
Llévame al país de las maravillas
No era mi cantante francés favorito, un puesto bastante disputado porque mi gusto por lo francés es casi tan pasional como el de los afrancesados, pero en una versión un poco más cursi.

No era mi cantante francés favorito, un puesto bastante disputado porque mi gusto por lo francés es casi tan pasional como el de los afrancesados, pero en una versión un poco más cursi.

Hartos estamos de escuchar “otro vendrá que bueno te hará”, o “cualquier tiempo pasado fue mejor”, aunque esto último tiene algunos detractores. Desde luego no se cumple si se aplica a la dictadura respecto a la democracia, por muy problemática que se presente la democracia actual.

La mejor noticia de los últimos tiempos es el éxito de Juego de Tronos. Antes de que me caigan encima: no lo digo por los méritos particulares de la serie de HBO.

El 1-O fue una tómbola de pueblo elevada a acto fundacional. La misión de ese día no era en realidad conocer ninguna verdad, sino establecerla.


Melancolía. Es un soplo la vida y veinte años no es nada, que diría Gardel. Como en el tango, me sorprendo al descubrir que ya hace casi 3 decenios desde que Ruiz Mateos agrediera al exministro Boyer delante de las cámaras de televisión. Mayo del 89. Todo un suceso. El escenario, las semanas previas a unas elecciones al Parlamento Europeo. Los protagonistas, Ruiz Mateos y su agrupación de electores, artefacto hoy de moda para Manuela y Manuel. Desde luego, fue eficaz, porque logró dos escaños de golpe. Eso sí, a golpe de “que te pego, leche”.

No hay semana sin escándalo que ponga en la picota a un ministro de Sánchez. Desde Maxim esto es un sin vivir. Que si un currículo, un master, un plagio, una conversación antigua, un maricón, una nenaza, unos menoreros…. La cosa está que arde, pero es que los ministros de Sánchez están probando la medicina que suministra su presidente, el campeón en exigir a los demás aquello que él no cumple. Sánchez y sus socios pusieron el listón muy alto y ahora sus ministros no llegan y andan apurados. El último Pedro Duque, el astronauta silencioso, que las pasó canutas en una comparecencia bochornosa en la que dio hasta lástima. A él le han sacado un asunto de elusión de impuestos, utilizar una sociedad para evitar pagos a Hacienda, una conducta de la Que Pedro Sánchez dijo que era incompatible con estar en la política.

“¿A qué te dedicas, Miguel Ángel?”. “Soy profesor. De Ética. Por ejemplo, Ética del periodismo”. “Ah, pero ¿los periodistas tienen ética?”. He escuchado el mismo chiste tantas veces. Supongo que todos soportamos monotonías semejantes con nuestro trabajo: a Jordi Hurtado seguro que le han hecho mil chanzas sobre su eterna juventud. Y a fe que tiene especial mérito en su caso: no es fácil aguantar la misma broma doscientos años.

El semanario The Economist y el diario Financial Times son dos publicaciones británicas de cabecera para los liberales, también en España. En esto hay incluso consenso entre las distintas familias –muchas de ellas, contradictorias entre sí– que se autocalifican como tales.