The Objective
Santi González

Todo mentira

«Mintió con su desenvoltura cada vez que decía no recordar algo. Por ejemplo, que no recordaba si su suegro le había financiado las primarias. ‘Pudo ser’, respondió»

Opinión
Todo mentira

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su comparecencia en el Senado.

Pues señor, según parece, Vox ha presentado ante el Tribunal Supremo una querella contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por falso testimonio durante su comparecencia en el Senado, al decir que no conocía al socio de Santos Cerdán en Servinabar, Antxon Alonso: «No le conozco, que yo recuerde».

Vayamos por partes, que dijo en ocasión análoga Jack The Ripper: no me cabe la menor duda de que Pedro Sánchez mintió durante su comparecencia en el Senado. Él y la verdad están reñidos, cualquiera que sea su comparecencia, en cualquier ámbito, en cualquier formato y de cualquier duración. Mintió con toda seguridad, porque no sabe hacer otra cosa. Lo que pasa es que en la información de El Español no se dice en ningún momento que Antxon Alonso participara en la reunión que Sánchez y Otegi mantuvieron en un caserío cercano a Bilbao para pactar la moción de censura contra Mariano Rajoy que tuvo lugar los días 30 de mayo y 1 de junio de 2018. Es probable que se conocieran y es posible que no, que la intermediación se hiciera por teléfono. Uno no llega a imaginar que el presidente del Gobierno se ponga al teléfono con nadie sin conocer su identidad, aunque también es posible que su contacto con el presidente se produjese a través de Santos Cerdán.

No fue en todo caso la única patraña. Hubo muchas más mentiras desde que tomó la palabra por primera vez para decir: «Es un placer para mí estar en el Senado». Es placer de la demora en el caso de los estreñidos. A pesar de que el Reglamento de la Cámara Alta establece en su artículo 164 que: «El Presidente del Gobierno responderá preguntas en el Pleno de la Cámara al menos una vez al mes durante los períodos ordinarios de sesiones, salvo que motivos justificados, notificados a la Cámara, se lo impidan», él solo había acudido en una ocasión desde el comienzo de la legislatura, el 12 de marzo de 2024, hacía 19 meses y 20 días.

También dijo en la misma comparecencia que cobró en alguna ocasión en efectivo del PSOE, pero que los gastos que así se pagaban estaban controlados y eran siempre contra la entrega de facturas, hecho que fue desmentido después por el que fuera gerente del PSOE, Mariano Moreno, que reconoció ante el Tribunal Supremo que dichos pagos se hacían sin control alguno.

Mintió con su extraordinaria desenvoltura cada vez que decía no recordar algo. Por ejemplo, que no recordaba si su suegro, el ejemplar cafiche Sabiniano, le había financiado las primarias. «Pudo ser», respondió. «Mi suegro, que en paz descanse, pudiera o no donar como particular, eso ya no tengo información sobre ello, señoría». Altamente inverosímil, como expliqué en su día: hay algo que siempre sabe el máximo responsable de una organización cualquiera, que es de dónde viene el dinero.

Mintió o alegó desconocimiento hasta cuarenta veces durante la comparecencia, según contabilizó Libertad Digital. O se negó a contestar el tipo que después blasonó de no callarse ni debajo del agua. «Sí se calla ante el juez», le reprochó Abascal. «Y en las comparecencias en comisiones», habría que añadir. Se negó a contestar si su hermano vivía en Elvas. Mintió al decir que no sabía que Delcy Rodríguez estaba sancionada y no podía entrar en España. La decisión de la UE es de junio del 18 y fue suscrita por su Gobierno. No sabía cuánto ni cuándo cobró en metálico. Mintió al decir que Bego no firmó cartas de recomendación, ni que interviniera en el rescate de Air Europa. Negó que conociera a Víctor de Aldama y mintió. Cuando le preguntaron por sus compañeros de viaje en el Peugeot (Koldo, Ábalos y Cerdán) dijo que «fueron miles de compañeros en el Peugeot». Y hay una respuesta que me parece ejemplar por lo que tiene de revelación freudiana a la pregunta: «¿Es consciente de que su mujer está imputada?». En lugar de responder: «Sí, por cinco delitos», dijo: «Ya veremos», respuesta que tiene una cierta lógica para quien tiene autoridad sobre toda la judicatura, desde el Tribunal Supremo para abajo.

O sea, que soy muy partidario de la iniciativa de Vox, aunque me parece algo corta. Aún están a tiempo los dos partidos de la oposición de suscribir querellas conjuntas por todas las mentiras que aquí se han señalado. Y que se le aplique el Código Penal en su artículo 502.3: «El que convocado ante una comisión parlamentaria de investigación faltare a la verdad en su testimonio será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses».

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