THE OBJECTIVE
Aloma Rodríguez

Trump, autócrata

«Trump solo cree en el poder ejercido como un autócrata, sin contrapesos, sin separación de poderes»

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Trump, autócrata

Alex Brandon | AP

La analista Masha Gessen ha publicado un ensayo sobre Donald Trump, que se juega la reelección el próximo martes. Sobrevivir a la autocracia es el nuevo trabajo de Gessen, autora de El futuro es historia. Rusia y el regreso del totalitarismo, también en Turner, un libro sobre la destrucción de la posibilidad de hacer de Rusia una democracia liberal. Gessen nació en Moscú en 1967 y es biógrafa de Putin. Ahora trabaja en The New Yorker, escribió el ensayo que dio pie al libro en The New York Review of Books.

Sobrevivir a la autocracia hace un repaso de lo que ha supuesto el mandato de Trump en las instituciones pretendidamente sólidas de Estados Unidos, y vistas todas juntas la verdad es que la foto asusta bastante. Del cierre del Gobierno a la gestión de la pandemia, pasando por el desprecio constante a los inmigrantes, la obsesión con la construcción del muro, la guerra declarada a la prensa, el gobierno a golpe de tuit, la salida del acuerdo de París y del tratado nuclear con Irán, los chanchullos económicos o la presunta obstrucción a la justicia. Lo que revela todo eso a ojos de Gessen es más que el hecho en sí: la razón por la que Trump hace eso es que desprecia las instituciones y desprecia el Gobierno; solo cree en el poder ejercido como un autócrata, sin contrapesos, sin separación de poderes.

Frente a la parálisis e incredulidad de medio país que empezó la mañana tras la victoria de Trump[contexto id=»381723″], Gessen anima a la resistencia: las instituciones no os salvarán, escribió ella, no bastarán para contenerlo. Lo decía basándose en su experiencia en países como Rusia, Hungría o Israel. Gessen explica por qué con el trumpismo no valen las reglas institucionales de la prensa, habla sobre todo del New York Times. Para Gessen hay dos realidades, la del trumpismo y la de quienes creen en la democracia liberal, y por tanto no valen las mismas reglas. Como señalaba Borja Bauzá, «hay collejas para todos. Para todas esas instituciones periodísticas obsesionadas con el lenguaje neutral que han caído una y otra vez en las trampas de Trump. Para la izquierda yuppie y su clasismo costeño. Para un establishment político que en algún momento decidió sustituir los ideales por los logros técnicos».

Otra cosa que resulta audaz del libro es que Gessen no cree que Trump sea una anomalía, no se parece a ningún presidente, Gessen sostiene que hay algunas características propias del sistema que le han allanado el camino: el matrimonio entre dinero y poder, por ejemplo, el 11 S y la actitud que empezó a tomar Estados Unidos entonces frente al mundo. Y en eso es realmente novedoso; no tanto, como también le reprocha Bauzá, en a quién parece ir dirigido el ensayo: a una primera persona del plural en la que no está incluido nadie que vote a Trump.

El libro de Gessen contiene algunas cosas que ya sabíamos sobre las que aporta puntos de vista originales y ordena la ingente información sobre el mandato del empresario. Es inteligente y recorre caminos no transitados. Es también una llamada al cambio de estrategia contra el trumpismo. Gessen no se pronuncia sobre lo que puede ocurrir la semana que viene, pero anuncia dos cosas: en el libro explica que hay mucho que reconstruir, y en una entrevista con Andrea Aguilar en El País decía que, en caso de no salir reelegido, Trump no va a aceptar el resultado.

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