THE OBJECTIVE
Aloma Rodríguez

Pongamos que hablo de Madrid

«Los afines al Gobierno central sacan la artillería –y motivos no les faltan– contra la gestión de Ayuso y así tapar sus propios errores; los contrarios, responden sacando datos que dan a entender que la cosa no es para tanto»

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Pongamos que hablo de Madrid

Emilio Naranjo | EFE

Desde fuera de Madrid se pierde tensión, para bien y para mal. Es verdad que todo tiene un punto menos de estrés: las distancias son más cortas, todo es un poco más barato, y si cruzar la Gran Vía de Madrid me hizo distanciarme de mis amigos del otro lado, volver a la provincia me ha dado un fluir que antes no tenía. Corría para tratar de llegar a todo y miraba más Twitter, me indignaba un poco más, igual de infructuosamente que ahora. Eso era bueno para algunas cosas, es bueno si eres columnista de actualidad, por ejemplo, es un poco peor para la salud y el estrés.

Desde fuera de Madrid hay una cosa que queda clara: estamos igual de desconcertados. Es evidente que la gestión de la pandemia en Madrid se ha convertido en un campo de batalla partidista, y eso es terrible, en primer lugar, porque a nadie parece importarle lo que debería preocupar, que es la salud pública. Y en segundo lugar porque ya no sabemos qué creer. Los afines al Gobierno central sacan la artillería –y motivos no les faltan– contra la gestión de Ayuso y así tapar sus propios errores; los contrarios, responden sacando datos que dan a entender que la cosa no es para tanto: a saber, si cae el incremento de ingresos se dice que caen los ingresos. Pero gobierno autonómico y central se ponen de acuerdo en al menos una cosa: no actualizan datos el fin de semana. La batalla se juega también en los platós: se contraprograman en las teles unos días después de comparecer en una rueda de prensa abanderada. La tomadura de pelo es tal, que el portavoz del grupo Covid, Emilio Bouza, renuncia a los dos días de anunciarse su nombramiento. Hay una anomalía simétrica: la oposición a Ayuso es Sánchez, y la de Sánchez, Ayuso. Casado usa la boutade sin saberlo y gana más foco; Gabilondo brilla por incomparecencia.

Entre tanto, Fernando Simón ha sido propuesto como hijo de su ciudad natal, Zaragoza; votarán en contra PP y Cs. La ceremonia de entrega será en noviembre porque las Fiestas del Pilar este año, como muchas otras cosas, se han suspendido.

Desde fuera de Madrid, todo es un poco más liviano, para mal y para bien. La tensión que se pierde hacía mirar con más intensidad, pero se gana perspectiva. Menos mal que en Twitter siempre avisan de cuando llueve en Madrid, así nos enteramos en provincias.

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