El ascenso del Partido Pirata no logra derrocar al continuismo conservador en Islandia
En la pequeña isla atlántica, que cuenta con algo más de 320.000 habitantes, la coalición de centro-derecha que ha gobernado en los últimos años suma 29 escaños de los 63 que componen el Parlamento Nacional. Islandia vive una fuerte desafección política, con una ciudadanía indignada ante los escándalos del anterior primer ministro, Sigmundur Davíð Gunnlaugsson, que dimitió tras su involucración en los ‘Papeles de Panamá’. Aunque el Partido Pirata tuviera grandes expectativas para derrocar al establishment, éstas no se han cumplido. No obstante, el resultado es más que satisfactorio para un partido nuevo en un país donde la tradición es prácticamente intocable.
El Partido Pirata islandés tenía grandes sueños, sueños de derrocar a un establishment que sigue en pie -aunque muy mermado- tras las elecciones nacionales. El conservador Partido de la Independencia ha ganado los comicios con el 29% de los votos, aunque depende de una nueva fuerza para seguir en el poder. En segundo lugar ha quedado el Movimiento de Izquierda Verde (15,9%) y en tercer lugar el Partido Pirata (14,5%).
En la pequeña isla atlántica, que cuenta con algo más de 320.000 habitantes, la coalición de centro-derecha que ha gobernado en los últimos años suma 29 escaños de los 63 que componen el Parlamento Nacional. Islandia vive una fuerte desafección política, con una ciudadanía indignada ante los escándalos del anterior primer ministro, Sigmundur Davíð Gunnlaugsson, que dimitió tras su involucración en los ‘Papeles de Panamá’. Aunque el Partido Pirata tuviera grandes expectativas para derrocar al establishment, éstas no se han cumplido. No obstante, el resultado es más que satisfactorio para un partido nuevo en un país donde la tradición es prácticamente intocable.