EEUU tiene una "obligación" con Laos, dice Obama en su histórica visita al país asiático
Obama acude a la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) donde coincidirá con el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, con quien tenía previsto mantener un encuentro a solas, reunión que no se celebrará finalmente después de que la delegación de EEUU la cancelara tras los insultos que el dirigente filipino lanzó el lunes contra Obama. Junto a Obama, otros líderes acuden a este pequeño país gobernado por el Partido Comunista con cerca de siete millones de ciudadanos, que mantiene un férreo control en materia de libertad de expresión pero que está aprovechando este momento para convertirse en el centro de atención en su calidad de anfitrión de este encuentro anual de la ASEAN. El presidente de EEUU Obama llegó bajo la lluvia tropical, iniciando un día lleno de eventos ceremoniales y diplomáticos que incluyó una reunión con el presidente de Laos, Bounnhang Vorachit. Estados Unidos mantuvo durante 20 años un embargo que levantó en 1995 consecuencia de uno de los periodos más negros en la historia del pequeño país, que fue bombardeado por el ejército de Estados Unidos coincidiendo con la guerra de la vecina Vietnam, dejando miles de civiles muertos. Las relaciones comerciales no se normalizaron hasta el año 2004.
Barack Obama llegó a última hora del lunes a Laos, en la primera visita oficial de un presidente de Estados Unidos al país del sudeste asiático. En su agenda de tres días, uno de los principales objetivos es reconstruir la confianza entre ambas naciones y poner fin a un oscuro capítulo en la historia de las relaciones bilaterales en las que el pequeño país sufrió los peores bombardeos de su historia lanzados por aviones estadounidenses. EEUU tiene «una obligación» con el país asiático, admitió Obama, quien ha comprometido 90 millones de dólares en un proyecto conjunto de tres años con el gobierno de Laos para recuperar las decenas de miles de bombas aún sin explotar.
Obama acude a la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) donde coincidirá con el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, con quien tenía previsto mantener un encuentro a solas, reunión que no se celebrará finalmente después de que la delegación de EEUU la cancelara tras los insultos que el dirigente filipino lanzó el lunes contra Obama.
Junto a Obama, otros líderes acuden a este pequeño país gobernado por el Partido Comunista con cerca de siete millones de ciudadanos, que mantiene un férreo control en materia de libertad de expresión pero que está aprovechando este momento para convertirse en el centro de atención en su calidad de anfitrión de este encuentro anual de la ASEAN.
El presidente de EEUU Obama llegó bajo la lluvia tropical, iniciando un día lleno de eventos ceremoniales y diplomáticos que incluyó una reunión con el presidente de Laos, Bounnhang Vorachit. Estados Unidos mantuvo durante 20 años un embargo que levantó en 1995 consecuencia de uno de los periodos más negros en la historia del pequeño país, que fue bombardeado por el ejército de Estados Unidos coincidiendo con la guerra de la vecina Vietnam, dejando miles de civiles muertos. Las relaciones comerciales no se normalizaron hasta el año 2004.