España se encuentra entre los diez mejores países para que las mujeres emprendan, según la cuarta edición del Índice Mastercard de Mujeres Emprendedoras (Mastercard Index of Women Entrepreneurs).
Por qué te lo contamos: el informe ha destacado aquellos países donde las mujeres emprendedoras cuentan con más probabilidades de desarrollarse. A su vez, ha reflejado aquellas dificultades y retos a los que se enfrentan que, en este año, han sido agravados por la crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia de la COVID-19.
Aunque el índice refleja una tendencia positiva en España, que se encuentra en el décimo lugar tras haber subido cuatro puestos en el último año, las mujeres profesionales se han visto gravemente afectadas por la crisis: nueve de cada diez propietarias de negocios alrededor del mundo (un 87%) han afirmado que el coronavirus[contexto id=»460724″] les ha impactado de forma negativa.
Esto se debe, en gran parte, a la pronunciada brecha de género en el ámbito digital, una mayor presión en la conciliación familiar y la presencia femenina en las industrias más afectadas por la recesión económica, como el sector inmobiliario o de comunicación, entre otros. Esto, en su conjunto, ha dejado a las mujeres emprendedoras en situación de vulnerabilidad.
Diez mejores países para las emprendedoras
Según el estudio, Israel encabeza la lista, subiendo tres puestos en comparación con el año pasado. El avance en este país en materia de igualdad se debe a que, con el fin de duplicar el número de mujeres emprendedoras en los últimos años, han fortalecido y respaldado el desarrollo de pymes, a través de apoyo institucional. Por otro lado, Suiza también ha subido en el índice, del puesto 11 en 2019 al tres en 2020. Los diez mejores países para que las mujeres emprendan son: Israel, Estados Unidos, Suiza, Nueva Zelanda, Polonia, Reino Unido, Canadá, Suecia, Australia y España.
Los resultados del informe, además, señalan un panorama optimista para el futuro de las emprendedoras. La pandemia ha sido un catalizador en el progreso de las empresarias, al suponer una oportunidad para corregir el sesgo de género que existía en la toma de decisiones.
En esta era de la COVID-19, según el documento, se ha empoderado el liderazgo femenino. En un momento en el que las barreras culturales y el medio al fracaso todavía impiden que algunas mujeres se animen a montar sus propios negocios, la crisis ha destacado la capacidad de algunas políticas para liderar en circunstancias extraordinarias; como la Primera Ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, la Canciller de Alemania, Angela Merkel, y la Primera Ministra de Finlandia, Sanna Marin.