Un pacifismo a prueba de bombas
Jordi Bernal

Un pacifismo a prueba de bombas

Una de las grandes mentiras que ha fabricado el Think Tank independentista y que se repite lorito en púlpitos, tertulias, redes sociales y demás arrabales siniestros de la virtualidad es la del carácter pacífico del movimiento bobino y, por extensión, de la idiosincrasia catalana. Late sin disimulo una superioridad cívica, novecentista y europea que se opone, qué duda cabe y como siempre, a una garrulería irascible, navajera y mesetaria.

El independentismo y el síndrome Caraboo
Joseba Louzao

El independentismo y el síndrome Caraboo

Érase una vez, en un tiempo ya lejano para todos nosotros, una princesa que vagaba por las vacías calles de una pequeña población del condado de Gloucestershire. Nadie fue capaz de reconocer a aquella desconocida muchacha en una tarde cualquiera del mes de abril de 1817. La mujer de un zapatero local la encontró desorientada, pero no podía comprender lo que le tenía que decir. La joven hablaba solamente un idioma exótico e irreconocible. Aunque su aspecto exterior era el de una vagabunda, no lo parecía. Las autoridades locales no sabían qué hacer y, sobre todo, no tenían ni idea de dónde podría proceder. Con mucho esfuerzo, todos creyeron entender que la joven respondía al nombre de Caraboo.

Tocar de oído
Manuel Arias Maldonado

Tocar de oído

Hablamos mucho del obstáculo que, para el gobierno democrático de las sociedades contemporáneas, representa su complejidad. ¡Y con razón! Pero la crisis catalana nos demuestra que incluso los aspectos más sencillos de la organización política democrática constituyen una fuente inagotable de confusión ciudadana. Lo que de paso nos recuerda qué difícil es construir sociedades bien ordenadas y capaces de perseguir de manera justa la realización de principios básicos como la igualdad o la libertad.

Caminito de Jerez
Melchor Miralles

Caminito de Jerez

La frase, que no me pareció afortunada, la pronunció un magistrado que no era de mi gusto en una causa que ocupó mucho escaparate, como esta de los independentistas catalanes.
Vaya por delante que jamás me he alegrado del ingreso en prisión de nadie, pero me temo que esta vez, como tantas otras, voy a ser una excepción, porque tiene toda la pinta porque el vicepresidente del Gobierno catalán, Oriol Junqueras, y los ex consejeros Jordi Turull, Josep Rull, Meritxel Borràs, Raül Romeva, Carles Mundó, Dolors Bassa, y Joaquim Forn han ingresado ya en la trena después de que la fiscalía así lo haya solicitado este jueves para todos los investigados en la Audiencia Nacional por delitos de rebelión, sedición y malversación tras la declaración unilateral de independencia por parte del Parlament.

Independencia y ridículo
Jordi Feixas

Independencia y ridículo

El nuevo movimiento del independentismo, consistente en desplazar a su principal líder hacia tierras norteñas, ha vuelto a suscitar algunas de aquellas grandes frases de nuestra cultura política. Una de ellas, que “en política, se puede hacer de todo menos el ridículo”.

Pero ¿qué es el régimen del 78?
Gonzalo Gragera

Pero ¿qué es el régimen del 78?

Por aquel entonces, tanto Pablo Iglesias como Juan Carlos Monedero eran dos tipos de fama modesta que salían en la tele, en tertulias de monólogo papagayo y discurso seriado. Dos personajes de un círculo íntimo, universitario y poco más, cuyo gusto oscilaba entre la erudición marxista y el entretenimiento belenestebista. La estrategia de esa exposición televisiva, evidente: salir de, como dicen los niños moderadamente pijos de las Big Four y parábolas de coaching, la zona de confort, con frontera en las facultades de Ciencias Políticas, en el aula de bancos pintados con símbolos anarquistas y frases de ingenuas revoluciones -¿pleonasmo?-.

La revolución cobarde
Carlos Mayoral

La revolución cobarde

Los Episodios Nacionales de Galdós son algo así como una radiografía de la columna vertebral de esta España que nos flagela. En ellos uno puede encontrarse con todos los males que han azotado y azotan la nación (quizás utilice este término varias veces por analogía con el título de la obra), polvos decimonónicos sin los que sería imposible comprender los lodos en los que ahora nos revolcamos.

Jurar en arameo
Aurora Nacarino-Brabo

Jurar en arameo

Acostumbrado a mentir con cierto éxito de crítica y público, el Govern pensó que podría doblar a varios idiomas esa comedia de situación que es el procés y exportarla a Europa. Sería algo así como un spin off de la producción original que narraría las aventuras de un Puigdemont políglota en el exilio. El 130 president del govern y primero de la República de Cataluña se plantó en el corazón de la Unión por sorpresa, no sin antes anunciar su destino a los iniciados en el acróstico de una declaración institucional: “Bélgica” podía leerse tomando la primera letra de cada renglón.