The Objective
Jorge Mestre

Carta a los ciclistas del Israel

«Os habéis convertido en el primer equipo que compite en clandestinidad en la historia de La Vuelta como perseguidos políticos de verdad»

Opinión
Carta a los ciclistas del Israel

Manifestación durante contra el equipo israelí en La Vuelta. | Carlos Castro (Europa Press)

Queridos ciclistas del Israel-Premier Tech:

Vaya papeleta la vuestra. Veníais a España a devorar kilómetros y a sufrir en los puertos, y habéis acabado devorados por la liturgia de cuatro pancartas mal colgadas, jaleadas por un Gobierno que ya no sabe dónde esconder a la mujer, al hermano y a la Banda del Peugeot de Pedro. La Vuelta ya no es ciclismo. Es una corrida de pueblo donde el toro sois vosotros y los banderilleros, una charanga de ministros chamuscados que intenta tapar la música de la corrupción. Señalados, para mayor vergüenza, en una prueba que siempre fue del pueblo, gratuita y a pie de acera, en la misma calle donde uno compra el pan o la leche mientras pasa el pelotón.

Lo del maillot sin el nombre de Israel quedará en los anales como un gesto tan insólito como un sprint en alpargatas. No por táctica ni por estética, sino por miedo. Miedo a que una comparsa de hooligans de la solidaridad por horas confunda una bicicleta con un tanque Merkava. Resultado: os habéis convertido en el primer equipo que compite en clandestinidad en la historia de La Vuelta. Como perseguidos políticos de verdad frente a esa Stasi de barra de bar que os llena la ruta de chinchetas pero calla, sin huevos ni moral, ante los atropellos de los derechos en Cuba, Venezuela, China o Irán. Qué bonito es boicotear La Vuelta y tomarse luego un quinto en la Taberna Garibaldi de Pablo Iglesias.

La comparación con Rusia en los Juegos Olímpicos del ministrillo Albares es de chiste. Los rusos compiten como rusos, bandera incluida. Vosotros, en cambio, sois británicos, checos, italianos o estadounidenses, con un patrocinador amigo de Netanyahu. Vuestro pecado es el logotipo, no la nacionalidad. Vamos, que expulsaros es como vetar aquí al Real Madrid porque lo patrocina una aerolínea de Emiratos. Pero hete aquí al ministrillo, doctor en gimnasia rítmica aplicada a la geopolítica, confundiendo la gimnasia con la magnesia y la política con un numerito de aro y mazas. Su talla intelectual no supera a la de su propia estatura.

Así que os ha tocado ser rehenes de una causa que no es la vuestra. El Gobierno español, en vez de limitarse a proteger vuestras libertades, azuza a la turba. Albares proclama que echaros de la carrera «enviaría un mensaje». ¿A quién? ¿A Hamás? ¿O a los censores del régimen sanchista que revientan etapas como si inventaran un nuevo deporte nacional? Con ministros sin escrúpulos así, la Policía despeja las carreteras y el Consejo de Ministros las vuelve a llenar de humo.

Las barbaridades de Netanyahu juegan en otra liga. No hace falta ser un lumbrera para condenar los bombardeos de hospitales, el hambre como arma o la devastación de barrios enteros. Pero una cosa es criticar a un Gobierno y otra muy distinta convertir a ciclistas en chivos expiatorios. El linchamiento moral siempre empieza con símbolos, y hoy el símbolo es tener que esconderse de los antisemitas para competir con libertad. Capítulo I del Manual de estalinismo.

Mientras tanto, Pedro saca pecho con medidas «inmediatas» contra Israel. Nueve decretos improvisados durante la merienda dominical, sin consultar ni a Bruselas ni a la OTAN ni al mismísimo portero del edificio. Para Sánchez la diplomacia se mide en titulares, no en resultados. Subir el Tourmalet es más fácil que resistir a tanto eslogan gubernamental.

«Vosotros, que sabéis lo que es apretar los dientes en un puerto, también sabéis que lo peor se masca en los últimos kilómetros. Ánimo, Madrid ya está cerca»

La paradoja es obscena: en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, en plena antesala del Holocausto, hubo deportistas judíos que compitieron sin ser perseguidos. Noventa años después, resulta casi más seguro competir en Berlín 1936 que en Avilés 2025. El mundo al revés. Entonces Hitler usaba el deporte para blanquear; hoy Sánchez lo mancha para oscurecer a los demás.

España ha convertido su política exterior en una charlotada de plaza mayor: mucho pasacalle, mucho tambor y al final, reguero de sangre en la arena. Embargos de armas, cierres de puertos, retahíla de prohibiciones… Todo suena solemne, pero sobre Netanyahu tiene el mismo efecto que un bocinazo en la rotonda de la Castellana. Eso sí, la imagen de España como país de libertades se despeña sin frenos por la bajada de Navacerrada.

Vosotros sois las últimas víctimas del sectarismo sanchista. Ministros que se llenan la boca de paz y solidaridad, mientras os colocan en la diana. Vuestro único pecado es tener un patrocinador que no gusta al Tribunal del Santo Oficio monclovita.

Tomad, pues, esta carta como un modesto mensaje de ánimo. En España no hallaréis la neutralidad suiza ni la elegancia francesa. Os habéis topado con el cainismo ibérico, el mismo que convierte cualquier discrepancia en aquelarre. No os lo toméis como algo personal. Hoy os toca a vosotros; mañana será al Barça por jugar contra el Maccabi o a cualquier empresa de Castellón por exportar azulejos a Tel Aviv. La política exterior española es una tómbola de feria. Un día se expulsa a un embajador, al siguiente prohibir a un ciclista y pasado se declara genocidio por decreto.

Vosotros, que sabéis lo que es apretar los dientes en un puerto, también sabéis que lo peor se masca en los últimos kilómetros. Ánimo, Madrid ya está cerca, aunque para llegar tengáis que esquivar a los titiriteros, ministros de chascarrillos y un presidente más pendiente en señalar con el dedo que de proteger con la mano.

No os apeéis de la bicicleta: hacerlo sería renunciar a vuestra libertad. Si en Berlín 1936 los judíos pudieron competir bajo la mirada de Hitler, en España 2025 lo hacéis bajo la de Sánchez y Albares. Es como cambiar al toro por el cabestro: el toro al menos avisa; la estupidez, jamás.

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