El presidente filipino admite que mató a supuestos drogadictos cuando era alcalde
El mandatario explicó cómo había encabezado una política similar a la que ahora promueve en Manila y otras ciudades del país, cuando era alcalde de Davao, la principal ciudad del sur y en la que estuvo al frente durante dos décadas. «En Davao solía hacerlo personalmente. Simplemente para mostrar que si yo lo podía, ellos también», dijo Duterte refiriéndose a los policías. «Salía por Davao con una motocicleta, una moto enorme, a patrullar las calles, y también buscando problemas. Realmente estaba buscando una confrontación para poder matar», añadió. Frente a las numerosas críticas de la comunidad internacional contra esta campaña que ha sido calificada como atentado a los derechos humanos, Duterte aseguró que seguirá adelante con ella. «Si piensan que la voy a detener porque me da miedo que Obama se sume a los de los derechos humanos, lo siento, pero no lo voy a hacer», dijo. Desde que es presidente, 2.086 personas han sido asesinadas en operativos antidroga y otras 3.000 han muerto en circunstancias no aclaradas, según cifras oficiales.
Rodrigo Duterte ha reconocido públicamente que en el pasado, cuando era alcalde, mató personalmente a presuntos delincuentes para dar ejemplo a la policía. El presidente de Filipinas hizo esta sorprendente declaración durante un discurso ante empresarios en un momento en el que se refirió a la polémica campaña para erradicar el narcotráfico que ha llevado a la eliminación de miles de personas desde que asumió el poder el 30 de junio.
El mandatario explicó cómo había encabezado una política similar a la que ahora promueve en Manila y otras ciudades del país, cuando era alcalde de Davao, la principal ciudad del sur y en la que estuvo al frente durante dos décadas. «En Davao solía hacerlo personalmente. Simplemente para mostrar que si yo lo podía, ellos también», dijo Duterte refiriéndose a los policías. «Salía por Davao con una motocicleta, una moto enorme, a patrullar las calles, y también buscando problemas. Realmente estaba buscando una confrontación para poder matar», añadió.
Frente a las numerosas críticas de la comunidad internacional contra esta campaña que ha sido calificada como atentado a los derechos humanos, Duterte aseguró que seguirá adelante con ella. «Si piensan que la voy a detener porque me da miedo que Obama se sume a los de los derechos humanos, lo siento, pero no lo voy a hacer», dijo.
Desde que es presidente, 2.086 personas han sido asesinadas en operativos antidroga y otras 3.000 han muerto en circunstancias no aclaradas, según cifras oficiales.