
La magdalena de Errejón
Que la izquierda en la que creían Iñigo Errejón y Manuela Carmena era un ‘Starbucks’, uno lo empieza a comprender más tarde. Un postureo que sale caro pero queda muy bien en ‘Instagram’.

Que la izquierda en la que creían Iñigo Errejón y Manuela Carmena era un ‘Starbucks’, uno lo empieza a comprender más tarde. Un postureo que sale caro pero queda muy bien en ‘Instagram’.

En el programa de sátira política de TV3, Polònia, se representa regularmente a los jueces del Tribunal Supremo como figuras casposas y con el crucifijo siempre a mano en esta suerte de nacionalcatolicismo 2.0 que es, para ellos, la democracia española.

La polarización nos lleva a pensar que si estamos a gusto con alguien es porque pensamos igual en casi todo. Pero somos capaces de estar con gente que piensa de manera diferente sin discutir y además ponernos de acuerdo en algunas cosas –que son las que hacen posible la convivencia.

Juan Carlos Girauta ha escrito, en menos de 280 caracteres, lo siguiente: “Para que quede claro: Cs no pactará con el PSOE tras las generales. Decisión unánime de la Ejecutiva.

Iván Redondo es el Jefe de Gabinete del Presidente, pero para desgracia de Pedro Sánchez la mayoría de la gente de su entorno, incluidos sus ministros

“Nadie es un sistema abierto. Nadie es autor de sí mismo. Nadie es un invento propio.” El sinfín de cosas que han dado forma a nuestras vidas –lugar y familia, traumas y tropiezos, amores y odios— ahí estaban todas antes que nosotros. Incluso nuestra psicología es un fenómeno probabilístico.

Nada ha salido como se preveía. Cuando Pedro Sánchez nombró su primer gobierno, enseguida se habló del jogo bonito de un equipo de ministros estelar frente al tosco catenaccio que se reprochaba a Rajoy. Llegaba la alegría, la diversión, una nueva meritocracia ajena a las servidumbres partidistas y llamada a modernizar el país después de unos años de pretendido oscurantismo.

Como en las obras de Shakespeare, la vida. Hasta el final no se sabe si estamos ante una comedia o una tragedia. A ver, por tanto, cómo acaba el procés.

Las elecciones nos abocan a un escenario muy polarizado