The Objective
Álvaro Nieto

Los tres motivos por los que Torres debería ser destituido

«Los mensajes recogidos por la Guardia Civil demuestran que Torres trabajó activamente durante la pandemia para favorecer los intereses de la trama»

Opinión
Los tres motivos por los que Torres debería ser destituido

Ángel Víctor Torres con Aldama al fondo. | Alejandra Svriz

El ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, ha salido exultante esta semana tras conocerse el informe elaborado por la Guardia Civil que le afecta directamente. Una vez más, en España impera la batalla del relato. Da igual lo que diga el informe; lo importante es lo que la gente crea que dice el informe. Por eso fue clave la rápida comparecencia del ministro y la movilización del fiel ejército de propagandistas del Gobierno: había que imponer el relato de que la UCO ha exonerado a Torres.

Entre esa campaña bien orquestada y las expectativas no cumplidas de algunos que habían fantaseado más de la cuenta los días previos, la sensación en el ambiente político es que el ministro ha logrado esquivar la bala que apuntaba a su cabeza. Pero nada más lejos de la realidad: quien se haya leído el informe sabe que Torres está hoy más manchado por la corrupción que hace una semana, por lo que sería un error considerarle inocente alegremente o incluso pedirle perdón, como él mismo propone.

En concreto, hay tres razones de peso que exigirían la destitución inmediata de Torres, como sin duda ocurriría en cualquier país occidental:

1.- ‘Trabajó’ para la trama

Los múltiples mensajes recogidos por la Guardia Civil demuestran que Torres trabajó activamente y presionó durante la pandemia para favorecer los intereses de la trama de las mascarillas, implicándose hasta niveles innecesarios en la agilización de los contratos y los pagos. Parece raro que un presidente autonómico se involucre de esa manera tan activa con un proveedor («Esta mierda la resuelvo sí o sí», «Estoy que me subo por las paredes con este tema», «He ordenado que se pague con carácter inmediato», «Quiero que se pague de una vez»…), y no vale usar como excusa la emergencia sanitaria, puesto que sus propios técnicos le avisaron de que no hacía falta esa urgencia porque en Canarias tenían stock de mascarillas para dos meses. También le avisaron de que el precio que se iba a pagar por el material era más alto que el que venían comprando con anterioridad, pero no pareció importarle. Y encima resulta que ni la calidad ni las condiciones de pago que les imponían eran satisfactorias. ¿Por qué entonces tanto interés del ahora ministro en cerrar el negocio?

2.- ‘Persiguió’ a los que dieron la voz de alarma

Ante los numerosos avisos de sus subordinados, la reacción de Torres fue siempre de enojo y malestar, hasta el punto de que llegó a amenazar con perseguir a los funcionarios que alertaron de que la contratación de mascarillas no se estaba haciendo correctamente: «Quiero ver el expediente completo para saber quién ha estado torpedeando desde dentro», «me voy a cagar en todos los santos con la responsable económica», «o lo soluciona o la levanto para el aire»…

3.- Mintió sobre su relación con la trama

Los mensajes conocidos ahora gracias a la UCO demuestran que el ministro mintió al menos dos veces en la Comisión de Investigación del Senado, lo que constituiría un delito de falso testimonio. Dijo no haber hablado nunca con Koldo García sobre el contrato de las mascarillas, cuando hay audios que sí lo acreditan y con un grado de cordialidad bastante sospechoso («querido Koldo»). Por otro lado, también aseguró no haber tenido relación con el comisionista Víctor de Aldama, y resulta que hay constancia de al menos un encuentro en un restaurante en Madrid en el año 2020.

¿Alguien de verdad necesita más motivos para solicitar la destitución o dimisión del ministro?

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