Cada año desaparecen siete millones de hectáreas de bosque tropical
A nivel global, la deforestación en las zonas tropicales y subtropicales se debió a la agricultura comercial a gran escala (un 40 %), a la agricultura de subsistencia local (33 %), las infraestructuras (10 %), la expansión urbana (el 10 %) y la minería (7 %). Por ejemplo, en la región del río Amazonas, una de las zonas más afectadas por la deforestación, el cultivo de soja y las plantaciones de palma de aceite han estado contribuyendo a la pérdida de los bosques a un ritmo acelerado desde la década de los 90. El informe pone énfasis en la falta de interés mostrado por muchos de los gobiernos nacionales, pero también premia los esfuerzos de políticas que están contribuyendo a solucionar el conflicto entre agricultura y deforestación, como las llevadas a cabo por Chile, Costa Rica, Gambia, Georgia, Ghana, Túnez y Vietnam. Sin embargo, tras analizar las políticas medioambientales de 35 países, la FAO indica que menos de la mitad de éstas abordaban explícitamente el problema del cambio del uso de la tierra del bosque a la agricultura y viceversa, un tema que merecería estar entre las prioridades y objetivos de cada nación afectada.
Según el último informe de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), entre 2000 y 2010 se perdieron cada año siete millones de hectáreas de bosques tropicales en el mundo. De acuerdo con el documento, la principal causa de los alarmantes datos acerca del proceso de deforestación mundial se debe, en gran medida, a la conversión de tierras forestales en terrenos agrícolas.
A nivel global, la deforestación en las zonas tropicales y subtropicales se debió a la agricultura comercial a gran escala (un 40 %), a la agricultura de subsistencia local (33 %), las infraestructuras (10 %), la expansión urbana (el 10 %) y la minería (7 %). Por ejemplo, en la región del río Amazonas, una de las zonas más afectadas por la deforestación, el cultivo de soja y las plantaciones de palma de aceite han estado contribuyendo a la pérdida de los bosques a un ritmo acelerado desde la década de los 90. El informe pone énfasis en la falta de interés mostrado por muchos de los gobiernos nacionales, pero también premia los esfuerzos de políticas que están contribuyendo a solucionar el conflicto entre agricultura y deforestación, como las llevadas a cabo por Chile, Costa Rica, Gambia, Georgia, Ghana, Túnez y Vietnam. Sin embargo, tras analizar las políticas medioambientales de 35 países, la FAO indica que menos de la mitad de éstas abordaban explícitamente el problema del cambio del uso de la tierra del bosque a la agricultura y viceversa, un tema que merecería estar entre las prioridades y objetivos de cada nación afectada.