¿De qué «tema de Marruecos» hablan Ábalos y Koldo?
«Un audio de Koldo, Ábalos y Santos Cerdán puede resolver qué le debe el PSOE a Marruecos»

Alejandra Svriz
Una de las conversaciones más interesantes interceptadas por la Guardia Civil es la que en 2019 mantuvo el “asesor” Koldo García con el entonces ministro de Fomento José Luis Ábalos, hablando sobre la insistencia del secretario socialista Santos Cerdán en la adjudicación de la obra del Puente del Centenario de Sevilla. “También está el tema de Marruecos”, añade de pronto Koldo. “Que eso sale. Y aquí nadie dice nada”. Por el momento solo podemos especular en qué consiste ese “tema de Marruecos” del que “nadie dice nada”. En el contexto de infraestructuras, es posible presuponer que se refieran a una desaladora en Casablanca para la que el gobierno sanchista destinó 340 millones de euros a un consorcio de construcción liderado por Acciona, una de las empresas “corruptoras” de la que Santos Cerdán se llevaba sus “mordidas”.
Hay quien especula que se podrían estar refiriendo a otros proyectos, como la construcción de estadios y otras instalaciones para el Mundial de Fútbol de 2030, que en principio iba a ser ibérico (España+Portugal) pero en cuya candidatura logró introducirse Marruecos. También se habla del famoso “túnel de Gibraltar” que conectaría España con Marruecos vía submarina, actualmente en fase de planificación y cuya viabilidad está siendo gestionada por una empresa española que ha conseguido la adjudicación. Es posible que tirando del hilo podamos arrojar algo de luz sobre una pregunta que ya se ha convertido en un acertijo clásico en las redes sociales: “¿qué le debe el PSOE a Marruecos?”
En ausencia de explicaciones oficiales, las teorías de la conspiración se esparcen como la pólvora: implicaciones de Marruecos en el 11M, intereses por parte de intermediarios españoles en el tráfico de drogas desde el Magreb y rumores sobre negocios de Begoña Gómez a través del Africa Center del IE (Instituto de Empresa), en relación con el mayor centro de formación y contactos empresariales de Marruecos, APD Maroc.
Muchos consideran que algo le ha de deber a Rabat el gobierno español, en vista de todo lo siguiente. El práctico desmantelamiento en el sur de la OCON, unidad de élite de la Guardia Civil, que debe velar contra la introducción de la droga marroquí en España. Las constantes humillaciones a las que no respondemos: en 2001 Zapatero visitando al rey de Marruecos para encontrarse con un mapa marroquí incluyendo las Canarias; en 2022 la embajada de Marruecos en España incluyendo en su mapa a Ceuta y Melilla; en 2022 Pedro Sánchez siendo recibido con una bandera de España al revés (en señal de “situación desastrosa” o “rendición ante el enemigo”).
La vergonzante cesión de la soberanía del Sáhara a su ocupante, Marruecos, de una forma tan opaca y mafiosa como toda la trama de Santos Cerdán (nos enteramos por una filtración de la Casa Real marroquí de que Sánchez había cedido mediante una carta privada, sin consulta a la oposición en el Congreso, ni a su gobierno de coalición en el Consejo de Ministros, quizás ni siquiera a su propio ministro de Exteriores Albares), como un acto verdaderamente criminal, al estar Marruecos en ese momento en una guerra de baja intensidad contra el Polisario saharaui y en una discreta guerra híbrida (desde inmigración a ciberseguridad) contra España. Mientras en 2023 estallaba la polémica del presunto espionaje marroquí a nuestro presidente, ministros de Interior y Defensa y quizás cientos de móviles de periodistas y empresarios, Pedro Sánchez se va de curiosas “vacaciones familiares” a Marruecos, y cuando la entonces directora del CNI apunta a Marruecos como autor del espionaje, Sánchez la cesa (solamente 5 días después de su declaración) y anuncia en la comparecencia sobre Pegasus que el ejecutivo no señalará a Marruecos como posible culpable.
María Antonia Trujillo (ministra de Zapatero) afirmando en 2022 (con Zapatero al lado y diciendo inspirarse en la postura del diplomático del PSOE Máximo Cajal) que “Ceuta y Melilla y los peñones e islotes suponen una afrenta a la integridad territorial de Marruecos, son vestigios del pasado que interfieren en la independencia económica y política de este país y en las buenas relaciones entre los dos países”. El PSOE desmarcándose de la Trujillo formalmente, pero este mismo mes votando en contra de una PNL (proposición no de ley) del PP y Vox por la soberanía nacional y la integridad territorial en Ceuta, Melilla y otras plazas de soberanía española.
El gobierno de Sánchez que sigue cediendo en todo en aras del mutuo respeto territorial y el gobierno marroquí agradeciéndoselo con un escrito a la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU diciendo que “Marruecos no cuenta con fronteras terrestres con España” y que Melilla “sigue siendo un presidio ocupado”, por lo que “no se podrá hablar de fronteras, sino de simples puntos de acceso”.
La policía marroquí atentando contra los derechos humanos con una matanza en la valla de Melilla en junio de 2022, así como contra la soberanía española al traspasar nuestra frontera varios agentes marroquíes a la caza de inmigrantes que habían atravesado el vallado, mientras el Pedro Sánchez del “refugees welcome” felicita a Marruecos por su acción sanguinaria y le echa las culpas a las “mafias migratorias” que hasta el momento no existían en la retórica progresista.
Aceptando que el Ministerio de Exteriores de Marruecos nos exija en 2021 el cese de la ministra González Laya (fue cesada una semana después) por haberle dado la debida asistencia sanitaria al saharaui Brahim Ghali (que además tenía ciudadanía española).
«El Gobierno de Sánchez disparando hasta la cifra de 1.000 millones las ayudas y créditos a Marruecos desde su llegada a la presidencia en 2018»
Sánchez llevando flores a la tumba de Hassan II (acusado de genocidio) tras vanagloriarse de haber exhumado a Franco. El PSOE negándose a dar asilo a 40 saharauiss disidentes perseguidos por Marruecos (mientras acoge a decenas de miles de ucranianos y venezolanos). El PSOE quedándose solo en el Congreso al votar en contra de reconocerle la nacionalidad española a los saharauis nacidos bajo soberanía de España. El PSOE quedándose solo en la Eurocámara (junto con Le Pen) votando en contra de una resolución contra la posible participación de Marruecos en una trama de sobornos a escala europea (incluyendo a varios cargos socialistas) y condenando el hostigamiento marroquí a periodistas (concretamente, al español Ignacio Cembrero, víctima de vigilancia digital y acoso judicial).
El Gobierno de Sánchez disparando hasta la cifra de 1.000 millones las ayudas y créditos a Marruecos desde su llegada a la presidencia en 2018: buena parte de esta millonada es una cesión al chantaje migratorio que nos hace Marruecos (a quien el PSOE le ha regalado todo el presupuesto de seguridad regional que antes se repartía con otros países, como Senegal y Mauritania), de forma que aceptamos equipar a las fuerzas de seguridad marroquíes mientras que las nuestras quedan mal abastecidas (desde los chalecos a las lanchas) y el dinero va a que Rabat compre los mejores vehículos y helicópteros (que bien podrían ser usados contra España el día de mañana).
A este historial se añaden más “cabos sueltos” sacados de otra grabación de Koldo en la que afirma haber ayudado a José Bono y Pepe Blanco, “que han venido a pedirme de todo”, teniendo en cuenta que ambos (el primero con su mansión en Tetuán y el segundo con su consultora Acento al servicio de Rabat) son habituales del lobby pro-marroquí en España. El propio Bono, junto con Zapatero, cobraron del grupo “Movimiento Saharaui por la Paz”, que en realidad es una tapadera financiada por colaboradores de los servicios de inteligencia marroquíes. Otros “sospechosos habituales” del lobby pro-marroquí en España son los socialistas Felipe González, Miguel Ángel Moratinos, Trinidad Jiménez, María Teresa Fernández de la Vega, Bernardino León Gross (alto cargo de Zapatero) o Elena Valenciano. Al igual que el “caso Koldo” y el “caso Ábalos” han acabado convirtiéndose en el “caso PSOE”, el lobby marroquí en España -en palabras del exdelegado de Efe en Marruecos Javier Ortazu- es, ni más ni menos, que el propio PSOE como partido político.