Sororidad
Vino la vicepresidenta y ministra de Igualdad Carmen Calvo a comparecer en el Congreso. Fue el martes. Patricia Reyes le recordó que, aunque el PSOE pretenda patrimonializar el feminismo, lo cierto es que hay muchos ámbitos en los que los socialistas no han trabajado suficiente por la causa de la igualdad. También solicitó a Calvo que se disculpara con las familias cuyos hijos han nacido por gestación subrogada, a los que el PSOE estigmatiza cada día. Y con las mujeres a las que, sinécdoque mediante, reduce a un vientre que llaman de alquiler.
Vino la vicepresidenta y ministra de Igualdad Carmen Calvo a comparecer en el Congreso. Fue el martes. Patricia Reyes le recordó que, aunque el PSOE pretenda patrimonializar el feminismo, lo cierto es que hay muchos ámbitos en los que los socialistas no han trabajado suficiente por la causa de la igualdad. También solicitó a Calvo que se disculpara con las familias cuyos hijos han nacido por gestación subrogada, a los que el PSOE estigmatiza cada día. Y con las mujeres a las que, sinécdoque mediante, reduce a un vientre que llaman de alquiler.
En realidad, todo el discurso del PSOE, y de una cierta izquierda, sobre las mujeres es una gran sinécdoque, que es el equivalente literario de la exclusión en política. Cuando hablan de las mujeres se refieren solo a una parte de ellas que toman por el todo. Así, las mujeres que no comulgan con la doctrina oficial del nuevo gobierno quedan apartadas del relato feminista: son desfeminizadas. Lo sabemos bien las que, el día 8 de marzo, con Patricia al frente, fuimos acosadas con intención de expulsarnos de los actos de celebración del día de la mujer. Sin éxito.
Y lo sabe bien Marta Martín, a quien correspondió dar la réplica a Calvo en la comparecencia. A pesar de su juventud, Marta es Catedrática de Comunicación, y está especializada en el tratamiento mediático y publicitario del género, tema sobre el que ha escrito decenas de publicaciones. Es, además, una persona trabajadora, amable y respetuosa, ajena a las carretadas de bilis que a menudo se vierten en la política. Una profesión que hizo suya hace unos años, tras una carrera de éxito académico, y a la que llegó con la ilusión de los que quieren hacer de su país un lugar mejor.
Pero Marta tiene, ay, un defecto: es de Ciudadanos. Así que, cuando durante su turno de réplica pronunció “sonoridad” por “sororidad” debido a un lapsus linguae, el PSOE puso en marcha su sectaria maquinaria de la sinécdoque para excluirla del conjunto de las mujeres y promover una cacería contra ella.
El Gobierno de España (¡el Gobierno de España!) utilizó en Twitter la cuenta oficial (¡la cuenta oficial!) del partido que lo sostiene para intentar ridiculizar y silenciar a una mujer que le había sacado los colores a la vicepresidenta con razones, y contra la que, a falta de argumentos, solo pueden reproducir su lapsus en bucle. Pueden ponerlo una, dos, tres, mil veces. Pueden convertirlo en la canción del verano. Pueden insistir en la política del meme como alternativa a su nulidad programática. Y echarse unas risas tontas. Da lo mismo: seguirán sin tener ni puñetera idea de lo que es sororidad.