The Objective
Martín Varsavsky

Por qué la Argentina gana con sus aliados y España pierde

«Milei se acerca a quienes pueden darle estabilidad y prosperidad a su país. Sánchez se abraza a quienes comparten su ideología, aunque perjudiquen a los españoles»

Opinión
Por qué la Argentina gana con sus aliados y España pierde

Ilustración de Alejandra Svriz.

La semana pasada, Argentina rozó el abismo. Tras un 2024 en el que su Bolsa fue la mejor del mundo y el programa de Javier Milei empezaba a mostrar resultados: superávit fiscal, inflación en caída, confianza renovada, el país se encaminaba hacia la normalidad económica. Pero la victoria del peronismo en la provincia de Buenos Aires bastó para desatar la tormenta: en un solo día, el Merval se desplomó más de un 13%, muchas acciones cayeron entre un 25 y un 40%, los bonos internacionales se hundieron y el peso perdió un 4% frente al dólar. Los mercados dieron por sentado que Milei estaba derrotado y que la Argentina volvería a la hiperinflación que había heredado del kirchnerismo.

Entonces intervino Estados Unidos. Donald Trump, a través de su secretario del Tesoro, Scott Bessent, anunció que Washington respaldaría a Milei «con todos los instrumentos a su disposición». Fue un gesto cargado de simbolismo: el «whatever it takes» de Argentina, como aquel de Mario Draghi en 2012 que salvó a España de la crisis de deuda.

La reacción fue inmediata. Las acciones rebotaron un 20%, los bonos se recuperaron y el peso se apreció frente al dólar. En cuestión de horas, lo que parecía un derrumbe sin retorno se convirtió en una recuperación espectacular. La intervención norteamericana fue crucial: sin ella, el país habría quedado atrapado de nuevo en el ciclo de colapso e hiperinflación. Con ella, Argentina volvió al camino de éxito que había iniciado en 2024.

Ese es el mérito de Milei: piensa como economista, no como ideólogo. Su brújula no es la etiqueta política, sino el beneficio de los argentinos comunes. Por eso cultiva la alianza con Estados Unidos, aunque la izquierda global tache a Trump de «ultraderecha». El resultado es claro: Trump ayudó a la Argentina y al argentino.

Pedro Sánchez, en cambio, se mueve por ideología. Como socialista, busca la amistad de regímenes socialistas, y desprecia a quienes identifica con la derecha. En vez de acercarse a Estados Unidos, se abraza a China. El resultado es desastroso.

«El contraste es evidente. Milei se acerca a quienes pueden darle estabilidad y prosperidad a su país, sin mirar etiquetas»

China es comunista, profundamente egoísta en política exterior. Solo actúa en función de sus propios intereses. España importó en 2024 más de 45.000 millones de euros en productos chinos y exportó apenas 7.400. El déficit roza los 38.000 millones. Mientras nos inunda de coches eléctricos, mantiene cerrada la salida masiva de turistas, privándonos de una fuente de ingresos que podría equilibrar la balanza. Y cuando Sánchez intentó ganarse su favor, recibió lo contrario: aranceles de hasta el 62% al cerdo europeo, que golpearon de lleno a los productores españoles. El comunismo amigo de Sánchez dañó al español medio.

Lo opuesto ocurre con Israel. España mantiene con Israel una relación comercial positiva: le vende mucho más de lo que le compra, y lo que compra, material de defensa, refuerza la seguridad frente a Marruecos y la inmigración ilegal. Israel, en otras palabras, sostiene un déficit en beneficio de la economía española y además ofrece bienes estratégicos. Pero Sánchez eligió dinamitar esa relación. Atacó a Israel en foros internacionales, promovió un boicot diplomático y promovió incluso manifestaciones violentas contra el país durante la Vuelta a España. Rompió con un socio que nos beneficiaba, solo porque no encaja en su ideología.

El contraste es evidente. Milei se acerca a quienes pueden darle estabilidad y prosperidad a su país, sin mirar etiquetas. Sánchez se abraza a quienes comparten su ideología, aunque perjudiquen a los españoles, y se enfrenta a quienes más podrían ayudarnos. Argentina, gracias a Estados Unidos, sigue en el camino del éxito. España, bajo Sánchez, insiste en el de la decadencia. Sí, es verdad que luego de tantos años de socialismo la Argentina viene de mucho más abajo que España. Pero la Argentina tenía sueldos de $400 dólares al mes con el peronismo y ahora de $1000. Si sigue así, no es inconcebible que el argentino medio termine alcanzando el ingreso del español medio como lo lograron los polacos abrazando también las ideas de la libertad.

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