Trump da prioridad a la producción energética sin considerar el medio ambiente

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes un decreto que da marcha atrás en muchas de las medidas tomadas por su antecesor, Barack Obama, para proteger el medio ambiente.

Entre otras medidas, anticipadas por los medios locales, se estableció que a la hora de tomar una decisión, las autoridades federales no tendrán que contemplar necesariamente el impacto medioambiental.

El argumento es que Estados Unidos debe convertirse en un país independiente a nivel energético y por eso se deben levantar las restricciones a la producción de energía y a la creación de nuevos puestos de trabajo.

«Esto gira en torno a recuperar nuestros empleos, recuperar nuestros sueños y lograr que Estados Unidos vuelva a ser rico», manifestó Trump.

Trump declaró el inicio de una nueva era en la energía y producción estadounidense.

«Mi administración terminará con la guerra al carbón», señaló el mandatario en un encuentro con mineros en la sede de la agencia de protección al medio ambiente EPA.

Trump pidió a EPA que revise uno de los planes centrales de la política de Obama, que limitaba las emisiones de dióxido de carbono de las centrales eléctricas existentes.

El plan Clean Power impulsado por el expresidente establece que la emisión de dióxido de carbono debía reducirse un 32 % para el año 2030 en comparación con los niveles de 2005.

La Casa Blanca argumentó que el plan de energía limpia habría aumentado los costos de la electricidad en la mayoría de los estados, además de provocar un perjuicio a la industria del carbón.

El decreto firmado por Trump anuló asimismo la prohibición de arrendar terreno público para la extracción de carbón y cambió los límites a las emisiones de metano en la industria petrolera y de gas.

Además ordenó una revisión de las regulaciones para la fracturación hidráulica (fracking), un método de extracción cuestionado por los ecologistas por su fuerte impacto ambiental.

Las medidas no incluyen de momento la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París sobre cambio climático, alcanzado en diciembre de 2015.

En este sentido, la Comisión Europea lamentó que el Gobierno estadounidense modificara su política ambiental y declaró, a través del comisario europeo de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, que: «Ahora deberá verse cuáles serán los medios que Estados Unidos utilizará para cumplir con sus promesas del Acuerdo de París».

La puesta en marcha de las medidas tardará años y algunos cambios tienen que ser aprobados por tribunales. En tanto, la industria saludó la decisión del Gobierno de levantar algunas regulaciones.

La orden ejecutiva forma parte de una serie de medidas relacionadas con el sector energético adoptadas por Trump tras su llegada a la Casa Blanca, como la autorización de la semana pasada a la construcción del controvertido oleoducto Keystone XL y la revocatoria de otras regulaciones medioambientales.