El ‘efecto Rubio’
«Sánchez sigue apostando por la inmigración como motor de crecimiento en un intento de desacreditar las políticas restrictivas de la mayoría de nuestros socios»

Ilustración de Alejandra Svriz.
«España se ha convertido en la economía estrella de Europa». Así titulaba esta semana el Financial Times el editorial que dedicaba a nuestro país. En el fondo y en la forma, la posición del periódico coincide los mensajes que se lanzan desde la Moncloa. Porque más allá de los datos sobre la fortaleza del crecimiento y de identificar a sectores de sobra conocidos como el turismo como motores de ese dinamismo, el reconocido diario atribuía a la inmigración el gran éxito económico de España. Una tesis que ha ido ganando peso en el argumentario del Gobierno y que es casi idéntica a la opinión expresada por el nuevo jefe de gabinete de Pedro Sánchez, Diego Rubio, en la cumbre de Acción para el Progreso Global celebrada hace una semana en Londres, en la que también participó el presidente del Gobierno. No dejen de ver el vídeo.
Rubio, doctor en Historia por la Universidad de Oxford y autor de la tesis La ética del engaño, aseguró que el crecimiento demográfico, vía la entrada de inmigrantes, es uno de los motores del modelo de crecimiento de España. Y lo defendió con la convicción y solvencia de las que carece su jefe, maestro, este sí, en la cosa del engaño.
Según el nuevo gurú de la Moncloa, la estrategia del Gobierno sobre inmigración se basa en cuatro principios. El primero, se trata de una obligación moral: aceptar a los inmigrantes porque son seres humanos, ya sean regulares o irregulares. El segundo, la inmigración es un fenómeno que no se puede detener y todo dinero destinado a frenarla son recursos malgastados. Tercero, sólo se puede crecer económicamente si la población aumenta. Y cuarto, contrariamente a lo que afirma la extrema derecha, la inmigración no es un problema intrínseco; los conflictos proceden de la falta de educación, vivienda o servicios sociales y es ahí donde el Gobierno de Sánchez está poniendo el foco. En resumen, el fomento de la inmigración es uno de los pilares del éxito económico de España, según Rubio.
Veamos qué dice el editorial del FT. Destaca la posición de España como la economía europea que más rápido crece: una media del 3% desde 2024, casi el triple que la media de la eurozona en ese periodo, que la agencia de calificación de riesgo Standard and Poor’s ha subido la nota a España a un A+ por su mayor solidez y solvencia y que el Banco de España ha revisado al alza la previsión crecimiento para 2025 (del 2,4% al 2,6%). ¿Y cuáles son las razones que explican esa fortaleza?
El equipo editorial señala la fuerte recuperación del turismo tras la pandemia, la entrada de los fondos europeos Next Gen para mejorar las infraestructuras y el atractivo precio de la energía gracias a las renovables. Destaca también los efectos de la reforma laboral (retoque de la del PP) que ha estabilizado el empleo.
«El editorial de ‘Financial Times’ no menciona la ausencia de Presupuestos Generales por tercer año consecutivo»
La primera es indiscutible. España lleva batiendo récords en ingresos y en número de turistas desde la salida de la pandemia. Con respecto a la segunda, está a la cola en la ejecución de fondos de la UE. Y en cuanto a la mejora de las infraestructuras, es el cuarto país del euro que menos invierte en su red de transportes. Y es muy discutible que la bajada del precio de la energía sea atribuible sólo a las renovables. En cuanto a los efectos de la reforma, la controversia en torno a los fijos discontinuos desmonta también el argumento. De lo que no hay duda es que todos ellos son argumentos muy alineados con las tesis de la Moncloa. ¿Efecto Rubio?
El editorial no hace mención alguna sobre la ausencia de Presupuestos Generales por tercer año consecutivo y cómo ello impide a los agentes económicos saber a qué atenerse en cuanto a las prioridades en el gasto y la inversión del Estado. Tampoco al desafío que la futura financiación de las pensiones representa para las finanzas públicas. Ni a los compromisos asumidos con los socios parlamentarios que amenazan la caja común y la solidaridad interterritorial. Todos ellos asuntos que comprometen la prosperidad en el medio y largo plazo de la economía hoy estrella de la UE.
Pero es el argumento de la inmigración como principal motor del crecimiento la coincidencia más destacable de todas. «Mientras que otras naciones europeas han restringido sus fronteras, España ha tenido una actitud más liberal. Desde 2022, ha registrado una media de 600.000 inmigrantes al año, la mayoría en edad de trabajar. Esta fuente de empleo expansiva ha situado la tasa de empleo en un nivel récord y evitado que España tenga la escasez de mano de obra de ciertas cualificaciones que ha afectado a sus socios europeos. El incremento de la población ha estimulado también el consumo».
El FT destaca las bondades de la llegada de inmigrantes desde Latinoamérica. Este colectivo, con mayor capacidad de integración por compartir lengua, cultura y religión, supuso el 70% del aumento de la población en 2023, según JP Morgan. Son inmigrantes que se colocan en sectores de escaso valor añadido. El diario señala el reto que supone mantener los niveles de vida con un crecimiento tan flojo de la productividad.
«Las estrategias para hacer frente a la inmigración tienen cada vez más influencia en los resultados electorales»
Esta visión optimista sobre la inmigración que comparten la Moncloa y los editores del Financial Times contrasta con la de otros expertos. Una de las voces contrarias más contundentes es la del profesor de Economía de la Universidad de Pennsylvania, Jesús Fernández-Villaverde, quien cree que España no puede tener el nivel de inmigración actual. «España tiene que meter un cerrojazo absoluto y brutal a la inmigración no cualificada», declaraba recientemente. Para Fernández Villaverde, la entrada de inmigrantes de baja cualificación lejos de aportar al Estado acaba detrayendo recursos.
La inmigración está reconfigurando el crecimiento económico de las economías avanzadas. Es el gran asunto que divide hoy a las sociedades desarrolladas y las estrategias para hacerle frente tienen cada vez más influencia en los resultados electorales de muchas de ellas. Unos magnifican irresponsablemente sus consecuencias negativas para movilizar el voto. Otros las minimizan por razones ideológicas, desatendiendo la inquietud de quienes viven en las poblaciones más tensionadas por este fenómeno.
Lo que es un hecho es que el Gobierno de Sánchez está decidido a seguir apostando por la inmigración como motor de crecimiento en un intento de desacreditar las políticas restrictivas que han adoptado la mayoría de nuestros socios europeos, incluidos algunos de izquierda. Si es una estrategia equivocada o acertada, las encuestas lo dirán. Por el momento, el aparato de propaganda de la Moncloa ha demostrado tener una admirable capacidad de influencia en medios de referencia internacionales. Pronto veremos si les renta.