The Objective
Juan Lobato

Un nuevo activismo político juvenil

«No se trata de juzgar ni de comparar a unas generaciones con otras. Pero sí de reconocer la vocación de ayuda a los demás de las generaciones jóvenes actuales»

Opinión
Un nuevo activismo político juvenil

Ilustración de Alejandra Svriz.

En los últimos años han aparecido nuevas iniciativas como, por ejemplo, startups para conectar a gente mayor con jóvenes dispuestos a acompañarlos y luchar contra la soledad no deseada. O plataformas para facilitar el acceso y la atención personalizada a la medicina. O espacios web para ofrecer a familias con necesidades el acceso a alimentos.

Todas estas iniciativas y otras muchas similares tienen la característica común de que han sido ideadas y lideradas por equipos de personas jóvenes emprendedoras con talento y conciencia social. Afortunadamente, en las sociedades occidentales actuales encontramos muchos jóvenes que tienen inquietudes, que reivindican un mundo mejor y que tienen una alta vocación de ayudar a personas que no tienen las oportunidades que deberían tener.

Muchos de estos jóvenes no encuentran incentivos o espacios para vehiculizar estas inquietudes y esta vocación de ayudar a los demás a través de los sistemas de participación institucional tradicionales. La política actual no les sirve. La ven poco útil para resolver estos problemas de la sociedad o, al menos, ven que es inaccesible para ellos la forma de participar y colaborar. Y como tienen el talento y la ilusión de ayudar han encontrado nuevos caminos para hacerlo.

El desarrollo tecnológico y la cuarta revolución industrial que estamos viviendo con la transformación de las comunicaciones y la conectividad total, el internet de las cosas y, por supuesto, la inteligencia artificial está abriendo nuevas oportunidades que muchos jóvenes están dispuestos (y lanzados) a explorar.

Las nuevas generaciones de 20, 30 o 40 años no tienen menos inquietudes, preocupaciones sociales o espíritu de colaboración y activismo político que las anteriores. Para nada. Quizá los jóvenes de hoy sí se sientan más frustrados que otras generaciones en la búsqueda de caminos para ayudar a los demás y generar impacto social de verdad. Pero también tienen, como hemos visto, nuevas herramientas y oportunidades. Y talento y creatividad para buscar soluciones concretas a problemas reales.

El emprendimiento social y la creación de startups se ha convertido en una forma de aportar soluciones y propuestas para mejorar la vida de mucha gente. Muchos jóvenes han visto en este tipo de iniciativas la forma de ganarse la vida generando impacto social en mucha gente.

Este tipo de proyectos les permite ganar dinero. Y lo ganan. Pero también les ofrece la oportunidad de aportar mejoras a la sociedad en la que viven e impulsar muchas iniciativas paralelas de forma altruista.

Ejemplos de emprendimiento social joven 

Un joven –que además es nieto, claro– observa cómo muchas personas mayores quedan viudas o viven solas y pasan demasiadas horas a la semana sin disfrutar de la compañía de ninguna otra persona. Semana tras semana. Mes tras mes. Además, conoce a jóvenes que estarían encantados de acompañar de vez en cuando a alguna persona mayor, aprender y disfrutar de ella. ¿Cómo podemos conectarles? Pues a través de una app en la que encontrarse. De esta forma se lucha contra la soledad no deseada y la desconexión intergeneracional. ¿Es esto hacer buena política? Pues sí.

Una joven con conocimiento tecnológico, digital y sobre todo con la creatividad para imaginar cómo mejorar procesos de información y toma de decisiones, imagina una forma de organización que mejore el acceso y la eficiencia del sistema y la atención sanitaria. Tucuvi y su IA «LOLA», transforman la atención al paciente, dotando de seguridad a los procesos y aumentando la capacidad y disponibilidad de los equipos clínicos, maximizando la eficiencia operativa y consiguiendo una atención constante y personalizada para cada persona. ¿Es esto hacer política útil? Pues sí.

Un grupo de jóvenes crea una fábrica de proyectos sociales. En esta plataforma desarrollan desde una iniciativa inmobiliaria para personas sin hogar, a la iniciativa TuuuSúper, que llenó las despensas de muchísima gente con dificultades durante el covid. ¿Es esto hacer política social? Pues sí.

Todos los objetivos que persiguen estas iniciativas se pueden (y se deberían) conseguir también a través de la política tradicional. Pero hay gran parte de toda una generación que no encuentra el camino para aportar sus ideas por los sistemas institucionales actuales y que deciden desarrollar su vocación de colaboración y su deseo de impacto social a través del emprendimiento. Deciden hacer lo que saben hacer pensando en el bienestar común y en el interés general.

No se trata de juzgar ni de comparar a unas generaciones con otras. Pero sí de reconocer la vocación de ayuda a los demás y de colaboración de las generaciones jóvenes actuales. Y, por supuesto, su talento para utilizar con inteligencia e impacto social las nuevas herramientas que han aparecido en las últimas décadas en un mundo diferente.

Estamos ante un nuevo activismo político y social por el que apuestan muchos jóvenes hoy en día. Se trata de iniciativas de impacto social directo, que ayudan a la gente que más lo necesita exactamente igual que debería ayudar la política.

Y, además, estas iniciativas tienen un valor añadido: son proyectos inspiradores, que animan a otros muchos a colaborar o desarrollar nuevas iniciativas. Desde luego, inspiran bastante más que gran parte de lo que vemos en la política actual.

Ojalá la política se adapte a este nuevo mundo. Y apoye, incorpore y participe en estas iniciativas. Y esperemos que, al menos, no genere problemas ni barreras a estos nuevos actores sociales, que producen tanto impacto positivo en el día a día de muchas personas de este planeta.

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