Vox y los beneficios de la siesta
«Les basta con inventarse problemas imaginarios aportando soluciones estúpidas y aprovechando excelentemente todos los ‘hypes’ que se produzcan en las redes»

Ilustración de Alejandra Svriz.
Si no fuera porque no creo en las conspiraciones, bueno, al menos en casi ninguna de ellas, les diría que desde hace menos de un año existe una oscura mano que va alineando todas las fichas del tablero político para, sin tener que hacer nada más que poner cara de palo y voz grave en sus comparecencias públicas, Vox se esté acercando a un resultado histórico en las próximas elecciones generales.
Al contrario que PP o PSOE, Vox no tiene una estrategia política, ni falta que les hace. Les basta por un lado con posicionarse frente a todo el resto de partidos, trazando una línea inexistente y balbuceando sin concretar demasiado que ellos harían las cosas de otra forma, y que ¡Viva España!, y por otro, con inventarse problemas imaginarios aportando soluciones estúpidas, eso sí, aprovechando excelentemente todos los hypes que se produzcan en las redes sociales que toquen temas como la seguridad o inmigración para indignar a una sociedad con muchas ganas de indignarse.
Hagamos un recuento solo de los principales temas que han impactado en la opinión pública durante los últimos meses: la dana de Valencia, el gran apagón y todo el lío de presunta corrupción en el que está envuelto el PSOE.
En el primer tema, la gestión de la horrorosa inundación que sufrieron los valencianos, la pelea a navaja cachicuerna entre PP y PSOE por acusar al otro partido de ser el responsable de la lamentable gestión posterior a las lluvias solo tuvo, y se ve perfectamente en las encuestas, un ganador neto: Vox.
¿Y qué hizo Vox para ser el gran beneficiario electoral del desastre? Pues algo tan sencillo como montar una silla de playa sobre el fango y disfrutar de la pelea entre los dos grandes partidos, abriendo sus sacas para recoger miles de votos en las próximas elecciones. Y ¡Viva España!
En el segundo tema, el del apagón, mientras el PP y otros partidos de la oposición trabajaron con seriedad para entender lo que había pasado y forzaron al gobierno a dar explicaciones, Vox se limitó a observar desde la lejanía lo que pasaba y a decir sin mucho convencimiento que lo que hacía falta eran más centrales nucleares y menos renovables, y que ¡Viva España!, sorprendentemente el rédito político logrado en términos relativos fue similar al logrado por el Partido Popular.
Y vayamos al tercer tema, el de la corrupción, que tiene bastante más tela, porque si bien el partido más afectado (y lo es gravemente y con razón) es el PSOE, a Vox le basta con decir, cuando se despiertan de la siesta y se acuerdan, que esto de la corrupción es cosa de PSOE y PP, que ellos son un partido limpio y que ¡Viva España!, trazando una línea entre los partidos tradicionales, culpables de todos los males y ellos, lo que también les ha reportado pingües beneficios demoscópicos.
En definitiva, yo no me extrañaría de que si siguen con su sana dieta mediterránea a base de siestas diarias, la próxima noche electoral nos encontremos con que en las urnas haya muchas más papeletas verde-almohada de las que ha habido nunca, lo cual curiosamente obligaría a Abascal a darle la razón a Mariano Rajoy cuando decía aquello de que «en política, lo más urgente es no hacer nada».