The Objective
Ricardo Cayuela Gally

Tezanos, platos combinados

«La última encuesta del CIS es prodigiosa: anuncia una caída de siete puntos de Pedro Sánchez, pero lo pone medio punto por encima del PP»

Opinión
Tezanos, platos combinados

Ilustración de Alejandra Svriz.

Pocos placeres demoscópicos tan intensos como desagregar los platos combinados que cada mes produce José Félix Tezanos desde su cocina del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). La lógica es pensar que la encuesta que publica es siempre la mejor posible para Pedro Sánchez y el PSOE, pero no solo como un resultado alentador en sí mismo, sino como una forma de incidir en el debate público y, por lo tanto, en el resultado de verdad cuando sucedan las elecciones. Todo debe hacerlo con base en cuestionarios reales realizados a personas reales con datos reales.

La última, de julio, es prodigiosa: anuncia una caída de siete puntos de Pedro Sánchez, algo lógico en pleno escándalo del caso Cerdán, pero lo pone medio punto por encima del PP. Como si poner arriba al PP fuera una línea roja marcada por el equilibrio mental del inquilino de la Moncloa. Así, para Tezanos, el resultado de las elecciones, si se realizaran en el mes de julio, sería de 27 puntos a favor de Pedro Sánchez y 26,5 para Alberto Núñez Feijóo. ¡Cerca la bala! Es decir, que el PP de Feijóo perdería casi seis puntos desde las selecciones generales del 2023, que ganó con 33%, y no capitalizaría ni un punto de la caída de Sánchez, e incluso caería más de medio punto respecto a la encuesta de junio. Todo el descalabro socialista sería aprovechado por Vox, que subiría a 18,9%. 

La solución que propone Tezanos es genial: evita que Vox critique en público la encuesta y le manda un mensaje al votante socialista, partido al que pertenece como militante de base: «¿No quieres que gane la extrema derecha? Fácil, compañero, solo tiene que seguir votando por la corrupción». Para Tezanos los socialistas desencantados no se van al PP del moderado de Feijóo, sino al radical Vox de Abascal, proposición sociológicamente inverosímil. O quizá lo que anuncia la encuesta del CIS es un corrimiento a la derecha. Así, los socialistas se van al PP, pero los votantes del PP, en la misma y exacta proporción, se van a Vox. Ambas hipótesis son absurdas porque, además, el resto de partidos no tiene prácticamente cambios. Es decir, el votante socialista más ideológico no se refugia ni en Sumar ni en Podemos.

Estos resultados se contradicen con muchas otras preguntas. Por ejemplo, que el 50,4% de los ciudadanos no tienen ninguna confianza en Pedro Sánchez y que el 23,2% le tiene poca confianza. Es decir, a Pedro Sánchez le votarían todos los que no desconfían de él, algo ilógico en términos demoscópicos. O quizá en el mundo Tezanos a Pedro Sánchez incluso le vota gente que desconfía de él, algo aún más disparatado.

En la respuesta espontánea que dan lo encuestado sobre el principal problema de España, para el 13,9 % es la vivienda, algo que podríamos asumir que la gente achaca al gobierno en el poder durante casi siete años. Lo mismo con otra larga listas de problemas, como el paro, la calidad de los servicios públicos, la alta tasa de impuestos y demás. Esta lista es más o menos normal y la sufre cualquier Administración. Lo sorprendente es el conjunto de respuestas espontáneas que hablan de la corrupción, que no afectan directamente el día a día del ciudadano. Por ejemplo, para el 13,1% de los españoles el principal problema de España es la corrupción y el fraude. Pero como la pregunta no induce la respuesta con opciones y los problemas son formulados por el entrevistado con sus propias palabras, también destaca que el 14% piensa que el Gobierno es el principal problema (aunque la respuesta está matizada con este fraseo: «Gobierno y partidos o políticos/as concretos/as». Además, para 6,4%, «el mal comportamiento de los/as políticos/as» es el principal problema, que se suma al 3,3 que dice «lo que hacen los partidos políticos» y al 0,8% que dice «la falta de confianza en los/las políticos/as y las instituciones». Es decir, para el 40% de los españoles el principal problema de España es la actuación deshonesta del Gobierno, que contrasta con la pregunta sobre la principal preocupación personal del entrevistado, que obviamente se decanta por asuntos prácticos como la vivienda, el paro, los bajos salarios y demás.

Llama la atención, frente al tono apocalíptico con que el Gobierno trata dos de sus «temas bandera», el cambio climático y la violencia de género, la importancia que le dan los ciudadanos: solo son, respectivamente, el principal problema de España para 0,2% de la población. También es escaso el 4% que ve en la inmigración el principal problema del país, si se correlaciona con el supuesto aumento disparado de Vox que hace un uso desaforado y demagógico de este tema.

Tengo para mí que la clave de este enigma demoscópico está en la pregunta sobre el «recuerdo de voto», es decir, cómo votaron los entrevistados en las pasadas elecciones. Ahí la muestra le da un claro triunfo al PSOE con el 33% y 23,8% al PP. Esta desviación suele ser común a favor del partido en el poder, pero nunca tan grande. En el caso del PSOE, este «recuerdo de voto» se parece mucho al resultado real obtenido por el PSOE en las últimas elecciones, que fue de 31.68 %, pero en el caso del PP, el error del recuerdo es de casi 10 puntos, ya que obtuvo 33%. Si comparamos el recuerdo de voto con la intención de voto, el PSOE perdería seis puntos (27%) y el PP ganaría casi tres, que se esfuman en la cocina de Tezanos. Porque si sumamos la pérdida del voto real, la encuesta en realidad dice que el PSOE obtendría 25,68% y el PP, 36% (¡con los mismos números!).

Conste que el barómetro del CIS es impecable en términos de distribución geográfica, edad, género, ocupación e ingresos de los entrevistados, así como el robusto número de encuestas. Lo malo es ponderar los resultados de una manera tendenciosa. Lo malo es que un trabajo profesional, pagado por los impuestos de todos, sea tan arteramente transformado en un instrumento del poder y sus voceros. Cuando se habla de la degradación democrática de un país, es clave señalar el uso partidista de instituciones del Estado que deberían ser neutrales. Una de ellas, el CIS, que no en vano lleva años con complemento del nombre: el CIS de Tezanos.

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