
El niño como guinda
“¿Qué les pasa a estos tíos con los niños?”, me escribe un amigo a propósito de una de las muchas fotos de niños catalanes envueltos en la ‘estelada’ junto a adultos independentistas.

“¿Qué les pasa a estos tíos con los niños?”, me escribe un amigo a propósito de una de las muchas fotos de niños catalanes envueltos en la ‘estelada’ junto a adultos independentistas.

Fundéu ha elegido doce palabras que definen el año que está al cabo de transir. El canon dice que el uso crea nuevas palabras para designar realidades también nuevas. Pero en muchas ocasiones lo que vemos es lo contrario: palabras sin más realidad que la voluntad de alguien de crear una realidad nueva. Veamos las palabras que ha elegido la fundación.

Filmin ha estrenado recientemente El crimen de Liverpool, una serie de cuatro capítulos basada en el asesinato en 2007 del niño Rhys Jones y que tanto conmocionó al Reino Unido. La producción narra la investigación policial que condujo a los miembros de una pandilla de amigos y a algunas de sus familias a la cárcel.

La verdad pura tiene un precio en política, que es la decadencia y la esterilidad, la quiebra de cualquier consenso y, en última instancia, la ruina moral. No deja de ser una extraña paradoja, que subraya la importancia de los matices en un mundo pluralista.

Lo más difícil de la navidad fuera de casa es el desayuno. Más que todo por la hora. Es costumbre en todos lados que el veinticinco, cuando no hay regalos, se desayunan las sobras, las cuales normalmente ni se guardan la noche anterior. Se dejan por ahí para antojar a sonámbulos y mal dormidos, los cuales van a ellas a veces con hambre y a veces con pena. Así sea en un hotel, o habiéndola pasado solo: El desayuno después de la navidad siempre es raro — justamente por su informalidad, su aire clandestino y su olorcito a resaca.

Hay que hacerse a la idea de que el fanatismo nacionalismo ha llegado también a España y el problema ahora es cómo desarticularlo; probablemente hará falta una generación para que se recupere el sentido común. Los partidos constitucionalistas han conseguido que se moviera su voto, que estaba oculto, pero tienen que ir más allá en su esfuerzo por conseguir ilusionar a millones de españoles que hoy no se sienten bien representados con este PP y este Psoe. Lo de Ciudadanos es punto y aparte: en Cataluña ha ganado Arrimadas, en el resto de España está por ver que logren tan buen resultado.

¿Era posible organizarnos sin la fe compartida en algún Dios, algunos principios, alguna moral? La cosa acongojó tanto a estrictos cientificistas (así, Durkheim y su preocupación por la “anomia”) como a literatos.

A la ficción fantasiosa y emocional del procés se le contrapuso la esperanza ensayística y racional de los constitucionalistas. Los dos bloques polarizaron la campaña a tal extremo que el voto útil derivado de la misma ha terminado por distorsionar la fotografía y hacerla poco representativa. La primera plaza de Ciudadanos desmiente, de nuevo, la ficción del sol poble independentista. Pero el sorprendente resultado de Junts per Catalunya y la suma de escaños soberanistas nos abre los ojos frente a la esperanza de una vuelta al seny que parecía a la vuelta de la esquina.

En las democracias parlamentarias cuenta el número de escaños. Así que las fuerzas independentistas han mantenido la mayoría y muy probablemente volverán a conformar Gobierno.