rediseño de los mecanismos de mercado: por ejemplo, que determinadas tecnologías no compitan en precio, sino que esperen a que suba el umbral de casación para capturar mayores beneficios
Así, tecnologías con costes hundidos –como la hidroeléctrica amortizada o la nuclear– reciben ingresos muy superiores a su coste real. Este modelo de casación puede generar incentivos perversos: por ejemplo, que determinadas tecnologías no compitan en precio, sino que esperen a que suba el umbral de casación para capturar mayores beneficios
El ‘spread’ eléctrico: una renta estructural disfrazada de mercado
La diferencia entre el coste real de generación de una tecnología y el precio marginal de casación se llama spread (margen). Por ejemplo, si una central hidráulica amortizada genera electricidad a 20 euros/MWh, pero el precio de casación lo fija una central de gas a 100 euros/MWh, la empresa propietaria de la hidroeléctrica cobra 100 euros/MWh, capturando un spread de 80 euros/MWh. Esta renta, que podría usarse para fortalecer la red, invertir en resiliencia o abaratar la factura del consumidor, se convierte en un beneficio extraordinario sin contraprestación social.
Lo más problemático del spread es su invisibilidad: el consumidor final desconoce cuánto cuesta realmente producir la electricidad que consume y, por tanto, no puede saber cuánto está pagando de más por el simple diseño del mercado. Esta falta de transparencia ha sido señalada por la propia Comisión Europea, que impulsa reformas para desacoplar el precio de la electricidad del gas y promover contratos por diferencia y pagos por capacidad que remuneren los servicios sistémicos, no sólo la oferta aceptada.
Cómo las eléctricas maximizan el ‘spread‘
Las prácticas de maximización del spread son especialmente efectivas cuando una sola empresa puede controlar simultáneamente la producción, la distribución y la comercialización. En esas condiciones, no hay separación real entre quién fija el precio, quién lo cobra y quién lo paga. Todo queda en casa. Además, el conocimiento anticipado de la curva de carga y la capacidad de ofertar en múltiples mercados –diario, intradiario, servicios de ajuste– otorgan una ventaja competitiva indetectable para cualquier regulador sin acceso a información interna.
Las empresas integradas verticalmente –que a la vez producen, distribuyen y comercializan– tienen múltiples formas de maximizar este spread:
- Ofertan sus tecnologías baratas a precios muy bajos para asegurarse entrar, pero saben que cobrarán el precio más alto.
- Retiran o elevan artificialmente los precios de tecnologías de respaldo para mantener el precio marginal elevado.
- Se venden energía a sí mismas a bajo coste y la comercializan a precio de mercado, consolidando el spread como renta interna.
- Gestionan estratégicamente su oferta en los mercados intradiarios y de servicios de ajuste para evitar descensos en el precio.
Este conjunto de prácticas no constituye una ilegalidad en sentido estricto, pero sí revela una falla estructural del sistema: el mercado premia la posición, no el servicio.
¿Existen tarifas que trasladen el beneficio del ‘spread’ al consumidor?
Una pregunta legítima que surge al conocer el funcionamiento del spread eléctrico es si existen en España tarifas que realmente permitan al consumidor beneficiarse de ese diferencial entre el coste real de generación y el precio cobrado. La respuesta es matizada: sí existen tarifas que, en ciertos contextos, trasladan parcialmente ese beneficio, pero no lo hacen de forma estructural ni garantizan una redistribución justa de esa renta.
1. Tarifas indexadas al mercado mayorista (pool)
Estas tarifas, ofrecidas tanto por comercializadoras independientes como por algunas grandes eléctricas, reflejan el precio horario del mercado mayorista OMIE. Cuando el precio del pool es bajo, el consumidor paga menos. En teoría, esto permite al usuario beneficiarse del spread si consume en horas con mucha generación barata (eólica, solar, hidráulica). Sin embargo, el consumidor no accede al spread completo, ya que sigue pagando un margen comercial fijo y desconoce el coste real de generación de la energía que consume.
2. Tarifa regulada PVPC (Precio Voluntario al Pequeño Consumidor)
Esta tarifa está referenciada también al precio del pool y afecta a millones de hogares. Aunque permite aprovechar los precios bajos del mercado, no garantiza protección frente a subidas bruscas ni permite ver desglosado el spread. De hecho, durante la crisis energética de 2021–2022, su alta exposición a la volatilidad de los mercados fue muy criticada. El consumidor puede beneficiarse de precios bajos, pero no tiene acceso a un modelo que refleje el coste real de generación.
3. Contratos bilaterales
En este modelo, grandes consumidores —como industrias, universidades o cooperativas— firman contratos directos con productores renovables a precio fijo. Aquí sí se evita el modelo marginalista, y el spread desaparece. Pero este modelo no está al alcance del consumidor doméstico medio, y requiere capacidad de negociación y consumo estable a gran escala. Es un modelo más justo pero aún elitista
4. Autoconsumo
Única vía en la que el usuario captura directamente el spread. Requiere inversión inicial y condiciones técnicas adecuadas.
¿Qué reformas son posibles?
1. Contratos por diferencia generalizados: para que tecnologías inframarginales cobren precio fijo licitado, devolviendo al sistema los excedentes cuando el mercado los supere.
2. Mercado mixto: reservar el marginalismo para tecnologías de punta, estableciendo precios regulados para la base generadora.
3. Transparencia de costes: obligación de publicación auditada por parte de empresas generadoras. Acceso público a los costes reales.
4. Separación operativa y comercial: refuerzo del unbundling (desagregación de la organización vertical de las empresas eléctricas separando societariamente las actividades de producción, distribución y comercialización) funcional. Supervisión de precios transferidos entre filiales.
5. Empoderamiento ciudadano: impulso a comunidades energéticas, autoconsumo compartido y cooperativas de compra directa.
6. Proyectos estratégicos compartidos: Dentro del grupo Redeia plantear proyectos de servicios esenciales que el desarrollo tecnológico está poniendo en evidencia: ¿búsqueda de la soberanía nacional en la Inteligencia Artificial?
Aunque existen modalidades tarifarias que trasladan parcialmente el beneficio del spread, ninguna lo hace de forma transparente, estructural o universal. El sistema sigue premiando la opacidad, y el consumidor minorista carece de información, herramientas y poder contractual para acceder a esa renta oculta. Por tanto, el spread sigue siendo, en su mayor parte, una renta estructural capturada por las empresas integradas verticalmente.
Fuentes consultadas
• CNMC: Informes anuales sobre funcionamiento del mercado eléctrico
• OMIE: Series históricas de precios horarios y casaciones.
• Comisión Europea: Comunicaciones sobre reforma del diseño de mercado.
• ICAI (Sancha, 2012), Muñoz Barrios (2021).
• RDL 10/2022 y Reglamento (UE) 2019/943.