Quién mató a Kennedy
Ignacio Vidal-Folch

Quién mató a Kennedy

Donald Trump ha demostrado una inteligencia de categoría superior, que no imaginábamos que tuviera, al descalificar (al publicar) cientos de miles de folios sobre el asesinato de Kennedy… pero mantener en secreto doscientos documentos: ¡precisamente los más comprometedores!

Un tonto en cuatro idiomas
Guillermo Garabito

Un tonto en cuatro idiomas

Puigdemont más que a poner una pica en Flandes, que es lo único pendiente que tenemos los españoles en Bruselas desde la Guerra de los Ochenta Años, ha ido a izar su cobardía por bandera. Se fue de tapadillo como un preludio del esperpento. Ayer al fin dio señales de vida. Y las dio en rueda de prensa para añadir un capítulo nuevo a este ridículo internacional en el que ha convertido su cruzada particular para eludir a la justicia española. La prolongación de un ridículo que ya sólo se explica con ayuda de un psiquiatra o si hubiera vendido los derechos a ‘Netflix’ con el objetivo de lucrarse obscenamente. Porque de este onanismo independentista cada uno que saque lo que pueda.

Moscú, Caracas, Barcelona
Andrés Miguel Rondón

Moscú, Caracas, Barcelona

Como venezolano siempre he sentido una profunda afinidad por los novelistas rusos del siglo diecinueve – Tolstoi, Turgenev, Dostoevsky, Gogol, Chekov – por algo que va más allá de la literatura. Dicen que los que no saben de historia están condenados a repetirla. Y que los que sí, a ver a los cómo los demás la repiten. Pero existe también una tercera, aunque minúscula minoría: los que la profetizan. Este es el caso de los grandes clásicos pre-soviéticos.

Cataluña: elogio de la política tacaña
David Blázquez

Cataluña: elogio de la política tacaña

Las más sanas de las corrientes catalanistas –de izquierdas y derechas– lo sabían: lo interesante del viaje hacia la tierra prometida, en política, es que no se terminaba nunca de llegar. Siempre había que volver a negociar a Madrid. Madrid siempre tenía que volver a negociar a Barcelona. Equilibrio en tensión. Luego llegaron Mas, Puigdemont y Junqueras y quisieron acercar el horizonte y cerrar el puente aéreo. Hicieron del catalanismo religión, promesa cumplible y, en fin, el viernes pasado, fatídicamente cumplida.

La secesión como "proyecto político legítimo"
Josu de Miguel

La secesión como "proyecto político legítimo"

La semana pasada, mientras se formalizaba el último acto para poner en marcha la república catalana, miembros destacados de la minoría parlamentaria volvieron a apuntar desde el atril que “el secesionismo es un proyecto político legítimo”. No es nuevo: se repite sin cesar desde hace muchos años y es una idea compartida por un amplio espectro del panorama partidista español. ¿Qué quieren decir cuando hablan de legitimidad? Desde luego no se alude al fenómeno de la obediencia al poder tal y como lo concibió Weber. Tampoco creo que se refieran al prestigio de un movimiento que en ese preciso momento estaba pisoteando sus derechos de participación más básicos.

La burbuja de Podemos
José Carlos Rodríguez

La burbuja de Podemos

Cabe preguntarse si todo no ha sido más que una broma. Un grupo de sediciosos secuestra las instituciones autonómicas, alegando contra toda evidencia que no son españolas, ni ellos tampoco, y cuando llega la hora de la verdad, la de las barricadas, se montan un exilio con la infraestructura legal de ETA. Todo era mentira, pero esta combinación entre discursos gradilocuentes, declaraciones con gatillazo, y feroz cobardía tiene que producir a los independentistas un profundo sentimiento de vergüenza. Sólo que no ha sido una broma. Es el estallido de la burbuja nacionalista. Los catalanistas pensaron, de veras, que podrían lograr la secesión sin ir a la cárcel, o sin llevar a sus seguidores a una guerra contra el resto de España.

Sobre las mayorías y las minorías
Gorka Maneiro

Sobre las mayorías y las minorías

Es bueno que, atendidos los hechos que vienen ocurriendo en Cataluña, seamos capaces de analizar también todo cuanto se dice, de modo que aclaremos algunos términos. Hace unos días, en el Parlamento de Cataluña, Miquel Iceta vino a decirle a Puigdemont que lo más grave de todo lo ocurrido era que no tenían la mayoría necesaria para proclamar unilateralmente la independencia: que con más votos “catalanes” igual sí, pero que con menos del 50%, imposible. Y es habitual que este argumento se presente como el más importante de todos e incluso el único… con el objetivo de detener las intenciones (delictivas) del independentismo más obtuso.

Mi madre en la manifestación de Societat Civil Catalana
Laura Fàbregas

Mi madre en la manifestación de Societat Civil Catalana

Uno de los ‘éxitos’ más significativos del procés independentista ha sido ver a gente como mi madre en la manifestación de Societat Civil Catalana. A mi madre nunca la verán con un trapo, ni catalán ni español, ni tampoco de cocina. Para ella las banderas siempre han sido “trapos sucios de sangre”, me decía cuando, como cualquier joven con inquietudes políticas, flirtee con el independentismo en mi etapa universitaria.

Cataluña: lo que queda por delante
Pilar Cernuda

Cataluña: lo que queda por delante

Aplicación implacable del 155 y primer aniversario de Rajoy como presidente de gobierno en su segunda legislatura. La puesta en marcha del 155 ha sido un rotundo golpe de fuerza de un hombre, Rajoy, que se había labrado fama de político débil, pusilánime, indeciso y que se aferraba al transcurrir del tiempo para ver si se pudrían los problemas por si solos. Es evidente que a Rajoy le conocían pocos, aunque esos pocos se han hartado de decir que su imagen no se correspondía con la realidad.