Vito Quiles, los 'antifas' y otros zoquetes
«Él cree, o quiere hacer creer, que su actividad es de carácter político y periodístico, pero no pasa de ser un fenómeno del mundo difuso del espectáculo»

Los Mossos separando a dos grupos durante los altercados en la UAB ocasionados por la visita de Vito Quiles. | S'ha Acabat (RRSS)
Por lo que tengo visto, el tal Vito Quiles es un joven periodista (25 años) que se está haciendo famoso única y exclusivamente gracias a su impertinencia: un rasgo de carácter que en cualquier otro terreno te convierte automáticamente en un apestado social, pero en el periodismo político te puede convertir en una celebridad y rendirte pingües beneficios.
Parece ser el tal Quiles una cristalización derechista de aquellos «graciosos» reporteros de izquierdas del programa televisivo Caiga quien caiga que, vestidos con traje negro y corbata y micrófono en mano, se presentaban a la puerta de cualquier evento festivo o político y abordaban a las celebridades que allí se hallasen para plantearles las preguntas más incómodas que se les ocurrían.
Como su provocación, adoptaban un aire irreverente pero guasón, juguetón, las celebridades no podían enviarles a paseo sin quedar como unos esaboríos. Luego, en el plató del programa, los hombres de negro celebraban sus hazañas. Tuvieron éxito grande durante unos años, luego dejaron de interesar. Tout lasse, tout passe.
En punto a incordiar, aquellos «hombres de negro» no llegaban, me parece, al grado de risueña agresividad (solo verbal) que practica el tal Quiles. Cuya actividad él cree, o quiere hacer creer, que es de carácter político y periodístico, pero no pasa de ser un fenómeno del mundo difuso del espectáculo: shows breves, desagradables, tensos e intensos, jaimitadas ideales para Twitter o TikTok.
–¡Mírame, mírame, mamá!… ¡Le he llamado «corrupto» a la cara, y él me ha llamado a mí «fa-cista»!
–¡Qué éxito, hijo!
«Su mayor éxito es que algún guardaespaldas le dé un empujón, para colgarlo en las redes»
Veo que el muchacho medra adecuadamente, ya no es el espontáneo que se lanza al ruedo agitando su propia camiseta a modo de capote, a ver si embiste el toro, siendo su mayor éxito que algún guardaespaldas le dé un empujón, para colgarlo en las redes.
O que le arrebaten el micro, como hizo un tal Antonio Maestre (un periodista de ultraizquierda, gran debelador de fachas, a lo que se ve con poca correa y un tanto tosco).
Ahora Quiles se ha lanzado a una gira por las universidades españolas, empezando por la Autónoma de Bellaterra, cerca de Barcelona.
Enterado el claustro de que pensaba presentarse en Bellaterra, le prohibió la entrada al campus –ignoro si está en su derecho de hacerlo, pero suena feo–. Él avisó de que no pensaba obedecer, y de que caiga quien caiga pronunciaría en el Templo del Saber su tan necesario mitin.
«Los ‘antifas’ quedaron como lo que eran: comparsas neandertales en el ‘show’ inane de su propaganda personal»
Como era previsible –como sin duda él preveía y deseaba–, el anuncio provocó la movilización de una multitud de estudiantes antifas y catalanistas del más rancio pelaje, decididos a evitar que el «facha» consumase su intolerable provocación. El campus de Bellaterra es muy extenso, varias hectáreas, y los bravos demócratas, encapuchados y agitando sus mustias banderas, lo recorrían de arriba abajo, resoplando, en busca del réprobo.
Este llegó en coche, con un micrófono y media docena de guardaespaldas –muy sensato por su parte, pues los antifas de Bellaterra han demostrado tener bastante mala leche cuando se trata de defender la democracia y la libertad agrediendo al adversario–. Un destacamento de policías tuvo que protegerle y repartir algún porrazo. Él largó su perorata. Los otros le abuchearon, trataron de zurrarle y, menos bonito, le dijeron de todo. Quedando así como lo que eran: comparsas neandertales en el show inane de su propaganda personal. Hoy sale ese show en todos los papeles, que era de lo que se trataba. ¿Qué le vamos a hacer? Es el signo de los tiempos.
Mañana, a la universidad de Granada. A este paso lo veo a Quiles de presidente del Gobierno.